Moonkee escribió:
Una maravilla.
Me duele mucho cuando pienso en la potencia musical que era la España del Renacimiento y el primer barroco, con compositores únicos y músicos de primerísima, y cómo desapareció todo. Los Borbones no han traído nada bueno a este país. Y no por patrioterismo, sino que me duele por lo que se dejó de hacer, de producir, para el mundo.
Es más, tenemos abandonadísimo a tipos como Guerrero, al que los ingleses le tienen un amor incondicional. Flipe en colorines cuando descubrí cómo lo tienen de elevado por allí, hay toda una escuela coral.
Totalmente de acuerdo. Parece que cuando reivindicas la música clásica de este país eres un patriotero o un lamebanderas o algo así. Y nada de eso. Asociar un sentimiento (ya sea positivo o negativo) a una nación está en las antípodas de esta reivindicación. Simplemente es denunciar el olvido sistemático en centros educativos y en la enseñanza de la música y de la historia cultural, en los exiguos reconocimientos institucionales y en el escaso aporte y apoyo económico por parte de los sucesivos ministerios de cultura a los músicos e instituciones que mantienen vivo este legado. Es vergonzoso:
Tomas de Victoria que forma parte de los repertorios de cualquier madrigal sea del país que sea,
Guerrero,
Luis de Narváez,
Luis de Milán,
Gaspar Sanz,
Alonso de Mudarra, toda la
música popular de corte anónimo renacentista,
Santiago de Murcia, la
música y danzas de ida y vuelta (las que llegaron a América y evolucionaron nuestros hermanos americanos y luego llegaron de nuevo a Europa para tomar distintos caminos que derivan de distintas formas no solo en la península, sino en Francia, centro de Europa, Italia o las islas británicas),
Sor,
Domenico Scarlatti (compositor al que, según Chopin, todo pianista que se precie ha de conocer profundamente). Y así, suma y sigue. Es, de verdad, una época dorada y de sobra reconocida en las demás partes del mundo.
Con un presupuesto en cultura de entre 1000-1500 millones anuales en la última década. ¿De verdad no hay dinero suficiente para fomentar y dar a conocer la base original que caracteriza nuestra historia musical? ¿Cómo puede ser que en los manuales y programas de educación secundaria ni se los nombre cuando se toca este periodo? ¿Cómo puede ser que no se hayan destinado recursos para grabar buenas ediciones con las obras completas? ¿Cómo puede ser que los centros públicos y conservatorios dedicados a este legado se puedan contar con los dedos de la mano? ¿Se puede imaginar uno que en Rusia se olviden de Tchaikovsky o Mikhail Glinka, en Alemania de Bach, en las islas británicas de Purcell o Händel, en Italia de Monteverdi, en Francia de Couperin o Rameau...?
Bueno, y lo dejo que parezco (y debo serlo) un pesimista cascarrabias. Ojalá se mejore la situación y los futuros ministerios se hagan cargo y reparen este vergonzoso y largo olvido.