Lo primero que hay que destacar es que está ensamblada en china, algo nuevo para ser una Fender. El precio ronda los 400€, casi parejo a las Fender mim standard y algo superior a las Squier Cv que aparecieron en 2008.
Cuerpo de pino (3 piezas), mastil de arce (mismo acabado que las Squier Classic Vibe), todo ello barnizado.
Electronicamente se sale de lo común en una telecaster: pastilla del mastil típica telecaster, pastilla del medio de una stratocaster (classic vibe supongo) y la sorpresa viene en la pastilla del puente (doble con un interruptor para hacerla doble o simple). Switch de 5 posiciones y controles de volumen y tono de tacto duradero.
La paleta de sonidos es amplia, desde sonidos bluseros hasta altas ganancias, pasando por el tipico sonido stratocaster en la pastilla de medios.
Visualmente bien rematadas, varios colores a elegir y una configuración electrónica única.
Una buena guitarra para su precio, con el aliciente de ser una Fender, una de las primeras de la que puede ser una nueva estrategia de marketing de la empresa estadounidense.