Hace años estaba de copas con amigos en un local de ocio. Uno de esos amigos, trabajaba en un restaurante a pocos metros de allí. Como era ya avanzada la noche, el restaurante ya había cerrado, y ese amigo, que tenía llaves, nos invitó a entrar un rato. En un momento dado, me llevó al almacén para mostrarme los productos (sólo para eso. nada más, je je), y estando en un pasillo en el que había bebidas apiladas hasta el techo, me dijo casi con un grito y el tono de mayor felicidad que hayáis oído nunca: ¡Mira que cantidad de género! ¿Y sabes lo mejor? ¡¡¡QUE DE ESTO NADIE HACE INVENTARIO!!!
Yo aluciné. Nunca he tenido por norma andar robando en los sitios en los que he trabajado.
Yo aluciné. Nunca he tenido por norma andar robando en los sitios en los que he trabajado.

