N456M escribió:
Si asumimos que el valor de la imitación es nulo, entonces deberíamos concluir que muchos de los grandes intérpretes de música clásica —especialmente aquellos que buscan ser extremadamente fieles a la obra original— aportan, literalmente, un valor nulo. En ese marco, Diana Damrau sería una cantante mediocre, lo cual resulta absurdo.
No queréis entender...
Valor artístico. John Lennon componiendo A day in the life, o Mozart componiendo La Flauta Mágica, o los componentes de U2 cuando compusieron juntos lo que sea.
Montserrat Caballé cantará muy bien, pero no es la autora de Las Bodas de Figaro. El reconocimiento artístico total debería ser para Mozart, y a Caballé le reconocemos la ejecución.
Misma relación que un arquitecto y un contratista.
¿Quién fue el contratista de la casa de la cascada de Frank Lloyd Wright? Porque parece que el reconocimiento artístico la historia se la ha dado por completo a Lloyd Wright.
Y mira que soy seguidor de la música clásica chicos, de verdad, pero los intérpretes incluso en esos casos, son intérpretes. A mí me flipa Debussy o Rachmaninoff y el valor que le doy al concierto de piano nº2 de Rachmaninoff es al propio autor. El pianista será le leche de bueno ejecutando, hay millones de pianistas la leche de buenos a ese nivel, pero lo grande de esa pieza es el propio Rachmaninoff. Sin él no hay pieza, no hay obra.
Y para se entienda. NO ESTOY DICIENDO QUE UN GRUPO TRIBUTO NO TENGA VALOR. Lo tiene, claro que lo tiene. Pero ese valor no es artístico. Es otro tipo de valor, aporta valor en una buena ejecución, valor de espectáculo etc. El artístico es otra cosa.
Y una cantante de ópera no es la autora de las notas que interpreta, la ejecuta magistralmente. Son cosas distintas.
¿Qué habría pasado en el mundo si Beethoven no hubiera existido? ¿Y si Caballé no hubiera existido? ¿En qué caso el mundo habría perdido más? ¿Habría sido Beethoven sustituible por otro?