1ª parte:
Bueno, todo empezó allá en 2010-2011.
En realidad empezó antes, como adolescente al que le gustaba el rock cuando lo que lo petaba era el EDM me entró gusanillo por la guitarra, pero la cosa no cuajó en parte porque por aquel entonces no tenía medios y mis padres tampoco estaban muy allá. Yo lo veía como un capricho y mi sentido común me hizo callarme la boca.
Pero en 2010 me volvió a picar el gusanillo guitarrero, y ya con mis medios y mi tiempo decidí sondear el mercado de segunda mano por probar. Sabía que quería algo tipo strat por versatilidad, pero tampoco me quería gastar mucho dinero por si acaso. Y la casualidad quiso que a 2 edificios del mio alguien vendiera un Behringer iAxe 393 bastante barata (80€ con funda). Yo entonces no sabía nada así que me informé un poco sobre la guitarra, el novedoso USB integrado que llevaba y todo eso y decidí que eran 80€ bien invertidos. Hablé con el dueño, cogí mis 80€ y me fuí a por ella.
Así es como empecé a desarrollar mis muñones, con la iAxe, el portátil del trabajo que en aquel entonces por comodidad llevaba con linux, el rakarrack, pegándome con el jackd (el que haya usado linux para sonido sabe lo que es) y empezando de manera autodidacta.
Mi primera impresión es que la guitarra no era cómoda, pero claro al principio es normal, cansa, duelen los dedos, suenas entre mal y fatal, nada que no se pueda superar con práctica. Pero no, con práctica aquello no mejoraba, a pesar de que ya había callo y no dolía, pero seguía cansando, y sonaba fatal, por muy lento y limpio que intentase tocar. Pero como a todo principiante me daba mucho respeto meterle mano a mi querida guitarra. Hasta que un día me dije: -Vamos a ver, te ha costado 80€, puedes ir a una tienda y pillarte algo mejor por 200 o 300€, o puedes aprovechar y meterla mano y aprender, y a las malas si te la cargas pues vas a por otra.
Así empecé a buscar información sobre ajuste, almas, trastes, electrónica, octavación... y me dí cuenta de que la iAxe realmente estaba echa un desastre. Alma convexa, altura de cuerdas excesiva (hablamos de casi 1 cm la sexta en el traste 12) trastes sucios, crujidos y silencios en los potes...
Como antes de informático fui electrónico empecé por ahí, se soldar, desoldar, cambiar componentes etc... Así que a desmontar. Primera sorpresa, estaba muy bien, para ser una guitarra barata esperaba mas ñapa en esa zona, pero lo cierto es que el cableado principal estaba muy muy bien. Así que limpieza de potes y selector con limpiacontactos y poco mas. Donde si tuve que volver a soldar fue en el jack que una de las soldaduras estaba un poco regulera. La conexión con el módulo USB va del jack con un conector así que también bien.
Segundo paso, ajuste del alma. Miedo. Aquí pequé de novato. 1/4 de vuelta y a esperar 48 horas, medir, 1/4 de vuelta y otras 48 horas... Al final por hartazgo quedo mejor pero no 100% bien. Todo esto aprovechando para darle una buena limpieza y una buena hidratación.
Un apretón a los muelles del puente para dejarlo a poco mas de 1mm pero flotante, aprovechando para repasar también la soldadura de masa. Y oye, esto es otra puta historia. Joder, es el puto paraíso, tened en cuenta que llevaba casi 2 años practicando con una guitarra eléctrica con acción de acústica. Otra cosa no pero fuerza en los dedos cogí una poca. Al mejorar mucho la acción decidí pasar de las 9-42 que traía la guitarra y había estado comprando a 10-46, con lo que tocó reajustar de nuevo el puente, pero ganando aún mas en sonido. Por cierto, la guitarra quinta tanto con 9-42 como con 10-46, no es un quintaje exacto (tampoco tengo afinadores de muchísima precisión) pero quinta. Y en cuanto a mantenimiento de la afinación, lubricando cejilla y silletas con grafito la mantiene bastante bien, por mucho que te esfuerces en los bending o te explayes con el tremolo.
