Probamos el Mackie ShowBox: altavoz/mixer con consola extraíble y alimentado con batería
Pros
- Montaje rápido y portátil: Con batería de hasta 12 horas, conectividad inalámbrica parcial y peso de 9,5 kg, permite estar listo en 15-20 minutos en exteriores sin enchufes ni cables complejos.
- Control remoto intuitivo: El panel montable en el pie de micrófono con perillas iluminadas y encoder facilita ajustes en vivo sin dar la espalda al público.
- Conectividad versátil: Entradas simultáneas (2 XLR, 2 jacks HI-Z, TRS estéreo, minijack, Bluetooth), loop de efectos, USB-C como interfaz bidireccional y carga de móvil integrada.
- Funciones integradas prácticas: Looper controlable por footswitch, grabación directa a microSD, afinador, memorias de presets y eliminador automático de feedback.
Contras
- Canal 5/6 estéreo limitado: en él no están disponibles ni los efectos ni el looper, lo que restringe su uso con teclados, cajas de ritmos o multiefectos estéreo.
- Consola remota cableada: Depende de cable Cat5, sin opción inalámbrica, lo que añade un cable más y riesgo de fallos.
- Efectos compartidos: El segundo bloque de efectos se comparte entre entradas del mismo tipo (XLR/jack). No es un gran handicap, pero hay que tenerlo en cuenta.
- No es pesada, pero incluso siendo así, hubiese incluído asa y ruedas.
En tiendas
- Mackie ShowBox: 685€ en Thomann
Hay mucha costumbre, en el mundo del sonido en vivo de pequeños eventos, la tendencia a unificar y compactar. Tiene lógica que, a diferencia de los grandes eventos que movilizan camiones llenos de equipo, los músicos callejeros, o los de bodas bautizos y comuniones quieran cargar y preocuparse de la menor cantidad de trastos posibles.
Y es que enseguida te juntas con mucho: el altavoz, el mixer, los pies de micro, los micros, el cableado, los alimentadores, el pedal looper (si lo usas), el pedal afinador... una maraña de cables que, al final, complican el montaje, incrementan la posibilidad de fallos y afean el aspecto de tu setup. Ahí es donde llega el Mackie Showbox al rescate.
Hay dos mundos que están separados pero son tangenciales: el de los amplis de guitarra para buskers (músicos callejeros, pero dicho de forma cool), y el de las PAs a baterías. Los primeros tienen un objetivo muy claro, los guitarristas, y por ello suelen incluir las cosas que usamos: efectos, afinador, looper y demás. El segundo grupo a veces incluye alguna pequeña dosis de eso, pero normalmente son aparatos multipropósito, menos específicos, que acaban en gimnasios, colegios, y suelen tener entradas de micro, línea, y poco más.
El Mackie Showbox es el punto intermedio perfecto entre ambos conceptos: puede usarse como una PA sobre un soporte o bien en el suelo como cuña, para usarlo como ampli. Tiene funciones típicas de una PA de uso general, pero también una extensísima variedad de efectos para guitarristas, además de un looper y afinador. Pero aún va más allá: su prestación más característica y útil es su consola de control extraíble, que nos permite manejarlo todo sin alejarnos ni un centímetro del micro. En Guitarristas hemos podido tener una unidad y os contamos cómo fue la experiencia.
¿Qué es el Mackie Showbox?
[Índice]El Mackie ShowBox es un altavoz autoamplificado con batería integrada que permite actuar en la calle o en locales pequeños sin depender de enchufes externos, conectando instrumentos, voces y reproductores de forma simultánea. Incluye un mezclador con un número generoso de entradas, una consola extraíble para controlarlo,, efectos muy variados (desde chorus hasta trémolo, pasando por phaser, flanger, o hasta reverb en reverse), looper y grabación directa a micro SD, todo alimentado por una batería que, según el fabricante, alcanza las 12 horas de autonomía. El Showbox intenta cubrir necesidades específicas de músicos que trabajan en solitario o en formaciones reducidas, donde la rapidez de montaje y la independencia eléctrica son factores determinantes. Algunas configuraciones sencillas podrían montarse en apenas 20 minutos, por ejemplo.
La unidad principal concentra la amplificación y la conectividad, mientras que el panel de control se extrae y se fija al pie de micrófono mediante un accesorio incluido. Un cable Cat5 (también incluido) es el responsable de llevar tanto la alimentación como la información de control. Desde allí se ajustan volúmenes, ganancias, ecualización de tres bandas, compresión y dos bloques de efectos por canal. El manejo resulta directo: un encoder selecciona el canal y las perillas iluminadas indican los niveles actuales. El looper también se controla desde el panel o mediante un footswitch externo, y el afinador integrado muestra la nota en la pantalla principal. Incluso existen memorias (snapshots) para guardar configuraciones completas, lo que evita reajustes repetitivos entre actuaciones. El peso de 9,5 kg facilita el transporte a una mano, aunque un sistema de ruedas habría simplificado desplazamientos más largos.
