Mira, Paco.
Hace unos días estoy obsesionado con una canción que está a medio camino del hip-hop y el pop. Es francesa. Desde mi punto de vista, la calidad de la lírica es alta, pero está en francés, a mí me encanta el concepto musical. Es más sencillo y a la vez más complejo de lo que parece. Esta semana la he escuchado en bucle varias veces y cada vez me gusta más.
Desde luego, no es El Jincho. Eso no es más que un chaval ciego de petas hablando de cosas gangstas. Es un concepto que no es nuevo, que no aporta nada sobre lo que se ha hecho anteriormente y que desde luego ni en lírica ni en música vale nada. Ni para pienso para cerdos. El concepto de "cantaor de barrio", sin calidad compositiva, ni si quiera interesa en el barrio.
Antes se ha comentado algo sobre las películas de cine yonki. Cierto que ese tipo de cine es interesante culturalmente, pero porque el genio detrás de ello era Eloy de la Iglesia. No el yonki que sale en la pantalla. Si no el que planifica, ordena, escribe y ejecuta detrás de la cámara. Al Jincho, en mi opinión, le pasa lo mismo pero al revés. Culturalmente no vale nada, simplemente viene a llenar el concepto hip-hop gangsta en un entorno concreto, exagerando la parte más escatológica.
Esto de todas formas es normal, el video de Manolo Kabezabolo que se ha puesto es un ejemplo. Que exista este tipo de música es razonable. Que te lo intenten colar en todos los medios generalistas musicales a todas horas es lo que no gusta. Es lo que pasa con el reggeton y con otros estilos semejantes, el problema es la inundación.
El video prometido: