Reflexión acerca de la piratería en españa

iose
#49 por iose el 20/06/2014
Voy a levantar este hilo, porque creo que de los que hay en el foro al respecto, es en el que más ideas razonadas se han aportado en contra de la visión oficialista del llamado "pirateo".
Yo siempre lo he tenido claro, pero me he encontrado con un AUTOR (Juan Gómez Jurado) que lo explica tan bien, que no puedo por menos que compartirlo con vosotros.
Yo creo que el análisis es preciso, la exposición clara, y las ideas expuestas argumentos de peso.
Me ha parecido muy clarificador, y ha borrado todas las dudas que tenía, al hacerme ver que se sustentaban en puras mentiras.
En fin, no me enrollo más, lo mejor es que lo leáis:

http://alt1040.com/2011/01/la-pirateria-no-existe (si lo leéis en su web, hay enlaces argumentales)

Alguien escribió:
La piratería no existe

28 de enero de 2011, 15:38

Soy creador. Escribo novelas, y este –junto al periodismo- es mi único modo de vida. Mis dedos presionan medio millón de veces las teclas de este Mac, y como resultado se produce un archivo de texto que, una vez editado y corregido, se convierte en un libro que se traduce a decenas de idiomas. Mi familia y la hipoteca de mi casa dependen de mis derechos de autor. Según muchos medios de comunicación, y según muchos talibanes del todo gratis, eso me alinearía instantáneamente en las filas de los que defienden ese horror legislativo, falaz e inútil conocido como Ley Sinde, que se va a aprobar contra la voluntad de cientos de miles de ciudadanos.

Eso es mentira, y gorda.

Es una más de las que llevan apareciendo en los medios durante años, especialmente durante los últimos meses. Dicen que los españoles son piratas, que va en nuestra idiosincrasia, esa famosa picaresca tan tópica y desacertada como pintarnos a todos con el traje de luces y la paellera debajo del brazo.

Para empezar, es falso que España sea el país más pirata del mundo. De hecho en software, por ejemplo, ocupamos el puesto 79, según una encuesta de la BSA, y en cuanto al resto, los estudios de la International Intellectual Property Alliance achacan un nivel de “piratería” del 20%. ¿Cómo se conjuga eso con que haya que pagar el canon en el 100% de los casos?

Tampoco es real que la piratería esté matando el cine, cuya recaudación ha crecido a buen ritmo en los últimos diez años, al igual que el resto de contenidos. También es falso que yo tenga derecho a vivir de mi obra. Lo que tengo derecho es a intentarlo.

Sí, es cierto que las nuevas tecnologías hacen desaparecer el modelo de negocio basado en soportes físicos cerrados, lo cual es normal -también desaparecieron los fabricantes de carretas cuando Karl Benz inventó el automóvil-. No, no es cierto que las páginas de descargas tengan la culpa. ¿Acaso no es patente la incoherencia que existe por parte de la industria entre acusar a las páginas de descargas de “forrarse” y no intentar hacer lo mismo?

No defiendo las páginas de descargas, pues aunque sean legales no es justo que haya quien se aproveche del trabajo ajeno. Pero no son ellas la causa de todos los males, ni mucho menos quienes las usan ladrones y proxenetas, tal y como les llaman algunos -exiliados en Miami por causas fiscales-. Por cierto, para ellos el recordatorio de que para exigir al gobierno habría que empezar por pagar impuestos aquí como hacemos los demás.

El mayor problema que existe en el mercado en español es la ausencia de flexibilidad, de ganas de crecer y de adaptarse. En una palabra, y tal como Amador Fdez-Savater percibió en su cena con la ministra, sobreabundancia de miedo. Miedo a perder el status quo, la cadena alimenticia ante un cambio de paradigma. Y sin embargo tenemos ejemplos a nuestro alrededor de que si damos un paso adelante ocurrirá justo lo contrario.

Miremos a Estados Unidos, donde se han creado tres modelos de negocio impecables y de éxito abrumador. Kindle, iTunes y Netflix. El primero es una librería virtual que vende 775.000 títulos con precios en torno a los 7 euros para las novedades, mucho más baratos e incluso gratis para los libros de fondo de catálogo. Los libros se descargan en 30” con un solo clic en el propio dispositivo, que incluye 3G gratis. El segundo –único que opera en España- es, desde hace diez años, la referencia indiscutible en la música, habiendo vendido más de 10 mil millones de canciones. Y el tercero es un videoclub virtual con tarifa plana por 6 euros al mes. Para muestra de su éxito, baste decir que los mandos a distancia de los televisores que se venden en EEUU llevan desde 2011 un botón para acceder a Netflix de serie.

¿Qué tienen en común estos servicios? Lo más importante de todo es su sencillez. Una vez registrado en el servicio, no hay que hacer nada más. Los cobros se realizan por tarjeta de crédito, con total comodidad. Las descargas son instantáneas, y la calidad está garantizada. Las películas se ven en streaming, y están siempre disponibles. Los libros están editados por casas de primer nivel. La música no lleva protección anti copia, o DRM.

A esto hay asociado un factor precio, muy importante. Conscientes de que en la era digital la competencia es mucho más dura, los norteamericanos han buscado a la perfección el “sweet spot”, ese lugar donde interseccionan las ganas del consumidor de poseer algo rápido cuanto antes sin molestarse en buscarlo por Internet y obtenerlo con mala calidad, y la resistencia a soltar la pasta. En otras palabras, un precio justo. O sea, lo opuesto a lo que plataformas como Libranda –cuyo único objetivo, como señala Juan José Millás, parece ser no vender libros- están haciendo.

De nuevo, el miedo. DRM y precios altos. Que mis distribuidores no se enfaden. Que mi cuenta de resultados no se resienta. Que la gente haga lo que yo digo porque cierro los ojos muy fuerte y lo deseo mucho. Y si los consumidores tienen otras ideas… Que el gobierno proteja mis derechos inalienables, contra viento y marea.

En lugar de crear modelos de negocio funcionales, nos dedicamos a blindar el status quo con leyes absurdas, e insultar a nuestros mejores clientes. Llamarles piratas, sinvergüenzas y ladrones. ¿Quién creen ustedes que invierte 200 euros en un lector de ebooks, alguien que no lee? Al contrario, alguien que gasta tanto al año en libros que sabe que le acabará compensando la inversión. Y si no es capaz de encontrar contenidos interesantes de pago, los conseguirá por otras vías, con lo que de no conquistar a esta persona habremos perdido de un plumazo a un consumidor clave. Lo mismo sucede con los aficionados al cine y a la música, que llevan años haciéndolo así.

El mayor reto que tiene que superar la industria cultural en nuestro país es vencer el miedo y comprender que los piratas no existen. Tan sólo personas que quieren consumir cultura y que por desgracia hoy en día no encuentran alternativas razonables. Y a lo gratis sólo puede ganarle lo sencillo. Desde luego no leyes mordaza, retrógradas, que sirven tan sólo a los intereses de unos pocos.

Por último, una reflexión como creador. Nadie llega a crear nada que merezca la pena sin haberse empapado de los que soñaron antes que él. Alejandro Sanz, en ese barrio obrero de Moratalaz que nos vio nacer a Penélope Cruz, a él y a mí, tuvo que copiarse muchas casetes en su adolescencia, igual que yo me sentaba en un rincón en la FNAC de Callao los sábados por la mañana y leía por la cara decenas de novelas que me han ayudado a ser el escritor que soy. Vivimos el advenimiento de un cambio de modelo que está dando como resultado la era más luminosa de la humanidad, y ahora mismo hay centenares de adolescentes en nuestras calles que llevan dentro de si el potencial para ser los cantantes, los escritores y directores del mañana. Ellos también están descargando. No paréis nunca de hacerlo, ni de soñar. Y a quienes soñamos primero, os digo: dejad de tener miedo y abrazad el futuro de una vez por todas.