Entradas
[Índice]En el panel trasero encontramos dos entradas XLR para micrófonos, dos jacks de alta impedancia para guitarras, una entrada estéreo TRS, una minijack auxiliar y Bluetooth. Todas las fuentes pueden sonar al mismo tiempo con volumen independiente, y todas pueden ser procesadas con el módulo de efectos y looper, salvo el canal estéreo 5/6, que no pasa por dicho módulo. Una pena para aquellos casos en que planeábamos hacer loops con un sinte estéreo, una caja de ritmos o un sampler.
Un práctico loop de efectos send/return permite insertar pedales externos después de, por ejemplo, la saturación integrada (tenemos algunos tipos de overdrive y Fuzz).
Salidas
[Índice]Las salidas incluyen auriculares en jack, XLR para grabador o segundo altavoz, y USB-C que funciona como interfaz de audio bidireccional 2x2 sin necesidad de instalar drivers, pudiendo reproducir la música del ordenador por el Showbox o grabar una mezcla estéreo de todo lo que suena por él. La ranura microSD graba la mezcla final en estéreo (con un limitador actuando en todo momento para no tener problemas de niveles, con una actuación aceptable sobre el resultado final en casos de mucha intensidad). Un puerto USB adicional, ubicado en la consola extraíble, carga dispositivos externos, útil cuando se reproducen pistas desde un móvil vía Bluetooth.
Efectos y funciones de corrección
[Índice]Los efectos cubren reverb, delay, chorus, overdrive, compresión y muchas otras variedades — algunas sofisticadas, como la reverb reverse. No es posible ajustar sus parámetros, pero acostumbra a haber siempre alguno que nos cumple la papeleta de lo que buscamos. El primer bloque es independiente por canal; el segundo se comparte entre las dos entradas XLR y entre las dos de instrumento. La calidad es funcional para directos modestos, en algunos casos hasta bastante agradable, pero como suele pasar, no sustituye unidades dedicadas. El eliminador automático de feedback actúa con rapidez pulsando un botón, y los modos indoor/outdoor ajustan la respuesta general para tocar en interiores o exteriores. Un conmutador selecciona la respuesta adecuada para cuando el altavoz está en un soporte o está en el suelo como monitor.
Conclusión
[Índice]Personalmente, el Showbox me da ganas de tocar más. Me evita tantas molestias —de algunas de ellas no era del todo consciente hasta que fui liberado de ellas — que me veo perfectamente animándome a tocar en pequeños sitios por mi cuenta, o incluso en la calle, sacando el partido al looper, a sus numerosos canales y efectos y memoria. Hasta el afinador me ha parecido sorprendentemente preciso.
El sonido es satisfactorio. Es cierto que cuando oímos la grabación (la que hemos podido hacer con el propio aparato usando la ranura SD) es algo diferente a la que sale por el altavoz, pero es físicamente inevitable que eso ocurra. Es bastante común que los altavoces tipo cuña de plástico como este tiendan a sonar bastante mediosos, pero las frecuencias de este Showbox están bastante bien medidas para resultar recomfortantes para, por ejemplo, una voz y una guitarra. Por el altavoz, la voz suena gruesa y con agudos definidos, la guitarra tiene brillo pero también con cuerpo. Parece como si, por defecto, ya viniese algo preecualizado pensando en ese uso particular para los canales.
Algunas decisiones técnicas generan dudas. El canal estéreo queda excluido de procesamiento y looping, lo que complica el uso con teclados o cajas de ritmos estéreo. Otra cosilla: la consola remota depende de cable; una conexión inalámbrica habría eliminado el último hilo. Pero hay que reconocer que aumentaría el riesgo de interrupciones por batería agotada, o desconexiones inesperadas de Bluetooth que nos dejen sin control a medio show. Ahí les doy la razón a Mackie.
En comparación con alternativas como el Roland Cube Street, el Mackie ShowBox ofrece mayor conectividad y grabación integrada a costa de un tamaño algo superior. Además, diríamos que a nivel sonoro es más profesional y amplio que el primero, y a grandes rasgos, su flexibilidad es mayor gracias a la posibilidad de conectar varios músicos y guardar escenas de dicas configuraciones.
Por no mencionar que la prestación de la consola extraíble es verdaderamente un factor que cambiará mucho cómo organizas tus actuaciones en solitario: ya no tendrás que dar la espalda nunca para hacer ajustes, porque lo tendrás todo en frente, con perillas físicas con un uso muy intuitivo. Una prestación que puede parecer un lujo, pero que no sabes que necesitabas hasta que la pruebas. Verdaderamente, es una reducción del estrés instantánea.
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- Mackie ShowBox: 685€ en Thomann
