Encuentra TU sonido perfecto sin dejarte un riñón

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Jani Pihlman
#1 por Jani Pihlman el 13/06/2023
Llevo varios días dándole vueltas a la cabeza y he decidido poner mis pensamientos por escrito, tanto por el placer de vomitarlos como por si a alguien puede servirle de ayuda. Trataré de dar, desde mi punto de vista personal, mi experiencia y mi conocimiento, una hoja de ruta a seguir para sonar bien siempre, sea cual sea la situación.

Mi objetivo no es dar respuestas definitivas, sino abrir la puerta a nuevas preguntas y alentar a cada uno de nosotros a explorar y experimentar en nuestra búsqueda del 'sonido perfecto'

Lo primero de todo es definir el “sonido perfecto”. En mi opinión y para el objetivo de este texto, lo definiré como “aquello que, de forma subjetiva, te complace”, o dicho de otro modo “si te gusta, está bien”, porque al final de lo que se trata, creo yo, es de sonar como a uno le gustaría sonar, ni más ni menos.

Lo segundo, entender que la guitarra eléctrica, como instrumento, es todo lo que hay entre el elemento percutor de la cuerda (la púa, la uña, lo que sea) hasta lo que sale del altavoz, todo forma parte del instrumento, no solo el trozo de madera que tenemos entre manos.

Y en ese orden lo voy a plantear, comenzando por nosotros como músicos y terminando por lo que sale del altavoz, y siendo algo lineal de tal modo que un punto no tiene validez si no se ha dominado el punto anterior, y sin hablar de marcas o modelos, porque para sonar bien es completamente irrelevante el qué estamos utilizando, lo que importa es el cómo. ¿Qué no? Atento:




1- El primer paso es lo que hay dentro de nuestra cabeza. Tenemos que tener muy claro en nuestra mente cómo queremos sonar, y aquí da igual el estilo de música, el modelo de la guitarra o el pedal de turno, lo único importante es que tengamos un gusto y una educación auditiva que nos permita tener claro cómo queremos sonar. Si no sabemos lo que queremos, nunca tendremos nada bueno. Vaya, si nada te satisface, primero plantéate qué quieres, si es que sabes qué es lo que quieres.

Todo esto pasa por ESCUCHAR a otros, analizar lo que nos gusta, por qué nos gusta y cómo es ese sonido, empezando desde un punto de vista abstracto (cañero, dulce, dinámico, grande, lo que sea) y después, concretándolo (usa mucha/poca distorsión, usa o no delay, reverb de muelles vintage o hall moderno, comprime o no comprime, etc.).




2- Tenemos que TOCAR buscando el sonido que queremos lograr, y esto sin ni siquiera encender el amplificador todavía.

Dependiendo de cómo y dónde ataquemos las cuerdas, la fuerza y el rango dinámico, la forma de vibrar, los ruidos que usemos para decorar las notas o, por el contrario, la limpieza en la ejecución de cada una de ellas, si usamos los dedos o púa, etc., nos permitirá cambiar radicalmente el sonido final.

Por ejemplo, si buscas un sonido agresivo y cañero porque tocas estilo Metallica, no te queda otra más que atacar con tu mano derecha con mucha (MUCHA) contundencia, agarrando la púa con fuerza, teniendo cuidado con el ángulo de ataque de la púa para que no rasque los bordones, con precisión y priorizando el “down stroke”; en cambio, si buscas un sonido cálido y jazzero, el ataque de la púa será radicalmente diferente, intentado evitar asperezas y maximizando los armónicos que puedas sacar de cada nota para que suene rico, cálido y pleno.

Sí, todo esto sale de nuestra forma de tocar, el equipo solo enfatizará lo que nosotros hagamos, pero no puede inventarse lo que no hay; si la guitarra desconectada no suena como tú quieres que suene, todo lo que agregues después no corregirá tus fallos.




3- El ajuste del instrumento es absolutamente fundamental por dos razones: timbre y tacto.

Un instrumento ajustado a nuestro gusto, limpio, con la electrónica y la madera bien cuidada, piezas móviles engrasadas, etc., nos permitirá ejecutar de la manera correcta y con ello, sacar desde nuestra interpretación el sonido que buscamos.

