Con escasísimas y algunas ya desaparecidas excepciones que si tenían verdadero talento creativo, la famosa Movida fue un gigantesco fraude.
Como ya se ha citado, había mucho niño de papà disfrazado de moderno. Con suficiente dinero en el bolsillo para pulirlo en el fín de semana cuando no de lunes a domingo sabiendo que al terminarse había màs. Y lo mismo soltaban cuatro frases aprendidas citando a Kandinsky cuya principal ocupación era ser pintor antes que filósofo que a la gallina de Mcluhan. Todo por aparentar una intelectualidad de la que realmente carecían. No por falta de capacidad mental. Era una cuestión màs simple: pasaban por poco la mayoría de edad. Simple pose.
Del tema imagen.... Pues calcadito a lo que veían en Londres, Berlín o New York . Iggy Pop Lou Reed y Velvet Underground o Bowie, ya eran mas punkys y transgresores cuando los futuros cabecillas de La Movida estaban todavía en la guardería o como mucho haciendo fichas y caligrafía en pàrvulos o con su primer catecismo del padre Astete si estaban con 6 añitos en primero de EGB. Los rockers nacieron en los 50. Los mods en los 60. Y en ciertas playas britànicas se liaban a ostias unos contra otros los fines de semana mientras los de la Movida quedaban a tomar cervezas o lo que fuese.
Como estaban fuera del circuito habitual, los màs avispados en estudios cutres y oficinas de representación nacidas el día anterior, le vieron la punta al negocio. Y poco a poco se encargaron de hacerse con las riendas del asunto y llenarse los bolsillos.
A la hora de la verdad, quien vendía discos a millones seguían siendo Julio Iglesias, Perales, el Dúo dinàmico, Serrat, Victor Manuel o Ana Belén. En menor medida, posteriormente y ya fagocitados por el sistema oficial con el beneplàcito del propio artista, los Mecano, Pecos, Tequila, Radio Futura o Miguel Bosé. Bien dirigidos al público teenager que es quien compraba los discos que pagaban sus papàs. Nada que no ocurra ahora disfrazado de Operación Triunfo o La Voz. Convertir las ediciones de 500-1000 unidades por las que se lanzaban aquellos grupos en millones tiene demasiado parecido al milagro de los panes y los peces.
La Movida, sigue siendo negocio. Y hay quien sigue viviendo de ella. Algunos como Victor Lenore provocando con lo que escribe. Algunos màs afortunados, con un reality televisivo y cantando cuando no haciendo playback descaradamente, las mismas canciones que escribieron otros hace màs de 30 años y mil veces remezcladas.
Resumiendo: tuvo sus cosillas, pero tampoco fue para tanto.
Como ya se ha citado, había mucho niño de papà disfrazado de moderno. Con suficiente dinero en el bolsillo para pulirlo en el fín de semana cuando no de lunes a domingo sabiendo que al terminarse había màs. Y lo mismo soltaban cuatro frases aprendidas citando a Kandinsky cuya principal ocupación era ser pintor antes que filósofo que a la gallina de Mcluhan. Todo por aparentar una intelectualidad de la que realmente carecían. No por falta de capacidad mental. Era una cuestión màs simple: pasaban por poco la mayoría de edad. Simple pose.
Del tema imagen.... Pues calcadito a lo que veían en Londres, Berlín o New York . Iggy Pop Lou Reed y Velvet Underground o Bowie, ya eran mas punkys y transgresores cuando los futuros cabecillas de La Movida estaban todavía en la guardería o como mucho haciendo fichas y caligrafía en pàrvulos o con su primer catecismo del padre Astete si estaban con 6 añitos en primero de EGB. Los rockers nacieron en los 50. Los mods en los 60. Y en ciertas playas britànicas se liaban a ostias unos contra otros los fines de semana mientras los de la Movida quedaban a tomar cervezas o lo que fuese.
Como estaban fuera del circuito habitual, los màs avispados en estudios cutres y oficinas de representación nacidas el día anterior, le vieron la punta al negocio. Y poco a poco se encargaron de hacerse con las riendas del asunto y llenarse los bolsillos.
A la hora de la verdad, quien vendía discos a millones seguían siendo Julio Iglesias, Perales, el Dúo dinàmico, Serrat, Victor Manuel o Ana Belén. En menor medida, posteriormente y ya fagocitados por el sistema oficial con el beneplàcito del propio artista, los Mecano, Pecos, Tequila, Radio Futura o Miguel Bosé. Bien dirigidos al público teenager que es quien compraba los discos que pagaban sus papàs. Nada que no ocurra ahora disfrazado de Operación Triunfo o La Voz. Convertir las ediciones de 500-1000 unidades por las que se lanzaban aquellos grupos en millones tiene demasiado parecido al milagro de los panes y los peces.
La Movida, sigue siendo negocio. Y hay quien sigue viviendo de ella. Algunos como Victor Lenore provocando con lo que escribe. Algunos màs afortunados, con un reality televisivo y cantando cuando no haciendo playback descaradamente, las mismas canciones que escribieron otros hace màs de 30 años y mil veces remezcladas.
Resumiendo: tuvo sus cosillas, pero tampoco fue para tanto.

