Discurso de Jose Antonio Pereira

Di Romein
#1 por Di Romein el 21/11/2012
Me limito ah hacer un corta y pega de un discurso de este gran batería, el cual me ah marcado la verdad... espero que os guste.
Si eres músico, tanto amateur como profesional, es de obligada lectura.

Grande Pere. Es un orgullo tener amigos de este nivel musical y personal.

“Estar ahí” (1º parte) Pereira

En cierta ocasión departía amigablemente con un joven
compañero aprendiz de batería. Aspiraba a ser un gran músico y a vivir de ello por lo que tomaba muchas clases y practicaba de sol a sol… y no es una forma de hablar. Comentábamos asuntos relacionados con el estudio del instrumento, el trabajo con bandas y artistas y la relación con las marcas. En cierto momento de la conversación me confesó que sentía deseos de “estar ahí”. Yo le pregunté a que se refería con esa expresión y me respondió “pues eso, estar ahí, como tu… tocando con artistas famosos y eso…” Me quedé callado, pensativo. No en vano, me acababa de enterar que yo “estaba ahí”. Le contesté que probablemente tenía una visión idealizada de esta profesión y eso le podía llevar a algún desengaño. No obstante, le comprendí puesto que pasaba muchas horas delante de la batería y de los libros de técnica y, al fin y al cabo, en ellos no pone nada del trabajo, del negocio o de “estar ahí”. Sin querer, mi joven amigo me hizo reflexionar mucho y plantearme escribir sobre ello.

Cada músico profesional que ha logrado desarrollar una prospera carrera profesional tiene una historia personal distinta, con sus propias circunstancias y coincidencias “azarosas” que le han llevado hasta donde está. Si preguntáis a vuestro músico admirado como se llega hasta donde el está probablemente no os sepa decir como se logra, tan sólo podrá contaros su historia personal. Nadie tiene la clave del éxito porque, entre otras cosas, el éxito no es lo mismo para unos que para otros.

No obstante, hay ciertas “prácticas saludables” que pueden ayudarnos en nuestra carrera personal hacia el éxito. En este artículo trataremos sobre ellas teniendo en cuenta que lo más inteligente es hacerlas nuestras y amoldarlas a nuestra personalidad y circunstancias propias.

El concepto de éxito

éxito.
(Del lat. exĭtus, salida).
1. m. Resultado feliz de un negocio, actuación, etc.

¿Qué es para ti el éxito? Hazte esta pregunta y trata de contestarla con honestidad. Pensar en ello con calma y profundidad nos aportará respuestas menos obvias que las que daríamos en un primer momento. Tenemos que tener claro en que consiste el éxito para nosotros, puesto que esto será lo que guíe nuestros pasos y nos indique la dirección de nuestras actuaciones. Más de una vez he visto músicos amargados por confundir su concepto de éxito con las metas o por perseguir el tipo de éxito que le imponen la sociedad, la tradición u otros músicos. El concepto de éxito no es fijo, puede variar con los años al igual que nuestros intereses o nuestros valores. No debemos cerrarnos y ser fieles a un ideal que ya no vale para nosotros, esto sólo nos hace andar por un camino erróneo. Cuando perseguimos a toda costa una meta equivocada todo cuesta más, encontramos muchos inconvenientes y, lo que es más importante, sufrimos mucho. Estos no son más que los índices que nos indican que nos hemos apartado de nuestro camino natural. Mi sueño era tocar la batería y llegar a trabajar de ello por lo que me he sentido una persona con éxito desde el primer momento, no importa si ganaba más o menos o si las condiciones del trabajo eran mejores o peores. Saber que has alcanzado el éxito te hace más feliz, más agradecido y un mejor compañero de trabajo lo que repercute en más y mejores oportunidades. No obstante, ser consciente del propio éxito no es sinónimo de conformismo. Agradece y disfruta tu actual situación sin dejar de trabajar para llegar más alto.

No hay nada de malo en pretender dinero, reconocimiento y fama. Aunque no es necesario ya que si persigues lo que tu alma realmente demanda, el dinero y el reconocimiento llegan como resultado lógico de haber escogido el camino correcto. Lo ideal es adentrarse en el corazón de cada uno para saber con claridad que es lo que te está pidiendo e ir a por ello.

