Fernan escribió:Al final la conclusión que saco es que aquella gente tan rústica, tan simple y rural nos trataron como nunca fuimos tratados en sitio alguno. Yo ahora mismo lo recuerdo y me emociono. Las gentes sencillas son las mejores gentes.
Estoy totalmente deacuerdo contigo, compañero Fernan. Yo tengo cincuenta palos, y llevo desde los 17 subido a un escenario, y conozco las bondades de esas épocas y la putamierda en la que se ha convertido esto. Ahora lidias entre borrachos, borrachas, maleducados, y encima tienes que apartar a alguna que se pone a mear en la parte de atrás de la furgoneta, y tienes que esperar a que se suba el tanga sin ningún tipo de pudor para echar tus trastos al maletero.
Este verano nos quedamos hospedados en una casa rural por Soria también, en la que el dueño cuando se enteró de que éramos músicos nos llevo a un salón privado en otra estancia, con un bar dentro, para que nos sirviésemos una copa, cafés y puros, y nos estuvo contando mil historias de su juventud. Había sido varias legislaturas el alcalde del pueblo, había estado en la cárcel por conducir un Cadillac de joven con catorce ocupantes dentro y tener un accidente con varios muertos. El se autoapodaba " el Vaquilla dos"....(No voy a dar más datos por aquí por si alguien lo conoce). Su primo, que también asistió a la fiesta improvisada era funcionario de prisiones en una cárcel de (tampoco lo voy a decir) y decía que si alguna vez me metían en la cárcel que no me preocupase, que el me proporcionaría putas, droga y lo que me hiciese falta, jajajajajaja. Te ven guitarrista y ya piensan que le das a todos los palos.
Hablando de hospitalidad, Entre la zona de Soria y Zaragoza hay una empresa de representación (no name) con la que trabajábamos mucho, nos daba más de 90 bolos anuales por esa zona, una burrada, pero muy salpicados, con mucho trajín de kilómetros. El tipo cuando terminaba la temporada nos llevaba a su bodega a ponernos hasta arriba de marisco, cochinillo y cosas varias,,,,,,, y nos chispaba con vino de la tierra que nos hacía beber EN CASCARAS DE COCO (no entiendo el ritual ni la gilipollez de beber vino en un coco) pero salíamos de la bodega A GATAS, y alguno sin conocimiento, en una carretilla de obra tirada por no se quién....y cuando digo a gatas es que yo recuerdo las inmensas comilonas, pero no consigo recordar cómo salíamos de aquél sitio...... Lo mismo hasta nos dio por culo a todos y jamás lo sabremos, ajajajajaja
Bueno, seguimos para bingo.
