Bueno, pues ya solo faltan un par de cosillas. Colocar las clavijas, nivelar los trastes y hacer la cejuela. Vale, son tres cosillas en vez de dos
Al lio. Esta vez, antes de colocar las clavijas, me aseguro que los agujeros están libres de laca. Utilizo una broca girándola con la mano y con mucho cuidado para retirar el exceso. Alineo las clavijas valiéndome de una regla y marco los agujeros para los tornillos antes de taladrar para no correr riesgo de que se agriete la laca. Por último coloco y atornillo las clavijas:
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Lo siguiente será nivelar los trastes. Primero compruebo que el diapasón está totalmente recto. Dejo el alma totalmente suelta y con una regla que libre los trastes compruebo que todo está correcto. Si no estuviera recto sería un error de construcción y en este momento me tiraría de los pelos
Lo siguiente es hacer la misma comprobación pero esta vez con los trastes. Apoyo la regla esta vez sobre los trastes y compruebo que afortunadamente hay muy poco desnivel. Quizás ayudó que en el proceso de entrastado utilicé el taladro como prensa:
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Marco todos los trastes con rotulador indeleble para proceder a lijar suavemente a lo largo del diapasón. Voy comprobando por donde queda marca de rotulador y continúo hasta que desaparece de forma pareja. Por último compruebo cada tres trastes para asegurarme que no hay balanceo. Si lo hay tengo que lijar ese en concreto para igualarlo. Cuidado con pasarse porque pasaría el problema al siguiente traste:
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Para acabar, coronamos los trastes y pulimos con lana de acero:
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Es la hora de hacer la cejuela.
Primero limpio el canal por si quedaran algunos restos de madera o laca. Para serrar los canales de las cuerdas voy a utilizar unas sierras de fabricación casera hechas con unas galgas y que han resultado ser una opción barata y muy eficaz:
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Mido la altura del primer traste para calcular hasta donde serrar. Me da una altura de 1 mm. Así que preparo galgas hasta 1,4 mm. Y las coloco a modo de tope para que al serrar no me pase de la raya. Con esas cuatro décimas cuento con margen para poder retocar la altura en los ajustes finales. Ya solo quedaría limar y pulir la cejuela hasta que las cuerdas descansen en las ranuras en vez de estar inmersas en ellas:
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Bueno, pues después de esto solo quedan ajustes de quintado, altura de las cuerdas y de las pastillas y a disfrutar de la niña.
En breve subiré la prueba de sonido.