Comienza ya

Si sueñas con ser un profesional de valía, serio y que se esfuerza al límite, comienza ya. Da igual si tocas en una banda aficionada, una orquesta pequeña, gratis o cobrando poco. Ser un profesional no es más que eso; serlo. Es una cuestión de actitud. No tiene que ver con cuanto dinero ganas ni con la popularidad del artista al que acompañas. Si siempre eres profesional al final acabarás estando donde mereces sin ninguna duda.
No es una buena política esperar a ganar una cantidad determinada de dinero para ser profesional. He escuchado a músicos decir “cuando gane x cantidad haré las cosas de otra manera”. Ser profesional es algo que se aprende y se mejora con la práctica. Comenzar a trabajarlo lo antes posible nos asegura que adquiriremos buenos hábitos y nos acostumbraremos a trabajar de forma correcta. También sucede que si nos acostumbramos a hacer las cosas de forma poco seria será complicado rectificar puesto que crearemos un hábito. Practica diariamente tu profesionalidad al igual que tu técnica independientemente de cuanto cobras o del nivel de tu empleo.
El público no sabe cuanto cobras ni si el técnico de monitores no hace bien su trabajo o si el manager te explota. Por eso siempre debes mantener una imagen y un nivel de esfuerzo que te haga sentir orgulloso si te vieras desde la grada. Respeta al público ya que son la razón de que tu estés en el escenario. Por otro lado, nunca sabemos quien mira o quien te dará la oportunidad de un mejor trabajo así que siempre hemos de dar el 100%. Por encima de todo esta nuestro respeto hacia nosotros mismos que pasa por no perder de vista lo que somos aunque las circunstancias que nos rodean no sean las más adecuadas.
Si en un trabajo determinado no podemos trabajar al 100% y dar lo mejor de nosotros mismos es mejor dejarlo que ofrecer una versión “descafeinada” de lo que somos. A corto plazo puede traer problemas económicos pero a la larga será mucho más beneficioso para nuestra carrera. Una mala impresión puede resultarnos más cara a la larga que el dinero que dejamos de cobrar en un trabajo inadecuado.

No olvides quien eres

Una de las fuentes de desanimo más habituales viene dada por la asociación que hacemos entre lo que somos y lo que hacemos. Yo no soy el trabajo que hago, soy lo que decido ser. Por tanto, si toco en una orquesta de tercera no pienso que soy un batería de tercera sino un batería plenamente profesional y capaz que, en un momento dado, se encuentra haciendo ese trabajo. Y a la inversa, si estoy tocando con el artista o grupo más famoso del momento no pienso que soy el mejor batería del mundo sino un batería plenamente profesional y capaz que, en un momento dado, se encuentra haciendo ese trabajo. Esto es muy importante porque nuestros actos van en la dirección de nuestras creencias. Si tienes claro que eres un batería profesional de éxito actuarás como tal y al final acabarás donde te corresponde.
No consiste en que suceda algo para creerlo sino en creerlo para que suceda.

Si no asociamos lo que hacemos a lo que somos nos evitaremos tristezas, malestar y depresiones. Nosotros siempre somos lo mismo mientras que lo que hacemos va cambiando. Si hemos decidido escoger la profesión de batería hemos de estar preparados para tocar en situaciones diversas y muy diferentes. Es habitual que nos encontremos con que un día acompañamos a una estrella frente a miles de personas y, al día siguiente, nos vemos tocando en un bar frente a cuatro personas. Con nuestros compañeros de banda sucede igual, a veces nos encontramos con excelentes músicos que hacen nuestro trabajo más fácil y en otras ocasiones mantener estable un groove es tarea de titanes por la poca preparación de los compañeros. En estas circunstancias cambiantes tener claro lo que eres es una máxima.
Tener siempre bien presente lo que eres te ayuda a no cegarte por el espejismo del éxito y a no hundirte cuando las cosas no van como quisieras.

“Estar ahí” (2ª Parte)

En el número anterior comenzamos a analizar algunas claves que os pueden ayudar a conseguir “estar ahí” y en esta segunda parte terminaremos de plantear algunos conceptos que quizás os sirvan para vuestro camino personal.

Todo profesional de la música que se precie posee aptitud y actitud a partes iguales. La aptitud trata sobre las habilidades técnicas y de estilo necesarias para llevar a cabo una actividad. En cambio, la actitud trata sobre la disposición mental con la que enfrentamos dicha actividad. Mi experiencia me ha demostrado que casi todo el mundo tiene claro que hay que tener sobradas aptitudes para ser un buen músico profesional. Todos comprenden que hay que estudiar mucho y conocer lo mejor posible el instrumento, su técnica y los diferentes estilos para poder desarrollar bien nuestro oficio. Así mismo, tenemos bien claro que no se puede tocar un instrumento sin haber practicado antes. Sin embargo a menudo obviamos la importancia de la actitud y, lo que es peor, tendemos a pensar que “o se tiene o no se tiene” como si fuera un don de nacimiento. Nada más lejos de la realidad ya que la actitud se aprende y se trabaja igual que la aptitud. Es cierto que cada persona tiene unas capacidades de partida diferentes y unos tardan más en controlar la técnica que otros pero todos terminan dominándola si trabajan de la forma adecuada. Con la actitud pasa igual, hay quien parte con mejores cualidades pero TODOS pueden conseguir buenos resultados si trabajan en esa dirección. Este artículo ahonda más en el desarrollo de la actitud precisamente para mejorar esa gran olvidada por muchos.

