Triturar tu guitarra.

Explico el título: Soy una persona que se come mucho la cabeza y le empiezo a dar vueltas a determinadas situaciones.
Al mismo tiempo, tengo guitarras que aprecio mucho. Ninguna de ellas es especialmente cara pero son muy peculiares, tienen su historia conmigo y me dan "mi sonido". Les tengo mucho cariño y por eso me pregunto a veces cuanto me tendrían que dar para que me deshiciese de ellas. O para hacer que de más miedo, cuanto me tendrían que dar para que las vendiese suponiendo que no las voy a volver a ver, o que me dan la certeza de que van a ser destruidas, tipo que las tiran a una trituradora.

Entonces, he aquí la pregunta: Piensa en esa guitarra tuya que lleva tantos años contigo, que te ha visto evolucionar como músico y que es tan especial. Esa que cuando te la llevaste a casa no podías creerte que era tuya, y que aún hoy te sorprende cada vez que la sacas de la funda.

Cuál sería el mínimo de dinero que aceptarías a cambio de ella, sabiendo que nada mas la sueltes la van a tirar a una trituradora de madera y obviamente no la vas a volver a ver?

Y, de paso, cuál es la susodicha? En mi caso es mi Epiphone Firebird, que tengo desde que empecé a poder calificarme como guitarrista. La compré nueva en tienda, fue amor a primera vista y hora está más usada y modificada pero sigue siendo mi favorita. Prefiero tener la certeza de que voy a ser pobre toda la vida y la seguire teniendo a venderla. Solo mis seres queridos están por encima.

En fin, perdón por el tema gilipoyesco y mis idas de olla. Un saludo a todos, y a ver qué sale de este hilo un tanto extraño.

Depende de cuál sea. Si es la primera guitarra que me regaló mi padre, que es una cort g 200 del 2006, me tendrían que dar muuucho dinero, pero mucho, a la par de lo grande que sería el cargo de conciencia, y aún así no sé.

A mi me ocurre con mi Epiphone Les Paul Studio del 98. Mi primera eléctrica, mucho valor sentimental y emoción en ese instrumento, y su olor... me en encanta. No me desharía de ella ni loco, no toco ninguna de la misma manera...

thunderpussy escribió:

En fin, perdón por el tema gilipoyesco y mis idas de olla. Un saludo a todos, y a ver qué sale de este hilo un tanto extraño.

No creo que sea un tema gilipoyesco xD, la verdad es que es algo que muchos nos hemos planteado alguna vez y creo que en mi caso seria muuuy difícil, por no decir imposible, deshacerme de mi epiphone les paul del 98, para mi suena y se me acomoda tan bien que nunca la vendería por el precio al que se venden, una vez escuche una historia de una persona que vendió su presicion bass del 78 creo recordar y dice que a día de hoy se arrepiente por ya no tiene ni el dinero ni el bajo.

thunderpussy escribió:

En fin, perdón por el tema gilipoyesco y mis idas de olla. Un saludo a todos, y a ver qué sale de este hilo un tanto extraño.

De gilipoyesco nada...

Mi primera guitarra fue una Frister Les Paul redburst preciosa. Me la regalaron en el año 1980 (creo que hasta tenía un buen mueble y hoy le habría cambiado las pastillas y los afinadores ... y listo).

Por algún extraño motivo se la regalé a un amigo cuando me compré la Strato. El tipo la tuvo colgada en la pared de su habitación y creo que ya ni existe...

No sabes las veces que me he arrepentido

#4 Me encanta la frase de que tras vender el bajo, al cabo de los años no tiene ni el dinero ni el bajo. Es muy cierta y muchas veces vendemos equipo por capricho, por que estorba y por tonterías en general.

#5 Yo por eso mi primera guitarra, una Jam Mate JM-400 de color azul nunca la voy a vender. No es mi favorita y aunque es rara de ver y bastante chula tampoco es nada del otro mundo, pero se demasiado bien que si me desprendiese de ella me arrepentiría de por vida.

Nunca había oido hablar de Frister, y mira que he visto muchas guitarras raras. Me ha sorprendido que apareciese en Google, no tiene mala pinta aunque llevaría pastillas y electrónica infames probablemente.

Mi primera eléctrica no la vendo por nada del mundo.
Una vez la vendí y volvió solita. Ahora pienso que fue de bendición porque me habría arrepentido el resto de mi vida, porque además la vendí para meter a casa una epiphone special II (marquitis) de la cual me desenamoré unos 3 años después y no me dolió vender.
Ahora está conmigo y es mi compañera fiel en estas noches de soledad y práctica.

De hecho es mi única eléctrica en este momento, todo lo demás se fue menos ella.

Mis viejas guitarras de gama media mejoradas y mimadas las heredarán mis hijos, sobrinos o nietos si alguno las aprecia, lo tengo clarísimo.

No seré yo el que califique de gilipollesco el asunto, porque alguna vez me he sentido así. La única guitarra de la que creo que no me desharé nunca es la primera, porque fue un regalo de mi familia y más por ellos que por la guitarra en sí. Pero no dejan de ser objetos sin alma, el alma se la ponemos nosotros y son muy facilmente sustituibles. Quiero decir que si nos deshacemos de alguna (como yo me he deshecho de otros objetos a los que "quería mucho", recuerdo especialmente una moto) al mes ni nos acordamos de ellas, sobre todo si los sustituimos por otra y no creo que nadie suelte una lagrimilla recordando la guitarra como tal, lo que ocurre es que la guitarra es un símbolo de lo vivido con ellas , pero esas vivencias son en realidad independientes y persisten aunque desaparezca el objeto. Pensad ahora en algún perro con el que hayais convivido (las personas ni se me ocurre compararlo), y que hayáis perdido y decidme si el sentimiento es el mismo: ni de coña. Ese animal no es sustituible.

#9 Es interesante lo que dices. A mí me ha pasado que he vendido guitarras que pensaba que me arrepentiría de vender y al final no las he echado mucho de menos, pero por otro lado, una vez que me intentaron robar mi Firebird me metí en un buen lío para salvarla, cosa que por suerte conseguí. Sentí verdadero pánico, y no por el dinero invertido o incluso por salir yo entero sino por que esa guitarra para mí es insustituible. Podría vivir sin ella, pero no me gustaría perderla para nada. Hay determinados objetos a los que me he acabado apegando más y esa guitarra es uno de ellos.

Para mi, la única que se quedará por siempre (algo muy grave tendría que suceder...) es mi Valley Arts, es una "pequeña" joya de la epoca pre-Gibson/pre-Samick, casi de inicios de producción antes de los números de serie estandarizados, lleva conmigo muucho tiempo. Es mi guitarra, unas vienen y otras van, pero esta siempre la tengo cerca. Por suerte, he podico incluso contactar con gente que trabajó en la empresa por aquellos años y con quien se supone que la fabricó, esta pequeña ha recorrido mundo, desde California a Suiza importada por el dueño de una tienda de instrumentos para uso personal, a la muerte (muy prematura) del dueño fue a parar a manos de su hermano que la llevó de viaje a Barcelona donde la conseguí yo.
Son solo objetos como bien dice el compañero, pero algunos, por lo menos para mi, solo agunos son especiales.
Espero no haber aburrido mucho con el "monólogo" al personal, un saludo a todos

#11 bonito monólogo. A veces las guitarras (y objetos en general) tienen una historia o muchas historias interesantes que contar.