La guitarra, los juegos de mesa, la política-espectáculo, el fútbol, la restauración de muebles y los trepidantes y asombrosos cálculos de la inclinación adecuada de las bateas para la cría del mejillón delicioso.
Yo no sé cómo lo han logrado, pero hemos conseguido estar encabronados siempre, dividir el mundo en un “yo y los míos contra todos” y que todo sea importante.
Y esto es maravilloso, porque ahora que todo es importante, nada tiene importancia.
Y menos que nada, lo que de verdad importa.
Yo no sé cómo lo han logrado, pero hemos conseguido estar encabronados siempre, dividir el mundo en un “yo y los míos contra todos” y que todo sea importante.
Y esto es maravilloso, porque ahora que todo es importante, nada tiene importancia.
Y menos que nada, lo que de verdad importa.
