Denuncia a Ticketmaster por irregularidades en el cobro de las entradas de Bad Bunny
Desde OCU hemos denunciado hoy ante las autoridades de Consumo a la plataforma de venta online Ticketmaster. ¿El motivo? Un cobro irregular y abusivo de las entradas del anunciado concierto de Bad Bunny: al precio básico de la entrada se le suman distintos conceptos que al final triplican su coste.
Tras las quejas recibidas en la organización y a través de RRSS con motivo de la venta de entradas de los próximos conciertos de Bad Bunny en Madrid y Barcelona, en OCU hemos investigado y nos encontramos con un nuevo abuso en la compra de entradas online, que ya hemos denunciado ante la Subdirección General de Inspección y Procedimiento Sancionador del Ministerio de Consumo.
Cobran cargos extra
Ticketmaster incrementa el coste de la entrada del concierto de Bad Bunny con hasta tres conceptos diferentes: así, una entrada que originariamente anuncia un coste de 79,50 euros, acaba costando 269, euros, pues al importe mínimo anunciado hay que sumar 3: 3,30 euros en concepto de donación 36,50 euros por gastos de gestión y 150 euros por cargo vip adicional.
Demasiados abusos
En OCU lo tenemos claro: estos gastos añadidos son abusivos y por ello denunciamos a Ticketmaster.
Llevamos tiempo denunciando la injusticia que supone el cobrar unos gastos de gestión al consumidor que compra online una entrada (o un billete): si todo lo hace el usuario: entra en la web, seleccionar fecha, tipo de entrada, asiento, la imprime… ¿Qué gestión justifica un cobro de nada menos 36,50 euros por entrada?
Y en este caso, además, hay una cuantía por "donación", y un "cargo extra VIP" que es casi el doble del precio original de la entrada. Estos agstos tienen en común:
Que no son transparentes, para el usuario no son evidentes casi hasta el momento del pago
Que no son reembolsables.
Son precios dinámicos
Y además, los precios de estas entradas no son iguales para todos: se trata de precios dinámicos que varían "en función del mercado", sin que nadie aclare qué factores influyen exactamente en el precio final, cuánto y cómo.
Desde OCU consideramos que, para que el usuario pueda hacer una compra informada, debe conocer más detalles de esta política de precios personalizados y cambiantes, saber qué determina ese cambio, y también pensamos que, mientras que el consumidor no abandone el proceso, debería respetarse el primer precio que se le ofreció.
Son muchas las cuestiones pendientes y muchas las dudas: pedimos a Consumo que desarrolle una normativa que evite abusos en la aplicación de los precios dinámicos: la personalización no puede ser un argumento para cobrar de más al usuario.