Observa y aprende

Cuando comenzamos a tocar y montamos nuestras primeras bandas solemos hacerlo con gente afín a nosotros. Generalmente buscamos músicos de nuestro entorno con un gusto musical y una edad similar a la nuestra. Sin embargo, cuando comenzamos a trabajar para otros la cosa cambia. Es muy común que en el grupo de músicos de una orquesta, teatro musical o estrella pop, el rango de edad y el bagaje profesional sea muy variado. En estos trabajos participan codo con codo músicos que vienen de mundos tan diferentes como la música clásica o el rock, que comenzaron con 5 años en el conservatorio o con 15 en un local lleno de posters de melenudos. En un entorno tan diverso la forma en la que se encaran las relaciones personales y laborales varía mucho.

Si en cualquier trabajo es fundamental mantener una relación sana con los compañeros, entre los músicos es vital ya que con toda seguridad surgirán muchos más momentos de tensión que en cualquier otro trabajo. Para empezar, en la música se comparte mucho tiempo con los compañeros ya que a menudo pasamos temporadas completas juntos, viajando, comiendo, durmiendo y todo lo que conlleva una gira de conciertos. Los horarios cambiantes, el cansancio de los viajes, etc minan nuestra paciencia y nos pueden hacer reaccionar de forma airada.

Este escenario es una oportunidad única para observar distintas estrategias de trabajo y comprobar su resultado. Los compañeros continuamente nos están dando impagables lecciones de lo que se debe y no se debe hacer. Los momentos de crisis dentro de la banda no son plato de buen gusto pero debemos verlos como una oportunidad única para aprender como resuelve la situación cada cual y que resultado obtiene. De esta forma vamos aprendiendo distintas estrategias para enfrentar las diversas situaciones que el trabajo nos plantea. Si no sabes como actuar en una situación determinada mira a tu alrededor, seguro que encuentras compañeros que con su comportamiento te dan las claves necesarias para saber donde ubicarte tu. Recuerda todas estas situaciones porque a veces recibes información que no parece necesaria en el presente pero que puede resultar vital más adelante.

Otra fuente de sabiduría que no debemos menospreciar es nuestro propio comportamiento y sus resultados. Analizar nuestras actuaciones con detenimiento nos ayudará a entender porque obtenemos un resultado determinado. A veces la misma noche que llegas a casa descubres que deberías haberte comportado de otra manera y, en otras ocasiones, se puede tardar meses o incluso años en entender con claridad lo que ocurrió. En cualquier caso debemos habituarnos a meditar sobre nuestro comportamiento para poder corregir las actitudes que nos apartan de lo que somos y de lo que queremos llegar a ser.

El tren sólo pasa una vez

¿Quién no ha escuchado esta frase alguna vez? Es una metáfora que da mucho juego porque encierra toda una actitud tremendamente negativa y equivocada. Los que creen esto es muy probable que les suceda de verdad porque están tan compungidos mirando el tren que se les escapó que no reparan en el que está entrando en la estación. Pero hay más razones para desmontar esta dañina afirmación;

- Es tremendamente irónico que la gente que te dice que el tren sólo pasa una vez a continuación te relata como lo ha perdido en varias ocasiones.

- Nunca pierdes un tren, cuando crees que lo pierdes en realidad estás aprendiendo una valiosa lección que te servirá para no perder otro que pasará más tarde y probablemente sea el tuyo de verdad. Nunca puedes errar, o las cosas salen bien o aprendes una lección. Siempre sales ganando.

- Como dije antes, si miras como se aleja un tren das la espalda al que llega y lo pierdes de nuevo.

Así que, visto lo visto, reestructuremos el título de este apartado: El tren sólo pasa una vez… a la hora.

No quisiera cerrar este capítulo sin apelar a la paciencia. En ocasiones podemos llegar a tardar años en comprender porqué “se nos escapó un tren” y en qué falló nuestra actitud. No siempre estamos preparados para entender algo y hay que esperar a haber madurado lo suficiente para comprenderlo. Por el contrario, la lección que se aprende con ello es tremendamente valiosa, no la menospreciemos o volveremos a caer en los mismos errores una y otra vez.

