Me he encontrado con casi todos los tipos de egos. Lo que sí puedo decir es que el ego lleva como característica esencial "hacerse oír". Se que quizás, algunos comentarios, os puedan resultar un tanto exagerados. Pero todo son situaciones reales.
Cito algunos ejemplos por los que he pasado en el local, tanto en bandas propias, en proyectos ajenos, así como en sustituciones:
- El cantante, que se cree el ideólogo de la banda, (con mucha pose, actitud y que va de muy puesto en la onda para disimular, - con creces -, que es un flojeras en cuanto a talento musical), que se las apaña para convencer al resto de miembros que ese tema (cuyas partes musicales individuales de cada uno están más que claras) ya no hay que tirarlo para adelante, sólo porque a él no se le ocurre ninguna melodía solvente. Esto también ha pasado con algunas otras ideas que se han ido avanzando en el local y se han quedado en nada. Curiosamente, recuerda constantemente al resto de miembros en que hay que vaciar las diferentes partes de la música, (a veces a expresiones que rozan lo casi ridículo) para así dejar espacio para la voz. Y, además, tarda muchísimo en elaborar las letras. Luego está el cantante que realmente es un crack en todo, -con pedestal incluido-,y que va de "mírame-y-no-me-toques". El tipo es un artista, porque realmente lo es. Sabe destacar porque tiene carisma, tiene voz, tiene don de gentes para ganarse al público, tiene saber estar... Lo tiene todo. Hasta el engreimiento y la estupidez!
- El guitarra solista, que impone "su sonido" sí o sí, y además éste es innegociable, (ni se baja el volumen del ampli en el local, ni se re-ecualiza -para dejar espacio al resto de instrumentos- ni aún teniendo delante a un pelotón de fusilamiento), y que recarga absolutamente todas las canciones con arreglos que le sitúan en primerísimo plano, ocupando muchísimo espacio. Suelen ser los que aportan gran cantidad y variedad de riffs e ideas, y no entienden que una idea suya no pueda gustar al resto. Y se molestan cuando el bajista trae algo, puesto que eso de tocar riffs que son de otro... como que no están muy a gusto. Algunos hasta con un buen dominio de varias técnicas, haciendo especial hincapié en el Tapping, falsos armonicos, Dive Bombs, entre otras. Son especialistas en reducir a la mínima expresión las partes de bajo y batería, y les "molesta" muchísimo que el bajo se oiga, puesto que nada puede distraer la escucha de su guitarra. Prefieren que un miembro abandone la banda, por salud auditiva, antes que retroceder posiciones en su Master Volumen del ampli. En grupos de covers, donde la guitarra suele estar en un discretísimo segundo plano, se les ve como "a punto de explotar", y casi siempre intentarán subirse el volumen y/o dar un puntito más de Gain!
- El guitarra rítmica, que como no hace solos (porque no le dejan), pretende que su guitarra sea imprescindible, y toma muchos puntos del guitarra solista. Filigranas o no, aparte, también suele atronar los tímpanos del resto del personal, a dejar poco espacio para la música, y a "arrinconar" al bajo y batería.
- El teclista, que como ha estudiado bastante música, -y tiene muy buenos conocimientos de teoría- se siente ungido por las verdades más absolutas, y mira con esa extraña mezcla de compasión y disciplencia al resto de miembros. Dueño y señor de las armonías. Suele ser el que propone (y consigue) que los demás respeten los arreglos que él indica y marca. Y pobre de tí si les discutes! También se caracterizan por la cantidad de orquestaciones que son capaces de elaborar y al volumen al que éstas suenan. A algunos no les importa lo más mínimo que, con sus arreglos, muchas de las veces ocupan, innecesariamente, la tesitura del bajo. Por más que se intente, es tarea casi inútil pretender que revisen el volumen de sus diferentes sonidos, puesto que encontraran cualquier excusa para justificarlo y no hacerlo (ego con mayúsculas). En contextos de versiones, se sienten como pez en el agua!
- El bajista, que se preocupa constantemente en hacerse notar en cada tema, sobrecargando con partes excesivamente rítmicas -a semicorcheas-, y cambiando de octava como el que respira. Algunos de ellos, en cada canción te recuerdan que controlan la técnica de Slap. Pueden llegar a ser capaces de modificar los arreglos, del resto de la banda, de todo un pasaje musical o tema para conseguir que su bajo predomine, llegando a incluir arreglos (a veces muy poco elegantes) que a veces ni vienen a cuento, para que su instrumento resalte. Algunos hasta tienen un rol predominante en la composición. Luego están esos bajistas "de base", que tampoco es que sepan mucho más, ecualizados en forma de "V", (y que es casi misión imposible hacerles entender que han de corregir esa forma en el EQ), que se quejan cuando se les pide que se bajen al volumen insufrible al que ponen su ampli. Al tocar covers, son proclives a modificar alguna pequeña parte de la línea de bajo, dando su toque personal.
- El batería, que se "aburre" tocando los temas y demuestra, una y otra vez, su conocimiento y (cierta?) solvencia, - "ghost notes" en la caja, incorpora síncopas/contratiempos, redobles a seisillos, desplaza golpes de bombo, modifica redobles (y los mete donde y cuando le apetece)- ,provocando que el bajista se las vea y desee para conseguir hacer base junto a él. No te atrevas a discutirle porque, para él, las canciones ya están claras porque están ya muy vistas. Suelen ser los que menos aportan, pero se muestran muy activos a las hora de discutir las estructuras, tomando incluso un papel de protagonismo casi absoluto cuando se trata de decidir alguna marca musical (para entrar o salir) que sirve de guía a la banda. Seguro que discutes con ellos por los tempos de las canciones. En contextos de versiones, no es nada raro ver a algunos como tocan más fuerte de lo normal o como aceleran los tempos.
- Los vientos, poseen esa extraña mezcla de autoridad y ausencia bajo la misma persona. Suelen ser muy buenos lectores a primera vista, por lo que algunos de ellos creen que ir con asiduidad al local de ensayo es poco menos que perder el tiempo. Suelen confiar bastante en su espíritu de improvisación, lo que refuerza el punto anterior. Pese al gran trabajo, esfuerzo y dedicación que han realizado para tocar su instrumento, algunos de ellos suelen exigir partituras de todo o si no, pues sencillamente no tocan. Y, curiosamente, al entregarles las partituras, paradojas de la vida, se las miran muy por encima, llegando a comprometer, a veces, alguna que otra parte donde hay que clavar ese arreglo que, para ellos, muchas de las veces, al ser tan "simple" en apariencia, no le han prestado la suficiente atención. Eso sí, en sus solos son imparables!
- Las coristas. Creo que nadie ha hablado de ellas. Bien. Súmales el ego de ser cantantes, de que no pasan desapercibidas en el escenario, al hecho de tener buen tipo porque, no nos engañemos, suelen tenerlo.
No creo que haya un instrumento específico y predilecto para el ego. Es más bien el reflejo de una actitud personal.
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