Quería abrir éste post para comentar las ventajas y desventajas de los dos métodos de enseñanza actuales más difundidos.
Para los que no estén familiarizados con ellos, estos son la enseñanza clásica seguida durante años en conservatorios, con lectura musical, armonía clásica y demás; frente a la enseñanza actual de escuelas de música y métodos autodidactas para guitarra, consistente en el despliegue de escalas y modos, enseñando música mediante el aprendizaje mecanizado de escalas para la improvisación.
Desde mi punto de vista los dos pecan de cojera... quiero decir, en los conservatorios existe una grandísima carencia de improvisación y actitud creativa; mientras que en el otro método existe una enorme carencia de cultura teórico-musical general, de lectura y de confusión de términos, como por ejemplo, la "armonía modal" que no es sino la resultante del contrapunto en madrigales renacentistas (por ejemplo), que es a lo que llaman si una progresión se puede improvisar mediante las notas de una escala mixolidia... o los acordes de sexta, que en lugar de ser una primera inversión, es un acorde tríada más la sexta, es decir, con sexta. Muchos pueden criticar éste último comentario, pero un acorde de sexta se llama así desde que se inventó hace unos sigloe. Éste segundo método para alguien autodidacta puede resultar satisfactorio y más; pero lo que no veo del todo bien es que se implante en escuelas y academias sin tener en cuenta esos pequeños fallos que de cara a una profesionalidad pueden plantear serios problemas y disputas con el colectivo de músicos con el que se toque o se hable. Cosa que no lleva sino al eterno enfrentamiento entre rock y clásico; el cuál, como componente de ambos "bandos" he sufrido durante años, incluso gente hablando de lo mismo con otros términos llegan a ver quién es más listo (¿el que suene más rimbombante? ¿con menos faltas de ortografía?).
La solución en mi opinión, pasaría por la flexibilidad de los dos métodos, los cuales he estudiado, para una unificación y una buena explicación de en qué consiste cada método para explotar lo mejor de cada uno.
No sé qué pensaréis vosotros.
Para los que no estén familiarizados con ellos, estos son la enseñanza clásica seguida durante años en conservatorios, con lectura musical, armonía clásica y demás; frente a la enseñanza actual de escuelas de música y métodos autodidactas para guitarra, consistente en el despliegue de escalas y modos, enseñando música mediante el aprendizaje mecanizado de escalas para la improvisación.
Desde mi punto de vista los dos pecan de cojera... quiero decir, en los conservatorios existe una grandísima carencia de improvisación y actitud creativa; mientras que en el otro método existe una enorme carencia de cultura teórico-musical general, de lectura y de confusión de términos, como por ejemplo, la "armonía modal" que no es sino la resultante del contrapunto en madrigales renacentistas (por ejemplo), que es a lo que llaman si una progresión se puede improvisar mediante las notas de una escala mixolidia... o los acordes de sexta, que en lugar de ser una primera inversión, es un acorde tríada más la sexta, es decir, con sexta. Muchos pueden criticar éste último comentario, pero un acorde de sexta se llama así desde que se inventó hace unos sigloe. Éste segundo método para alguien autodidacta puede resultar satisfactorio y más; pero lo que no veo del todo bien es que se implante en escuelas y academias sin tener en cuenta esos pequeños fallos que de cara a una profesionalidad pueden plantear serios problemas y disputas con el colectivo de músicos con el que se toque o se hable. Cosa que no lleva sino al eterno enfrentamiento entre rock y clásico; el cuál, como componente de ambos "bandos" he sufrido durante años, incluso gente hablando de lo mismo con otros términos llegan a ver quién es más listo (¿el que suene más rimbombante? ¿con menos faltas de ortografía?).
La solución en mi opinión, pasaría por la flexibilidad de los dos métodos, los cuales he estudiado, para una unificación y una buena explicación de en qué consiste cada método para explotar lo mejor de cada uno.
No sé qué pensaréis vosotros.

(Después de entender la frasecita, seguimos).
Ya... ya está

