Al menos, y queda demostrado a tenor del discurrir del hilo, que parece claro que las afirmaciones genéricas del tipo "nada que ver con las actuales" dicen poco al ser proferidas sin un referente específico. En fin, aquello del que mucho abarca y poco aprieta.
Si la aceptamos, amparados en la creencia de que "todo tiempo pasado fue mejor", nos perderemos estupendas guitarras de fabricación actual, que con el tiempo estarán llamadas a formar parte del legado guitarril universal. Si por el contrario, también diéramos por sentado que "el progreso nos conduce al mejor de los mundos posibles", nos estaríamos perdiendo un buen montón de guitarras que ya forman parte de ese legado por derecho propio.
Por otra parte, si centramos la conversación en modelos muy concretos, caso de las Fender/Squier de las que se ha estado hablando en el hilo, aprenderemos mucho sobre esos modelos en concreto pero estaríamos dejando de lado el objeto del hilo, o al menos lo que más me interesa de él, que es aportar un cierto conocimiento acerca de la actitud a adoptar ante un instrumento vintage, más allá de que individualmente cada instrumento ha tenido su historia y su trato.
Luego, con la intención a atenerme (desde mi punto de vista) al objeto del hilo, sí consideraría interesante señalar un determinado período en la producción industrial de guitarras que hubiera dejado un amplio y significativo legado de modelos que estuviesen en la base de la comparación entre guitarras antiguas y modernas.
Lo interesante sería encontrar un período en el que hubiera sido posible lo que hoy nos parece un contrasentido económico, entre otras cosas porque nos hemos acostumbrado mansamente a una rebaja de los estándares de calidad. Ese contrasentido al que me refiero es el de obtener un material de primera, como Abundio decía, BARATO, pudiéndose dar el caso de que una guitarra vintage te diera más por mucho menos que una actual.
Excluyendo de la conversación a las guitarras muy baratas, pues siempre ha habido (y habrá) cascarrias, creo que es una evidencia que los estándares de calidad se han rebajado en algunos aspectos por más que se hayan perfeccionado en otros. Es decir, que, a pesar de los beneficios colaterales del perfeccionamiento del proceso productivo, la lógica empresarial ha impuesto una rebaja tal que se nota en guitarras de gama superior, como espero demostrar. La rebaja se nota en:
- Maderas:
El creciente uso de materiales sintéticos y de maderas experimentales (o de tratamientos experimentales sobre maderas conocidas) es prueba de ello. Hoy, en un contexto de creciente escasez, las mejores maderas se reservan a los mejores modelos.
Por no abundar en la selección de las maderas y en los procedimientos de secado, sólo diré que es perfectamente posible encontrar guitarras vintage de gama media con maderas, birdseye maple por ejemplo, hoy sólo reservadas a ejemplares de alto standing. Se encuentran y a buen precio (en relación a sus homólogas actuales)
- Acabados:
Sustitución de toda ornamentación natural por elementos de origen sintético. La madreperla y el abalón quedan reservados para la más alta gama. Muros de polyester cuyo acabado resulta mucho más sencillo que otro más delicado y al detalle. Cejuelas sintéticas frente a cejuelas de hueso. Aleaciones 'die-cast' frente a cordales y puentes (y cejuelas) de 'bell-brass', bronce de campana, literalmente.
También diré que es perfectamente posible encontrar guitarras vintage que tengan ornamentación natural, cejuela de hueso, finos acabados en poly e incluso cordales y cejuelas de bronce o de buen acero. Se encuentran y a buen precio (en relación a sus homólogas actuales).
- Electrónica:
Esta es la condena de un enorme número de guitarras muy aceptablemente hechas, no tanto, claro está, en el segmento medio y alto, como en el bajo. No obstante algo se puede decir, como más adelante se verá, incluso de las actuales de gama media e incluso alta. No obstante, creo que también puede afirmarse sin problemas que es perfectamente posible encontrar guitarras vintage con electrónicas tan precisas, complejas y eficientes como las que más actualmente, e incluso mejores.
Dicho queda, en el pasado se han hecho auténticas aberraciones pero también se hicieron un sinfín de guitarras que puestas al nivel de hoy igualan, cuando no mejoran, a sus referentes actuales.
