Hacía mucho que no tenía un rato para soltar el rollo, ¿lo echábais de menos?
Las inversiones se utilizan para dar fluidez a una serie de acordes. Tened en cuenta que cuantas más notas se mantengan comunes entre uno y otro, menos brusco va a ser el cambio, es más, si son dos acordes disonantes entre sí pero tienen una nota común, manteniéndola ya tienes un lazo entre ellos que le va a dar fluidez a la progresión.
Los cifrados clásicos son ninguno para el acorde en estado fundamental, 6 para la primera inversión (en do mayor con mi como nota más grave) por el intervalo de sexta que se crea entre el mi y el do; 6-4 para la segunda (con sol como nota más grave) por los intervalos de 6ª entre sol-mi y 4ª sol-do. Como veis se cifran en función de la interválica.
Luego 7 será para el acorde de séptima en estado fundamental, C7, por ejemplo; +6 para la primera inversión del acorde de séptima, puesto que existe una 6ª mi-do y la + indica que el acorde compende la nota sensible en todos los acordes, así sucesivamente. Por ejemplo la cuarta inversión de la 7ª es +2.
De hecho, según éste sistema no se suelen nombrar los acordes según el sistema americano o alemán (C, D, E,...) a lo largo de la obra, sino que se indica un tono principal y lo demás con el número de grado del acorde (si es V, IV o I no se pone, puesto que éstas son las principales funciones dominante, subdominante y tónica respectivamente), función e inversión. Por ejemplo, en Do Mayor: CM: I - D+6 - TVI; ésto sería Tonica CM - G7 primera inversión - Acorde de VI grado en función de tónica Am.
Estos cifrados encuentran su utilización en los bajos contínuos cifrados de la música barroca, puesto que se escribía sólo un bajo cifrado para la parte de teclados o instrumentos armónicos, donde el intérprete ejecutaba el bajo y rellenaba la armonía según una serie de normas sobre la marcha. ¿Chungo, no? En fin, antes no tenían tele, así que tenían que entretenerse.
Un saludo.