¿En qué pensar para improvisar mejor? La respuesta de Tony Waka

La improvisación es el alma de la guitarra, una habilidad que refuerza la identidad del guitarrista. En el tutorial de hoy, Tony Waka Martínez explora la mentalidad que te ayudará a tener una mejor improvisación en guitarra: el objetivo es ayudarte a superar patrones rígidos y escalas, permitiéndote expresarte libremente y con musicalidad, como si hablaras un idioma con fluidez.

Cuando hablas en tu idioma nativo, ¿piensas conscientemente en la gramática, las conjugaciones verbales o la estructura de las frases? Probablemente no: te concentras en la idea que quieres transmitir. Tony Martínez hace una analogía poderosa: tocar la guitarra, especialmente al improvisar, es como hablar un idioma. El objetivo final es interiorizar el "lenguaje" de la música para expresar ideas sin quedarte atrapado en detalles técnicos.

Para principiantes, esto puede parecer abrumador. Al inicio, estás enfocado en aprender escalas, memorizar posiciones en el diapasón y hacer que tus dedos cooperen. Esto es como aprender vocabulario y gramática al estudiar un nuevo idioma. Pero, al igual que hablas sin analizar cada palabra, el objetivo en la improvisación es superar el pensamiento en escalas y posiciones para centrarte en las emociones e ideas que quieres expresar.

Para improvisar eficazmente, interioriza las escalas y técnicas para que se vuelvan instintivas. Esto libera tu mente para enfocarte en la "historia" que cuentas con tu interpretación. Tony sugiere comenzar con la escala pentatónica menor, una de las más versátiles y usadas en rock, blues y jazz. Con solo cinco notas, es más fácil de memorizar y navegar que escalas más complejas.

Una vez que memorices la escala, el siguiente paso es dejar de pensar en ella como una serie de posiciones o notas. En su lugar, concéntrate en qué sensación ofrece cada nota. Tony destaca que los grandes improvisadores no piensan “estoy tocando el tercer traste en la cuerda Sol”. Piensan en la emoción o el “color” que una nota transmite.

Algunos ejemplos de las sensaciones que pueden despertar cada una de las notas:

• Tónica (B): Resulta sólida, confortable, estable y resuelve la tensión.
• Tercera Menor (D): Añade un toque melancólico o bluesero.
• Quinta (F#): Suena fuerte y consonante, ideal para anclar frases.
• Nota de blues (F): Añade tensión y crudeza, perfecta para momentos intensos.
• Séptima (A): Crea una sensación de anhelo o inconclusión.

Ejercicio: Usa un backing track en Si menor (por ejemplo, una progresión simple de Bm-G-A). Toca una nota a la vez de la pentatónica y escucha cómo suena contra los acordes.

1. Toca la tónica (B) y sostenla. Nota su estabilidad.
2. Prueba la nota de blues (F) y haz un ligero bend. Siente la tensión que añade.
3. Combina dos o tres notas en una frase corta, como B-D-F, y experimenta con bends o slides.
4. El objetivo es asociar cada nota con una sensación o emoción, no solo con una posición en el diapasón. Hay que “adjetivar” las notas, asignándoles cualidades como “triste”, “tensa” o “alegre”.

La improvisación no solo se trata de tocar las notas correctas, sino de cómo las tocas. Tony anima a los guitarristas a explorar el fraseo—cómo se agrupan y articulan las notas—para crear una historia musical. Piensa en tu solo como una conversación, con pausas, énfasis y variaciones.

• Bends: Haz un bend en una nota (por ejemplo, el D en el traste 10 de la cuerda Si) para añadir expresividad. Experimenta con bends de cuarto, medio o completo.
• Slides: Desliza hacia una nota para una transición suave, como del traste 7 al 10 en la cuerda Mi aguda.
• Hammer-ons y Pull-offs: Añaden fluidez a tus frases. Vuelve a probar los trastes 7 y 10 como antes, pero esta vez usando una de estas técnicas.
• Dinámicas: Varía la fuerza de tu pulsación para crear contraste. Toca algunas notas suavemente para intimidad y otras con fuerza para intensidad.

Ejercicio: Sobre el mismo backing track en Si menor, crea una frase corta (por ejemplo, B-D-F con un bend en el F). Ahora tócala de tres formas distintas:

• Lenta y suave, con notas sostenidas.
• Rápida y agresiva, con bends rápidos.
• Con slides y pausas para un toque conversacional.

Este ejercicio te ayuda a enfocarte en el “color” de tu interpretación, como sugiere Tony, en lugar de solo las notas.

Uno de los puntos clave de Tony es que los grandes improvisadores a menudo “no piensan en nada” al tocar. Esto no significa que estén sin ideas, sino que han interiorizado los aspectos técnicos tan profundamente que pueden enfocarse en la música misma. Este es el objetivo final de la improvisación: tocar instintivamente, como hablar con fluidez.

• Practica constantemente: Cuanto más practiques escalas, licks y técnicas, menos necesitarás pensar en ellos. La repetición construye memoria muscular.
• Sumérgete: Tony compara la improvisación con aprender un idioma en un entorno inmersivo, como estar en un pueblo donde solo se habla inglés. Toca con backing tracks, jam sessions o incluso en silencio, dejando que tus dedos exploren sin preocuparte por errores.
• Confía en tus instintos: No temas equivocarte. Como dice Tony, cometer errores es parte del aprendizaje, como cuando aprendes a pedir un café en un idioma nuevo tras equivocarte varias veces.

Ejercicio final: Pon un backing track en Si menor y toca durante 5 minutos sin pensar en escalas o posiciones. Enfócate en transmitir emociones: empieza con algo “triste”, luego pasa a “alegre” o “raro”. No te preocupes si mezclas modos o escalas; el objetivo es fluir y experimentar.

La improvisación en guitarra es un viaje de autodescubrimiento. Como Tony Martínez señala, se trata de pasar de pensar en notas y posiciones a enfocarte en las sensaciones y colores que quieres transmitir. Comienza dominando la pentatónica menor, asocia cada nota con una emoción, experimenta con fraseo y dinámicas, y finalmente, deja de sobreanalizar para tocar con libertad. Al igual que aprender un idioma, la clave está en practicar, equivocarte y sumergirte en la música. Con el tiempo, tus improvisaciones sonarán naturales, expresivas y auténticas.

Recomendación final: Dedica 15-20 minutos diarios a practicar la pentatónica menor en una tonalidad, explorando diferentes sensaciones. Graba tus improvisaciones y escúchalas para identificar qué te gusta y qué puedes mejorar.