Además, el ajuste también nos permite enfocar el timbre hacia ese sonido que resuena en nuestra cabeza:

-La altura de las cuerdas influye en el ataque y el brillo del sonido. Cuanto más pegadas estén las cuerdas más brillo y más ataque tendremos, a costa de perder sustain y limpieza (cerdeos).

-El calibre de las cuerdas influye en el grosor del sonido, los graves y en cuánto podemos bajar la acción. Por el otro lado, influye en la dureza al tacto.

-La altura de las pastillas nos permite balancear el nivel de agudos y graves general, como si fuese una especie de “pote de tono” al hacer más o menos énfasis en las cuerdas graves o agudas. Además, con la altura en general podemos ir de un sonido más pleno, con más cuerpo y más directo si las pegamos, a un sonido con más “aire”, más dinámico y orgánico si las alejamos. Puede llegar a ser la diferencia entre que la guitarra enchufada nos encante o la odiemos.

Como añadido, decir que cosas como el valor del condensador del pote de tono, la marca, modelo o tipo de pastillas, el tipo de puente, el material de los trastes y de la cejilla, etc., aunque importantes, son completamente secundarios. Se puede sonar igual bien independientemente de cualquiera de estos detalles siempre y cuando se cumplan los puntos anteriores. Entretenerse en estos temas es positivo cuando todo lo anterior está interiorizado y superado, si no, se convierte en “una tirita para un cáncer”.




4- Es más importante entender de manera general y pragmática cómo funcionan los amplificadores, independientemente de si son analógicos o digitales. Esto es mucho más relevante que la marca, el modelo que utilicemos, o si usamos válvulas o plugins. Esto es muy fácilmente demostrable sencillamente viendo que hay gente sonando increíblemente bien en cualquier estilo, con cualquier cosa. Si la marca o el modelo fueran factores determinantes, solo se lograrían buenos sonidos con una selección muy reducida de equipos disponibles.

La manera en la que los amplificadores responden dependiendo de la cantidad de señal que entre por el input, la forma en la que interaccionan los controles de ecualización y si es ecualización pre-gain o post-gain, la influencia del volumen en el rendimiento del sonido y en nuestra percepción del mismo, la enorme influencia del tamaño del recinto que contiene el o los altavoces, el tamaño del propio altavoz (8”, 10” o 12”), los Wats y el correspondiente tamaño del trafo, etc., son cosas que debemos entender y manejar para movernos con solvencia en cualquier situación.




5- Con todo lo anterior claro, podemos entrar en el mundo de los pedales de saturación, si es que los necesitamos.
De algo que uno se da cuenta rápidamente cuando toca y compara una cantidad ingente de pedales, es que las diferencias entre unos y otros -dentro del mismo tipo, evidentemente- son poco más que sutiles. Sí, son diferentes, pero no, no te cambian la vida. Tanto es así que ningún guitarrista profesional que haya pasado por mis manos ha sido capaz de identificar 2 pedales radicalmente distintos en una prueba a ciegas, como puede ser un Friedman Dirty Shirley vs Tubescreamer clásico. Insisto, es el “cómo”, no el “qué”.

Lo que sí es importante es entender cómo interactúan estos pedales con la plataforma que estemos utilizando:

-Lo más importante es tener en cuenta que el mismo pedal se comporta radicalmente distinto si lo ponemos sobre un ampli completamente limpio con un “headroom” que impida que el propio amplificador distorsiones de ninguna manera, respecto a un ampli “crujiente” en ese punto de rotura, o uno ya completamente distorsionado.

-El último elemento distorsionado de la cadena es el que más peso tiene en el timbre final, siendo los anteriores herramientas que ayudan a moldear.

-Teniendo lo anterior en cuenta, la cantidad de volumen y ganancia que mandemos del pedal al amplificador también hará que el conjunto se comporte de maneras distintas.

-Con el tono o los EQs del pedal, en función del primer punto, tendremos una EQ pre-gain o post-gain, por lo que el planteamiento también es distinto en cada caso.




6- Aquí queda la sección de efectos, y aunque entran todos, les doy especial énfasis a la reverb y el delay.