5 propuestas para el crecimiento digital

1 Creadores, abrid los ojos. Aprendamos nuestros derechos y las opciones disponibles para monetizar nuestro esfuerzo, que no son siempre las tradicionales. Internet es, ante todo, nuestro mayor portal de exposición, y el mayor mercado del mundo. Y aquellos que navegan por él no son ladrones, sino personas como nosotros, tan dignas como nosotros aunque su trabajo brille menos que el nuestro.

2 Ejecutivos de la industria, estudiad los modelos que funcionan. No infravaloréis a vuestro público. No deis cosas por supuestas. La España de pandereta ya no existe. Vuestra nueva audiencia es el ciudadano digital, y este no tiene el toro encima de la tele, entre otras cosas por que es extraplana, ya no cabe. Buscad economías de escala, mejor vender cien mil copias a un euro que mil copias a diez. Y por encima de todo, no compliquéis las cosas intentando que no copien. Lo harán igual, pero si es difícil lo que no harán será comprar.

3 Consumidores, tened presente que copiar no es robar, pero también que hay alguien detrás de los productos que nos hacen felices. Hay un escritor detrás de los libros, y todo un elenco detrás de una película. Si es posible y hay una alternativa sencilla a un precio razonable, cómprala. Mientras lo permita tu economía, opta por lo original. Y por favor, no digas que una película o un libro son caros para luego bajar al bar y tomarte tres mojitos a 5 euros cada uno.

4 Políticos, cread programas para ayudar a los autores a monetizar sus contenidos. Incentivad la creación de modelos de negocio novedosos. Luchad contra el IVA del 18% en las descargas, contra leyes como el precio único. Reformad la ley de la Propiedad Intelectual desde cero. Abolid el canon digital.

5 Para todos, no insultemos. Intentemos ponernos en el lugar del otro, pues en la actual tesitura todos tienen parte de razón. Y sobre todo, escuchemos, debatamos y reflexionemos. Que no nos cuelen más mentiras y gordas.


A mí, aparte de los razonamientos, me han cautivado especialmente estas dos frases:

Alguien escribió:
También es falso que yo tenga derecho a vivir de mi obra. Lo que tengo derecho es a intentarlo.


Alguien escribió:
Y aquellos que navegan por él no son ladrones, sino personas como nosotros, tan dignas como nosotros aunque su trabajo brille menos que el nuestro.
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Tokai
#50 por Tokai el 20/06/2014
Alguien escribió:
Y por favor, no digas que una película o un libro son caros para luego bajar al bar y tomarte tres mojitos a 5 euros cada uno.


:palmas:
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buzz Baneado
#51 por buzz el 21/06/2014
Yo me bajo mucha musica, pero también compro un montón. En vinilo, por supuesto. He llegado a comprar una cantidad enorme de Cd´s, tantos que no se donde ponerlos, sobre todo series medias, aunque también muchas novedades en su momento. Pero según han seguido manteniendo precios pasé de comprarlos, la razón es que fabricarlos y copiarlos no vale nada en comparación con un vinilo, y el formato mola mucho menos, donde vamos a parar. Las discográficas vieron una mina de oro con el formato CD, y les fue bien un tiempo, hasta que nuestro mundo digital se ha puesto en su sitio. Si hubieran seguido con el vinilo, la historia hubiera sido diferente.
Ayer mismo salí de la Fnac con un vinilo de Grant Green (15,40) y otro de Hank Mobley (10,98), dos vinilacos de 180 gramos, que suenan de lujo, dos musicazos tremendos, una música sideral, y el precio más o menos apañado. Pero también me he comprado el último de The Temples, edición doble vinilo acojonante, bastante más caro. O la reedición del "Bandwagonesque" de Teenage Fanclub, creo que 23 pavos.
Mi posición es que mientras me cobren cánones por esto y por lo otro, más la conexión a Internet que ya incluye diversos conceptos, etc, me sigo bajando cosas. Y seguiré comprando en vinilo aquellas cosas que considere que son especiales para mi, que me gustan especialmente, y las quiero disfrutar mirando la portada y ejecutando el ritual de poner el disco en el reproductor.
Sobre la SGAE, pues soy socio, aunque no me gusta ni un pelo cómo se gestionan la mayoría de cosas. Soy socio por reclamar solo lo que es mio, o sea cuando alguna canción suena en la radio o cuando mis ex-compañeros de grupo las tocan en directo. Obviamente esto no me hace rico, a ver si os vais a pensar que soy un famosete, hablo de cuatro duros.
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javier
#52 por javier el 21/06/2014
Yo hace años que no me compro nada.Por mi edad,no he podido disfrutar del vinilo.Pasé de los cassetes a los cd,s.Tengo un tío que tiene un par de vinilos muy destrozados.
Si es cierto que dan otro sonido.Para mí mejor que el cd.De vez en cuando,salgo a tomar algo a un bar donde ponen música clásica y jazz en su mayoría.
Tienen música en formato vinilo.
Me duele decirlo,pero hasta he vendido mi colección de cd,s hace alrededor de 5 años.Tenía sobre 300 aproximadamente.A día de hoy tengo todo archivado en carpetas y creo que no volveré a comprar o invertir nunca más dinero en música.El motivo:
_Nunca ha habido un disco entero que me envolviera en su totalidad,sino temas sueltos.Esto está a un click del youtube sin ir más lejos.Me he aprovechado del sistema,pero la crisis económica me ha pasado una factura terrible.Y lo sigue haciendo,aunque agradezco no estar en paro.

