Yo con 16 años era muy heavy. Me negaba a reconocer que me gustaban Dire Straits, por ejemplo, aunque el solo de Sultans me pusiera la piel de gallina. Recuerdo ver a Franco Batiato cantando en la tele, negándome a mí mismo el placer que me daba su canción. Y gira todo en torno a la estancia mientras se danza.
Pero en aquel entonces era un niño, hoy ya me acerco a los 50, y no me avergüenza nada que me guste. Si me transmite, me gusta, y ya está.
Igual que no me avergüenza reconocer que a veces lloro viendo alguna película.
[Este vídeo ya no está disponible en Youtube]