Estos efectos tiene, en mi opinión, peso de cuatro maneras diferentes:

-La primera es que tienen la capacidad de adaptar un mismo sonido base a distintos entornos estéticos. Por ejemplo, si a un sonido semisaturado le pones una reverb de muelles amplia y un Slapback de cinta clásico, obtienes un sonido vintage que puede ser de rock clásico, rock & roll o blues; si cambias por una reverb de muelles más liviana y moderna y un delay analógico a negras (1/4), se convierte en un fantástico sonido de pop. Y si nos metemos en estéreo con tri-chorus, detuner, dual delay (1/4 y 1/8.) y un hall de 3 segundos, inmediatamente nos vamos a esos sonidos de los sesioneros de L.A. de los 80s y 90s. Todo esto sin tocar nada más que los FX, por supuesto.
-La segunda, es la parte creativa, ya que los efectos nos pueden evocar distintos ambientes y emociones que nos pueden ayudar a crear cosas nuevas o tocar de maneras diferentes.

-La tercera, es que nos pueden facilitar la ejecución. Un sonido seco tiende a percibirse como “más duro”, lo que puede lastrarnos a la hora de interpretar. Un adecuado tratamiento de los efectos nos hará la vida más fácil.

-La cuarta, entra en juego cuando tocamos en un entorno de banda o grabación. Los efectos nos ayudarán a colocarnos en el plano adecuado dentro de ese contexto, a fundirnos con los demás instrumentos y empastarnos con los demás.




7- Lo curioso de todo esto es que al final, es un círculo. Lo que sale por el altavoz nos hará escuchar las cosas de otra manera, nos influirá en nuestra forma de ejecutar y con ello, lo que esperamos de nuestro instrumento, para después configurar nuestro amplificador, pedales y efectos de la manera adecuada, y vuelta a empezar.
Precisamente por esta razón es tan importante tener todos estos puntos claros y hacerlos en este orden, para saber detectar en qué estamos fallando y dónde tenemos que poner nuestras energías para seguir mejorando.

Eso sí, según mi experiencia, la solución nunca está en la cartera, siempre está en nuestras manos y nuestras orejas, siempre.




A modo de cierre, primero agradeceros a los que hayáis llegado hasta aquí, ¡gracias! Y por supuesto, estoy para responder todas las preguntas que se os ocurran, si es que compartís mi visión y os parece interesante.

¡Ah! Y si el post tiene buena acogida y os interesa, me puedo currar unos ejemplos en audio para ilustrar cada uno de los puntos.

¡Un abrazo y muchas gracias!
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astrako77
#2 por astrako77 el 13/06/2023
Qué placer leer este post: una síntesis muy bien expuesta. Gracias.
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2
Noise
#3 por Noise el 13/06/2023
Riñones aparte, una exposición que no admite mucha discusión ni replica ... o igual alguna si.
Porque aunque ciertamente la mayoría considera su tono ideal y lo busca basándose en otros, no tiene porque ser así, ni siempre lo es.
En ocasiones, el tono es algo propio y personal que ronda en la cabeza sobrepasando las influencias.
Y no son pocos los ejemplos que se podrían citar de guitarristas que independientemente de las influencias que tuviesen, consiguieron un sonido característicamente reconocible, diferente, original, único, personal ... En busca del tono ideal, podría llamarse.
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4
Fran
#4 por Fran el 13/06/2023
Mi problema es que hoy sueno perfecto, y mañana, con el mismo equipo, no me gusta.
El sonido perfecto es como la felicidad: existe a ratos, pero es imposible que exista siempre.
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Jani Pihlman
#5 por Jani Pihlman el 13/06/2023
#3

En mi opinión, incluso los sonidos rompedores se asientan sobre lo que hicieron los que vinieron antes. Todo pasa por escuchar y educar tu oído como primer paso. Después, la suma de lo que te ha educado, tu gusto personal, tu curiosidad, tu estudio y tu creatividad hará que tengas una impronta personal, seas un clon o puedas revolucionar la guitarra.

En cualquier caso, la mecánica es la misma, para mi no hay duda.
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Jani Pihlman
#6 por Jani Pihlman el 13/06/2023
#4

Entonces, desde mi punto de vista, tienes que hacer más hincapié en el punto nº1 :brindis: .
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Fran
#7 por Fran el 13/06/2023
Pues seguramente, soy un culo inquieto. Pero el quipo nunca suena igual... al menos si tocas con un grupo.
En casa me gusto siempre :-)
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Círculodequintas
#8 por Círculodequintas el 13/06/2023
#1

Un buen compendio de muchos conceptos básicos y otros no tanto. Cosas que no siempre se manejan bien y que en demasiadas ocasiones no se tienen en cuenta o se desconocen. Especialmente cuando eres principiante y prácticamente todo, es un misterio.

