Cada escala genera tantas escalas deribadas o modos diatónicos como notas tiene.
Para que una escala actúe como un modo debe existir un contexto tonal, es decir, permanencia sobre un centro tonal como función armónica o tonal en la que hay funciones.
Asi pues, diferenciamos dos tipos de música armónicamente hablando: tonal y modal.
- Tonal: permanencia en un mismo centro tonal sin soluciones armónicas.
- Modal: hay funciones armónicas, cambios de tensión a través de la alternancia dominate y subdominante.
Una escala por si sola no puede determinar el modo. Necesita un fondo armónico que contraste con la solución melódica que los modos nos permiten generar. Por ejemplo, una melodía con la escala de Do sobre un acorde de Do sería el modo jónico, sobre Re dórico, Fa lidio, etc.
Pero resulta que los modos entre sí a contraste con una armonía pueden tener notas conflictivas, es decir, notas que no aparecen en algunos modos y éstos son los que se consideran incompatibles (si los hacemos sonar nos sonara mal, o raro).
De esto podemos sacar la conclusión, que entre más compleja sea una cadencia armónica -más notas tenga- menor serán las posibilidades modales a nivel melódico que podamos aplicar sobre ellas.
Para que una escala actúe como un modo debe existir un contexto tonal, es decir, permanencia sobre un centro tonal como función armónica o tonal en la que hay funciones.
Asi pues, diferenciamos dos tipos de música armónicamente hablando: tonal y modal.
- Tonal: permanencia en un mismo centro tonal sin soluciones armónicas.
- Modal: hay funciones armónicas, cambios de tensión a través de la alternancia dominate y subdominante.
Una escala por si sola no puede determinar el modo. Necesita un fondo armónico que contraste con la solución melódica que los modos nos permiten generar. Por ejemplo, una melodía con la escala de Do sobre un acorde de Do sería el modo jónico, sobre Re dórico, Fa lidio, etc.
Pero resulta que los modos entre sí a contraste con una armonía pueden tener notas conflictivas, es decir, notas que no aparecen en algunos modos y éstos son los que se consideran incompatibles (si los hacemos sonar nos sonara mal, o raro).
De esto podemos sacar la conclusión, que entre más compleja sea una cadencia armónica -más notas tenga- menor serán las posibilidades modales a nivel melódico que podamos aplicar sobre ellas.