He pagado por mucha música y,todos los meses me compraba alrededor de 8 cd,s.Me jode o no,que las cosas sean así...porque es cierto que disfrutaba mucho pasándome una tarde entera en una tienda de música.Creo que moralmente no le estoy haciendo ningún bien a los compañeros que puedan dedicarse a esto profesionalmente,aunque lo cierto es que cada vez me intereso menos por lo que sale en el mercado.
Siempre tuve una relación con respecto a la música de presente al pasado.El primer grupo que escuché y me compré 12 cd,s del tirón fueron Los Suaves.Después indagué en Rosendo y otros grupos españoles.Pero mis gustos fueron variando hacia el blues y el jazz.El rock que me gusta es el clásico.No me preocupo mucho por descubrir nuevas bandas,ya que me gusta variar.
No sé debatir como lo han hecho los compañeros del hilo,pero yo no entiendo en que le puedo estar haciendo daño por ejemplo si me descargo un cd de louis amstrong vía internet.
La reflexión me ha gustado del compañero que cita:Baja la música y si te gusta,la compras.Me parece muy buena propuesta,pero tengo el problema de que no me gusta un sólo cd entero de lo que me gusta.Tengo llegado a comprar un cd por un sólo tema.
Me hubiera gustado poder decir lo contrario y seguir comprando música.Fue un pasado feliz la verdad,pero a mí,personalmente la crisis me ha asfixiado mucho,aunque sigo vivo xD y dudo mucho que vuelva a comprar música.Creo que toda la música que tengo almacenada es más que sufiente como para que disfrute de ella,el resto de mi vida.
Finalizo diciendo que hay temas y canciones que me persiguen como fantasmas.No soy o no puedo dejar de oír.Y no sé si es bueno o malo,pero he abusado mucho de la escucha musical y aún a día de hoy lo hago mientras foreo e incluso por las noches música para relajarme.
Pero veo muy difícil que yo vuelva a invertir económicamente un duro en música.Lo que me prima es escuchar.Ya se me quito aquella chispa del formato original,con su libro y su caja.Me da igual tenerla en una carpeta del pc,que en un cd virgen,que en un pendrive.
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M1000-iO
#53 por M1000-iO el 21/06/2014
Yo he comprado y bajado muchísima música en mi vida y lo sigo haciendo pero ya de manera más reducida. Ahora por 10 pavos al mes disfruto de mi suscripción premium de Spotify, que me parece una solución práctica, legal, barata y magnífica para descubrir música nueva. Mi economía, mis estanterías y mi disco duro lo agradecen, y no le jodo el negocio a nadie.

A mí personalmente el formato a estas alturas ya me da igual. Yo creo que la gente prefiere contenidos de calidad independientemente del recipiente.
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