¿De dónde tal seguridad? Me explico: poseo varias semis japonesas de entre los años 1981 y 83, una Epi y dos Ibanez (de los fabricantes Matsumoku y Fujigen, respectivamente). También tengo una 175 y una 335 americanas. Y digo: para mí sería "trágico" perder cualquiera de ellas y, perdiendo la más cara, no estaría perdiendo la mejor.
¿Qué más digo? Pues que ninguna de las japonesas me costó más de 1.000 euros y que la más barata de las Gibson cuesta nueva 2.400. Y también tengo que decir que a ambas Gibson les he cambiado la cejuela acrílica de serie por otra de hueso y también reensamblarles la electrónica por ruidos parasitarios, como también hube de hacer antes con una Fender Telecaster que, antes de apantallarla era más un aparato de radio que una guitarra.
¿Ruidos parasitarios en una Gibson de caja? Sí y no soy el primero que las lleva al luthier. A la 335 además hube de llevarla para que se le hiciera un "desbastado" del mástil al objeto de mejorar el acabado de la nitro, ya que al cabo de diez minutos de uso el mástil se ponía impracticable.
Ninguno de esos cuidados ha necesitado ninguna de estas viejunas que afortunadamente vinieron llegando a mí en buen estado y así se han mantenido. El aprecio que yo hago de ellas puede que contenga un componente subjetivo pero puedo asegurar objetivamente, por ejemplo, que la madera de una Ibanez AS100 (o la 80) es birdseye maple; que la cejuela de mi AS50, como las del resto, es de hueso; que ningún diapasón es menos que palisandro, nada de arces tostados o tintados ni materiales sintécticos; que toda la ornamentación de mi Sheraton del 81 es de origen natural; y que, por ir acabando, ya quisiera cualquier guitarra de gama alta llevar el apantallado de potes (cápsulas metálicas) que lleva cualquier Epi Matsumoku producida entre 1980 y 1987.
Creo fehacientemente demostrado que un instrumento vintage puede darte más por menos. La cuestión es que no cualquier instrumento vintage te lo puede ofrecer, aunque creo que sí puede afirmarse con carácter general que la producción japonesa, una vez superados los titubeos iniciales de una industria incipiente, produjo un legado muy digno de tenerse en cuenta al menos durante el período comprendido entre 1977 y 1987. Que esto sucediese al amparo de una situación muy concreta del mercado y la industria prácticamente irreproducible hoy en día no resta valor a ese legado, sino que lo engrandece.
Durante esos años, la cada vez más experimentada industria japonesa responde al acoso legal (lawsuit) y mercantil (marketing) de la industria tradicional americana, en manos de neófitos durante aquellos años (véase el caso CBS-Fender), con calidad, buenos precios e innovación. Si a eso le añadimos que el proceso de fabricación aún no estaba tan desarrollado como para permitir que una guitarra saliese de fábrica casi sin revisiones manuales, nos encontramos con que buena parte de esas guitarras eran acabadas del mismo modo que hoy atribuimos a guitarras de gama alta; es decir las guitarras se terminaban de una forma más individualizada (corrección de imperfecciones, lijado de trastes, etc.). Por otra parte, en un contexto de abundancia y de escasa conciencia ecológica, el uso de materiales "nobles" resultaba más sencillo y económico que hoy en día, por lo que no es de extrañar que durante dicha etapa, y en la línea de ofrecer calidad, el uso de dichos materiales resultase muy extendido.
Que ese modelo estaba destinado a desaparecer con el tiempo era algo que podía estar cantado en un contexto de feroz competencia comercial y en la lógica misma del beneficio industrial, pero no es menos cierto que el legado ha quedado ahí.
Si además eres (como yo) de los que piensa que el tiempo añade algo a un instrumento que haya sido mantenido con el suficiente cuidado (sobre todo por maderas y pastillas), creo que ya deberías tenerlo claro. Y si te gusta cómo amarillea el binding de una guitarra con el tiempo... pues estás perdido, también como yo.
Nota: ¿Que porqué tengo las Gibson en este caso? Pues porque me gustan las guitarras, antiguas y modernas, y porque, una vez corregidos los aspectos indeseables, me encuentro con dos guitarras que me gustan muchísimo. Yo sólo digo que es perfectamente posible y nada raro encontrar guitarras que ofrecen mucho por bastante menos de lo que podría parecer y señalo un período que ha dejado un legado importante y numeroso. Así que, al loro. Y mis disculpas por la parrafada.