Y así pasaron otros 2 años, en los que practicaba y notaba mejoría, aunque el tiempo de práctica empezó a escasear y la mejoría a estancarse, lo cual llevó al desánimo. Poco después llegó la paternidad y la guitarra se convirtió en un bonito adorno de salón.
2ª parte, el reencuentro:
Lo cierto es que durante estos últimos 4 años el hacha ha estado mayormente de adorno, pero de vez en cuando caia alguna tarde de desfogarse un poco con power-chords, parte de la culpa viene del rocksmith y el resto de un miniampli VOX AC30 (de esos que van con pilas y se conectan directamente al jack) que me regaló mi querida esposa. Eso me sirvió para seguir viendo tutoriales en yt, seguir a guitarraviva, mirar de vez en cuando estos foros y noticias, conocer otros canales etc... y me sirvió para conocer el canal de frasco, lo cual fue una revelación y me di cuenta de que aunque había ajustado la guitarra mejor de lo que estaba, seguía sin estar bien, porque habia pasado cosas por alto. Como no sacaba tiempo para ponerme en serio a ajustar de nuevo, decidí hacer una lista de lo que quería ir haciendo. Y por fin este verano se alinearon los astros y tuve una semana con tiempo mas que suficiente para meter mano a la bicha.
Lo primero fue ajustar el puente. Antes apenas usaba el tremolo así que decidí bloquearlo. Barajé la opción de ponerme a buscar y tallar un bloque de madera pero por falta de tiempo opté por comprar un nuevo juego de muelles y apretarlos hasta que el puente quedaba bien pegadito al cuerpo de la guitarra con las cuerdas afinadas.
Una vez ajustado el puente, lo siguiente fue tocar el alma, y esta vez gracias a frasco no fue un tedio. Medí la curvatura, apreté media vuelta del tirón, esperé unos minutos, medí de nuevo y vi que había quedado casi plano, medí el hueco usando cuerdas como galgas y decidí que estaba bastante bien y seguí con lo mio. Al día siguiente medí de nuevo y aunque había aplanado un pelín mas, apenas se notaba. Con el puente y el mástil ajustados, siempre manteniendo afinación con cuerdas usadas, tocaba ajustar la acción.
Para ello cogí una tarjeta típica de comercio, tipo tarjeta de crédito. La colocas entre los trastes 12 y 14 y ajustas su curvatura a la curvatura del mástil fijándola con cinta de carrocero (hay un tutorial en youtube), pones un capo en el traste 1 y ajustas la acción para que las cuerdas queden lo mas pegadas posible a la tarjeta pero sin llegar a trastear con ella. En mi caso de nuevo la tuve que bajar con lo que volvía a ganar comodidad.
Y ahora llegaba la hora de la verdad, vamos a ver si quinta, y quinta casi perfecto. De la cuerda 1 a la 5 quintan perfecto. La cuerda 6 sigue un micro-tono por encima, podría quitar o recortar el muelle de la silleta para subir un poco mas, pero tampoco me va la vida en ello, así que se queda como está.
Así que por último quitar cuerdas viejas, aprovechar para limpiar y nutrir el mástil y el diapasón, limpiar el puente etc... Cuerdas nuevas, comprobar de nuevo que sigue quintada, ajustar altura de pastillas y por fin tras muchos años puedo decir que tengo una guitarra mas que decente.
Es muy cómoda de tocar, el sonido es mas que aceptable para la guitarra que es, a ver, es una guitarra barata, y aunque en cuanto a acabados tiene defectillos que he corregido (trastes que rascaban un poco en las puntas, ajustes etc...) y visto como estaba cuando la compré supongo que el ajuste inicial tampoco era muy bueno.
Un detalle, valoré en su día cambiar pastillas, es algo que casi todo el mundo hace con el tiempo en guitarras baratas chinas, pero no, las pastillas suenan muy bien, y suenan mejor cuanto mas la uses. A ver no son unas fender o unas seimour-duncan, pero tienen fuerza y sonido strat. Con un ajuste medio como están ahora no tienes que tener el volumen a tope para sacarlas sonido.
Buenos, pues esa es la historia de mi hacha, os dejo unas fotos del adorno. No está mal para ir por 13 años. A ver si saco tiempo para grabar un par de pistas. (En junio compré un v-amp2 también de 2ª mano para disgusto de mi señora esposa y aún estoy aprendiendo a usarlo).