Que sepan que existes

Cuando alguien necesita los servicios de un músico no llama al mejor que existe sino al que más le gusta de entre los que conoce. Esta afirmación por obvia parece tonta pero los locales de ensayo están llenos de baterías que dedican montones de horas a estudiar el instrumento y ninguna a su proyección personal como músico.
¿Cuántos músicos profesionales tienen tu número en su agenda telefónica? ¿cuántos conocen tu e-mail? ¿cuántas agencias de managers saben que existes? Por desgracia, muchos músicos tiene un mal de concepto de “venderse a si mismos” pero no hay nada de malo en ello siempre que se parta de la honradez y la honestidad. No mientas en tu currículo pero no dejes de mencionar todas tus virtudes. Tu tienes un valor y debes aprovecharlo pero parte de tu labor es que la comunidad musical lo conozca para que cuente contigo. Tocar bien es indispensable pero no suficiente y eres tú el que debe salir al encuentro de las oportunidades para demostrar tu valía.
Estudia y trabaja duro para mejorar pero nadie contará contigo si no saben que existes. Échate a la calle, toca con mucha gente diferente y en situaciones musicales diversas. Esto te aportará gozo y experiencia y te pondrá en la lista de más gente que en un momento dado podrá contar contigo.
Gastar dinero en mejorar el equipo es algo que todos tenemos bien claro. De hecho no es un “gasto” sino una “inversión”. Pero si pretendemos ser profesionales debemos invertir igualmente en “imagen”. Debemos tener un escaparate donde los potenciales clientes vean lo que ofrecemos y puedan contactar con nosotros. En este sentido es interesante tener una página web propia continuamente actualizada, aunque también puede ser un perfil en una red social. La idea básica es que si alguien quiere contar con nuestros servicios pueda hacerlo con facilidad. También debemos tener buenas fotos, demos en audio y video, etc al alcance de los potenciales clientes. Ser músico profesional es lo mismo que tener una empresa y, por tanto, debes hacer lo que haría cualquier empresa; ofrecer un buen producto, publicitarlo para ponerlo en el mercado, atender a las necesidades de los clientes, etc, etc.

La relación personal con el instrumento

Cuando comenzamos a tocar generalmente no es con intenciones laborales sino por mera pasión. Nos gusta, lo pasamos muy bien y nos abstrae de cualquier problema cotidiano. Además, cuando nos adaptamos a la rutina del estudio habitual descubrimos las maravillosas posibilidades del instrumento y las innumerables combinaciones que aparecen en el horizonte de nuestra imaginación. Con el control de la técnica llega la libertad y el viaje que supone cada golpe o nota. Esto nunca debe perderse… da igual si ya no llenas estadios o si nunca lo hiciste. La única verdad es la que aparece cuando te encierras en una habitación con tu instrumento y comienzas a tocar. Todo lo demás es circunstancial.
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x7b9
#2 por x7b9 el 21/11/2012
Simplemente im-presionante, de obligada lectura sin duda
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o37
#3 por o37 el 21/11/2012
Gracias por el aporte Gene. Habrá que tomar nota .... Por si alguien que quiere ser profesional y está empezando nos pide consejo a los aficionados :D
Un saludo
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Granuja
#4 por Granuja el 21/11/2012
Estoy comenzando en esto y tanto por la edad como por las metas profesionales respecto a la música, como que no tengo ninguna intención de tocar en público, tan solo de divertirme en mi habitación haciendo algún cover o realizar alguna canción de mi cosecha. Eso para mi sería mi éxito.

Pero es un artículo tremedamente instructivo para personas que tengan sus miras puestas en la música profesional. Creo que el artículo podría resumirse bajo mi punto de vista de la siguiente forma: Esfuerzo y profesionalidad. Aunque yo añadiría algo tambíen muy importante como la ilusión, que al fin y al cabo es la gasolina que hacer mover cualquier meta que podamos tener en cualquier aspecto de la vida.

Muy bueno el artículo. Muchas gracias
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Di Romein
#5 por Di Romein el 21/11/2012
me alegro de que os guste ^^ a mi personalmente me ah marcado mucho, y ahora en la etapa tensa que estoy pasando con mi banda (arcánima) me viene genial, dado que entramos a estudio este sábado, y estamos todos de los nervios XDDDDD
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savernake
#6 por savernake el 23/11/2012
Te quieras dedicar a la musica o la cria del caracol, este ariticulo es interesante y util.

Cuando se aburra de tocar la bateria va a poder dedicarse a dar charlas, que ahora estan muy en auge XD. Muy buen aporte, muchas gracias.
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