Cómprate una púa de madera, pero de caoba de la buena, ya verás que rápido desaparece
Desolado por la evidencia.
OFERTAS Ver todas
-
-59%Hughes & Kettner Spirit AmpMan Classic
-
-15%Kemper Profiler Player
-
-20%IK Multimedia ToneX One Joe Satriani Ltd Ed.
Yo pierdo púas constantemente, pero hay una cosa que pierdo aún más: mecheros.
Es acojonante pero en cuestión de un par de días, puedo pasar de tener seis o siete en danza a no tener ninguno.
Más allá de eso, como consejo, si vuestras púas son Gibson no las dejéis cerca de la Tokai Lespol, sobre todo si tenéis en casa patatas y airfrayer de esas.
Es acojonante pero en cuestión de un par de días, puedo pasar de tener seis o siete en danza a no tener ninguno.
Más allá de eso, como consejo, si vuestras púas son Gibson no las dejéis cerca de la Tokai Lespol, sobre todo si tenéis en casa patatas y airfrayer de esas.
Me has recordado una historia personal.
En mis 18-19 años tocaba con un grupo de la iglesia a la que asistía, el grupo musical de la iglesia, vamos. Como era roquero esos días, me compré una pua Dunlop Tortex de esas moradas, 1.14mm si no estoy mal, en esa época ponía "Heavy", y como yo era heavy, me la compré (mi primer pedal fue el Boss HM2, no podía ser otro).
Lo cierto es que esa púa se convirtió en mi púa fetiche, mi amiga inseparable, la cuidaba como oro en paño, en ese tiempo, época de estudiante, las púas las compraba de una en una, nada de paquetes de a 20 púas, no se podía más (igual que la cuerda que se rompía). Era prácticamente mi única púa, con la que tocaba, con la que practicaba, no necesitaba comprar más.
Un día la perdí.
Después de pasar el luto me compré una parecida, a veces la miraba receloso porque me daba la impresión que no era igual, pero era la misma marca y grosor. La vida continuaba.
Un año después o así, fuimos a tocar en otra iglesia, a unos 400 Km de nuestra ciudad, llevamos toda la parafernalia, sonido, batería, amplificadores, micrófonos, etc. Estuvimos unos días en un evento que habían organizado y, al terminar, comenzamos a recoger el equipo. Ya cuando casi todo estaba recogido yo fui prácticamente el último en recoger lo ultimo que quedaba: el bombo de la batería. Cuando levanté el bombo y se expuso el suelo donde se encontraba, ahí estaba, una púa morada como la que yo había perdido. ¿Sería esa? ¿Qué habría pasado?
Volvió a mi.
La explicación más razonable que se me ocurrió es que se me pudo haber caído cerca de la batería y haberse alojado en algún recoveco de los tambores, o qué se yo. Apareció a cientos de kilómetros de casa. Creo que todavía la tengo, pero se me pudo haber confundido con otras de la misma factura, pues normalmente compro de esas, aunque ya no soy tan heavy.
Sé que es un relato tonto, pero significó mucho para mi y, bueno, yo también me encontré una púa morada la cual asumí que era la mía ¿Quien más iba a perder una púa igual en una iglesia tan lejos de casa?
Ahora que lo pienso, creo que en mi vida he encontrado más púas de las que he perdido, una vez encontré una negra por la calle, otra vez me encontré una con un motivo ochentero horroroso, otro día me encontré una de metal, en mi cajita de púas, no sé como, me apareció una púa que pone "davidbueno.com" (nunca he ido a ver a David Bueno).
Ya ves, yo también he tenido historias con púas moradas, no creo que encontrarse una púa sea la antítesis de perderla (simbólicamente hablando), al contrario, probablemente sea una señal providencial de la necesidad que tienes de volver a enamorarte del instrumento y disfrutar tocando, aunque sean tres acordes solo en casa, sin que nadie te vea, sin que nadie te aplauda.
Tu guitarra y tú...
...ah, y tu púa.
En mis 18-19 años tocaba con un grupo de la iglesia a la que asistía, el grupo musical de la iglesia, vamos. Como era roquero esos días, me compré una pua Dunlop Tortex de esas moradas, 1.14mm si no estoy mal, en esa época ponía "Heavy", y como yo era heavy, me la compré (mi primer pedal fue el Boss HM2, no podía ser otro).
Lo cierto es que esa púa se convirtió en mi púa fetiche, mi amiga inseparable, la cuidaba como oro en paño, en ese tiempo, época de estudiante, las púas las compraba de una en una, nada de paquetes de a 20 púas, no se podía más (igual que la cuerda que se rompía). Era prácticamente mi única púa, con la que tocaba, con la que practicaba, no necesitaba comprar más.
Un día la perdí.
Después de pasar el luto me compré una parecida, a veces la miraba receloso porque me daba la impresión que no era igual, pero era la misma marca y grosor. La vida continuaba.
Un año después o así, fuimos a tocar en otra iglesia, a unos 400 Km de nuestra ciudad, llevamos toda la parafernalia, sonido, batería, amplificadores, micrófonos, etc. Estuvimos unos días en un evento que habían organizado y, al terminar, comenzamos a recoger el equipo. Ya cuando casi todo estaba recogido yo fui prácticamente el último en recoger lo ultimo que quedaba: el bombo de la batería. Cuando levanté el bombo y se expuso el suelo donde se encontraba, ahí estaba, una púa morada como la que yo había perdido. ¿Sería esa? ¿Qué habría pasado?
Volvió a mi.
La explicación más razonable que se me ocurrió es que se me pudo haber caído cerca de la batería y haberse alojado en algún recoveco de los tambores, o qué se yo. Apareció a cientos de kilómetros de casa. Creo que todavía la tengo, pero se me pudo haber confundido con otras de la misma factura, pues normalmente compro de esas, aunque ya no soy tan heavy.
Sé que es un relato tonto, pero significó mucho para mi y, bueno, yo también me encontré una púa morada la cual asumí que era la mía ¿Quien más iba a perder una púa igual en una iglesia tan lejos de casa?
Ahora que lo pienso, creo que en mi vida he encontrado más púas de las que he perdido, una vez encontré una negra por la calle, otra vez me encontré una con un motivo ochentero horroroso, otro día me encontré una de metal, en mi cajita de púas, no sé como, me apareció una púa que pone "davidbueno.com" (nunca he ido a ver a David Bueno).
Ya ves, yo también he tenido historias con púas moradas, no creo que encontrarse una púa sea la antítesis de perderla (simbólicamente hablando), al contrario, probablemente sea una señal providencial de la necesidad que tienes de volver a enamorarte del instrumento y disfrutar tocando, aunque sean tres acordes solo en casa, sin que nadie te vea, sin que nadie te aplauda.
Tu guitarra y tú...
...ah, y tu púa.
Nuevo post
Regístrate o identifícate para poder postear en este hilo