Bueno, todo empezó allá en 2010-2011.
En realidad empezó antes, como adolescente al que le gustaba el rock cuando lo que lo petaba era el EDM me entró gusanillo por la guitarra, pero la cosa no cuajó en parte porque por aquel entonces no tenía medios y mis padres tampoco estaban muy allá. Yo lo veía como un capricho y mi sentido común me hizo callarme la boca.
Pero en 2010 me volvió a picar el gusanillo guitarrero, y ya con mis medios y mi tiempo decidí sondear el mercado de segunda mano por probar. Sabía que quería algo tipo strat por versatilidad, pero tampoco me quería gastar mucho dinero por si acaso. Y la casualidad quiso que a 2 edificios del mio alguien vendiera un Behringer iAxe 393 bastante barata (80€ con funda). Yo entonces no sabía nada así que me informé un poco sobre la guitarra, el novedoso USB integrado que llevaba y todo eso y decidí que eran 80€ bien invertidos. Hablé con el dueño, cogí mis 80€ y me fuí a por ella.
Así es como empecé a desarrollar mis muñones, con la iAxe, el portátil del trabajo que en aquel entonces por comodidad llevaba con linux, el rakarrack, pegándome con el jackd (el que haya usado linux para sonido sabe lo que es) y empezando de manera autodidacta.
Mi primera impresión es que la guitarra no era cómoda, pero claro al principio es normal, cansa, duelen los dedos, suenas entre mal y fatal, nada que no se pueda superar con práctica. Pero no, con práctica aquello no mejoraba, a pesar de que ya había callo y no dolía, pero seguía cansando, y sonaba fatal, por muy lento y limpio que intentase tocar. Pero como a todo principiante me daba mucho respeto meterle mano a mi querida guitarra. Hasta que un día me dije: -Vamos a ver, te ha costado 80€, puedes ir a una tienda y pillarte algo mejor por 200 o 300€, o puedes aprovechar y meterla mano y aprender, y a las malas si te la cargas pues vas a por otra.
Así empecé a buscar información sobre ajuste, almas, trastes, electrónica, octavación... y me dí cuenta de que la iAxe realmente estaba echa un desastre. Alma convexa, altura de cuerdas excesiva (hablamos de casi 1 cm la sexta en el traste 12) trastes sucios, crujidos y silencios en los potes...
Como antes de informático fui electrónico empecé por ahí, se soldar, desoldar, cambiar componentes etc... Así que a desmontar. Primera sorpresa, estaba muy bien, para ser una guitarra barata esperaba mas ñapa en esa zona, pero lo cierto es que el cableado principal estaba muy muy bien. Así que limpieza de potes y selector con limpiacontactos y poco mas. Donde si tuve que volver a soldar fue en el jack que una de las soldaduras estaba un poco regulera. La conexión con el módulo USB va del jack con un conector así que también bien.
Segundo paso, ajuste del alma. Miedo. Aquí pequé de novato. 1/4 de vuelta y a esperar 48 horas, medir, 1/4 de vuelta y otras 48 horas... Al final por hartazgo quedo mejor pero no 100% bien. Todo esto aprovechando para darle una buena limpieza y una buena hidratación.
Un apretón a los muelles del puente para dejarlo a poco mas de 1mm pero flotante, aprovechando para repasar también la soldadura de masa. Y oye, esto es otra puta historia. Joder, es el puto paraíso, tened en cuenta que llevaba casi 2 años practicando con una guitarra eléctrica con acción de acústica. Otra cosa no pero fuerza en los dedos cogí una poca. Al mejorar mucho la acción decidí pasar de las 9-42 que traía la guitarra y había estado comprando a 10-46, con lo que tocó reajustar de nuevo el puente, pero ganando aún mas en sonido. Por cierto, la guitarra quinta tanto con 9-42 como con 10-46, no es un quintaje exacto (tampoco tengo afinadores de muchísima precisión) pero quinta. Y en cuanto a mantenimiento de la afinación, lubricando cejilla y silletas con grafito la mantiene bastante bien, por mucho que te esfuerces en los bending o te explayes con el tremolo.
Y así pasaron otros 2 años, en los que practicaba y notaba mejoría, aunque el tiempo de práctica empezó a escasear y la mejoría a estancarse, lo cual llevó al desánimo. Poco después llegó la paternidad y la guitarra se convirtió en un bonito adorno de salón.
