A mi me pasa lo mismo que a muchos de vosotros: me da igual si las simulaciones de los amplificadores que trae el Eleven son más o menos parecidas a los amplificadores originales. Yo lo que busco en estos cacharros es que suene bien, que me pueda tirar horas y horas tocando y no me canse.
Con que pueda estar a gusto con un sonido limpio cristalino agradable, un crunch cremoso y un overdrive molón y que ambos dejen margen a la dinámica, que respondan a cada tipo de pastilla y al ataque de púa de manera lo más natural posible, con eso me basta. Y el Eleven me lo da.
Además, el previo de micro es bastante decente. Con un micro regular y unos cuantos conocimientos de grabación y mezcla puedes conseguir resultados muy buenos. Para muestra, os dejo un botón. Para el audio de este vídeo usé una cutre guitarra acústica Academy (80€), un micro AKG C2000-B (100€) y el previo del Eleven Rack. No sé a vosotros, pero a mi me encanta como suena.
Por cierto, ayer estuve tocando con un grupo de versiones y me llevé el Eleven. En la orquesta siempre lo meto directo a PA y saco una salida independiente a un monitor para escuchar mi guitarra. Con las salidas Output to Amp puedes mandar un volumen a PA y otro independiente a uno o dos monitores, con lo que no mareas al técnico con los niveles. Ayer el bolo era un bar sin mucha PA, así que usé el Eleven con un viejo Marshall Valvestate 265. Lo conecté al Eleven con el método de los cuatro cables. No tuve tiempo para programar nada, porque fue todo muy rápido, así que no usé las simulaciones del Eleven, sólo los efectos (Comp, Delay, Chorus y Reverb). Me llevé una pequeña pedalera con la controladora MIDI para encender y apagar efectos, un pedal Wah, otro de volumen, el Sweet Baby Baby Overdive para las rítmicas y el Orange Burst para los solos. Y mi SX FTL-50. Pues FLIPÉ!! Me encantó como sonó! Tengo que investigar más para poder usar alguna simulación, pero creo que el Valvestate me va a dar mucho juego con el 11R.