Estupendo hilo. Buena aportación. Ayudará a más de uno, enterrará ciertos mitos y alguna que otra falsa creencia.

Bien por todo ello.

:brindis:
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1
Jani Pihlman
#9 por Jani Pihlman el 13/06/2023
#7

En mi caso personal, tengo varios amplis, varios planteamientos del equipo en general (base de pedales, ampli con loop de FX, ampli + IRs + post procesado estéreo, Kemper/Helix...) varias pedaleras, estas pedaleras varían en los pedales que pongo, también varias guitarras... En fin, que suelo adaptar el equipo que llevo al repertorio del trabajo que vaya a hacer y al contexto; no llevo lo mismo a un garito, una jam session, a un teatro, a un exterior de 20k personas, a un ensayo o a un estudio de grabación.

Aún así siempre sueno igual, para bien o para mal. Sueno igual a mi oído, porque siempre me encuentro igual de cómodo, ya sea con una strato HSS y el Mark V o una Les Paul y el Plexi, y porque mis compañeros de trabajo también me lo dicen, que lleve lo que lleve siempre suena todo igual (y que para qué quiero tanto cacharro, se preguntan :meparto: ).

Defiendo el texto que he escrito porque de verdad pienso que el equipo es prácticamente irrelevante, con que sea un equipo majo, todo vale, depende sobre todo de nuestra oreja y nuestras manos. Si algo es inestable, esta inestabilidad viene de nosotros y no del equipo. Estoy convencidísimo.

Al menos en mi caso, esta hoja de ruta es el fruto de la resolución de todos mis problemas de sonido.
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Sergi
#10 por Sergi el 13/06/2023
Buenas

Una muy interesante, exposición,

Gracias por el aporte.

Para finalizar el artículo...... dándole una mini pincelada, de humor..... añadiría un hipotético punto N 8, la correa no influye en el sonido....o si???
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Maranello
#11 por Maranello el 13/06/2023
#1

Muy buen resumen compañero.

Cuando tocaba en bandas hace ya muchos años, tras mucha prueba y error conseguí mis dos sonidos básicos, que al final eran 4. Les Paul limpia o distorsionada, y Fender limpia o con crunch. Una base de Marshall valvulero, Reverb de muelles del mismo ampli (JTM30), un poco de compresión (Boss CS2) , delay algo largo para los solos (Boss DD2), y un chorus muy suave para engordar el sonido (Boss CE2). Un ecualizador Boss GE7 para setear el cambio de guitarra y adaptar el sonido al tipo de sala donde tocábamos, y un TS9 para meter más o menos caña. Vamos, Boss man 😅. Ah, y los potes de las guitarras, fundamental.

Y ya. Me tiré diez años así, y aunque con mi banda solo conseguimos grabar un LP y morirnos de hambre tocando, al menos tenía un sonido mío que se reconocía, para bien o para mal. Empastaba perfectamente con el resto del grupo, y cuando entrábamos a grabar en estudio apenas tenia que retocar algo la ecualizacion. Claro que entonces se grababa en analógico, amplis microfoneados y Tascam de 24 pistas, los “viejos” ya sabéis a qué me refiero. Como mucho, un doubling de guitarra y poco más.

Francamente, creo que hay demasiada “mandanga” hoy en día, con 5000 pedales a elegir, tropocientas pedaleras, emuladores, plugins, modelados, amplificadores a carretadas, más modelos de pastillas que en una farmacia etc… y nos pasamos la vida buscando y rebuscando EL SONIDO. Cuando el truco al final es comprender que el sonido está en los dedos y en la cabeza, y que toda esa parafernalia que tenemos a nuestra disposición es simplemente el medio, y no el fín.
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mamathor
#12 por mamathor el 13/06/2023
Jani tío, gran hilo.

Me has entretenido el rato de la comida! Realmente poco más que añadir a lo expuesto.

Es un resumen de puta madre de algo que por otra parte, lleva años afianzar.

Yo por ejemplo soy muy burro con la mano derecha y tengo un vibrato muy hortera, al final siempre tiendo a sonar igual y por mi parte fantástico, porque es lo que quiero.
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