2ª parte, el reencuentro:
Lo cierto es que durante estos últimos 4 años el hacha ha estado mayormente de adorno, pero de vez en cuando caia alguna tarde de desfogarse un poco con power-chords, parte de la culpa viene del rocksmith y el resto de un miniampli VOX AC30 (de esos que van con pilas y se conectan directamente al jack) que me regaló mi querida esposa. Eso me sirvió para seguir viendo tutoriales en yt, seguir a guitarraviva, mirar de vez en cuando estos foros y noticias, conocer otros canales etc... y me sirvió para conocer el canal de frasco, lo cual fue una revelación y me di cuenta de que aunque había ajustado la guitarra mejor de lo que estaba, seguía sin estar bien, porque habia pasado cosas por alto. Como no sacaba tiempo para ponerme en serio a ajustar de nuevo, decidí hacer una lista de lo que quería ir haciendo. Y por fin este verano se alinearon los astros y tuve una semana con tiempo mas que suficiente para meter mano a la bicha.
Lo primero fue ajustar el puente. Antes apenas usaba el tremolo así que decidí bloquearlo. Barajé la opción de ponerme a buscar y tallar un bloque de madera pero por falta de tiempo opté por comprar un nuevo juego de muelles y apretarlos hasta que el puente quedaba bien pegadito al cuerpo de la guitarra con las cuerdas afinadas.
Una vez ajustado el puente, lo siguiente fue tocar el alma, y esta vez gracias a frasco no fue un tedio. Medí la curvatura, apreté media vuelta del tirón, esperé unos minutos, medí de nuevo y vi que había quedado casi plano, medí el hueco usando cuerdas como galgas y decidí que estaba bastante bien y seguí con lo mio. Al día siguiente medí de nuevo y aunque había aplanado un pelín mas, apenas se notaba. Con el puente y el mástil ajustados, siempre manteniendo afinación con cuerdas usadas, tocaba ajustar la acción.
Para ello cogí una tarjeta típica de comercio, tipo tarjeta de crédito. La colocas entre los trastes 12 y 14 y ajustas su curvatura a la curvatura del mástil fijándola con cinta de carrocero (hay un tutorial en youtube), pones un capo en el traste 1 y ajustas la acción para que las cuerdas queden lo mas pegadas posible a la tarjeta pero sin llegar a trastear con ella. En mi caso de nuevo la tuve que bajar con lo que volvía a ganar comodidad.
Y ahora llegaba la hora de la verdad, vamos a ver si quinta, y quinta casi perfecto. De la cuerda 1 a la 5 quintan perfecto. La cuerda 6 sigue un micro-tono por encima, podría quitar o recortar el muelle de la silleta para subir un poco mas, pero tampoco me va la vida en ello, así que se queda como está.
Así que por último quitar cuerdas viejas, aprovechar para limpiar y nutrir el mástil y el diapasón, limpiar el puente etc... Cuerdas nuevas, comprobar de nuevo que sigue quintada, ajustar altura de pastillas y por fin tras muchos años puedo decir que tengo una guitarra mas que decente.
Es muy cómoda de tocar, el sonido es mas que aceptable para la guitarra que es, a ver, es una guitarra barata, y aunque en cuanto a acabados tiene defectillos que he corregido (trastes que rascaban un poco en las puntas, ajustes etc...) y visto como estaba cuando la compré supongo que el ajuste inicial tampoco era muy bueno.
Un detalle, valoré en su día cambiar pastillas, es algo que casi todo el mundo hace con el tiempo en guitarras baratas chinas, pero no, las pastillas suenan muy bien, y suenan mejor cuanto mas la uses. A ver no son unas fender o unas seimour-duncan, pero tienen fuerza y sonido strat. Con un ajuste medio como están ahora no tienes que tener el volumen a tope para sacarlas sonido.
Buenos, pues esa es la historia de mi hacha, os dejo unas fotos del adorno. No está mal para ir por 13 años. A ver si saco tiempo para grabar un par de pistas. (En junio compré un v-amp2 también de 2ª mano para disgusto de mi señora esposa y aún estoy aprendiendo a usarlo).
