Lo que vi anoche en la sala El Loco de Valencia me pareció increíble y, si tenéis oportunidad, no os lo perdáis.
Lovesick es una pareja de italianos en la que ella toca el contrabajo y él, cantante y guitarrista. En esta ocasión, ampliaron a cuarteto para enriquecer el directo.
A juzgar por su voz, el cantante y guitarrista es un Hank Williams del siglo XXI, pero con un estilo de tocar la guitarra impecable: inagotables recursos de ayer, de hoy, y de siempre. Tiene una voz potente y su afinación es perfecta. Usa varias guitarras, entre ellas un modelo Telecaster con palanca y una Guild de caja, también con palanca. Además, tiene los santos cojones de intercalar una steel guitar que domina a la perfección.
Ella toca el contrabajo a las mil maravillas y hace unas armonías vocales perfectas, incluso se canta algún tema del repertorio.
El otro guitarrista es otro figurita de las seis cuerdas, aparentemente más joven. El batería, otro que tal baila.
De no ser porque hablan en italiano entre tema y tema, se diría que son de Nashville.
Una gozada.
Lovesick es una pareja de italianos en la que ella toca el contrabajo y él, cantante y guitarrista. En esta ocasión, ampliaron a cuarteto para enriquecer el directo.
A juzgar por su voz, el cantante y guitarrista es un Hank Williams del siglo XXI, pero con un estilo de tocar la guitarra impecable: inagotables recursos de ayer, de hoy, y de siempre. Tiene una voz potente y su afinación es perfecta. Usa varias guitarras, entre ellas un modelo Telecaster con palanca y una Guild de caja, también con palanca. Además, tiene los santos cojones de intercalar una steel guitar que domina a la perfección.
Ella toca el contrabajo a las mil maravillas y hace unas armonías vocales perfectas, incluso se canta algún tema del repertorio.
El otro guitarrista es otro figurita de las seis cuerdas, aparentemente más joven. El batería, otro que tal baila.
De no ser porque hablan en italiano entre tema y tema, se diría que son de Nashville.
Una gozada.
