Por mucho empeño y cuidado que tengamos al afinar, la guitarra es un instrumento que nunca sonará afinado al 100% en todas las posiciones del diapasón. Esto no es culpa del guitarrista ni del afinador, sino del propio diseño del instrumento: la afinación temperada.
En la guitarra, cada traste representa un compromiso entre la afinación ideal de cada nota y la necesidad de poder tocar en cualquier tonalidad. Por eso, algunas notas de un acorde pueden sonar ligeramente por encima o debajo de la nota deseada.
Otro problema es la facilidad con la que se desafinan las guitarras. Suelen acabar desafinándose por el simple hecho de tocar, problemas con la cejuela, cambios de tensión o variaciones de temperatura.
Aun así, hay varias cosas que pueden ayudarnos para sonar lo más afinado posible y mantener la afinación del instrumento durante más tiempo.
1. Encordado correcto
[Índice]Una buena afinación comienza con unas cuerdas nuevas correctamente instaladas. Usar las cuerdas con las que nos sintamos cómodos es esencial para tocar de forma agradable, hay personas que le pegan fuerte a las cuerdas y otras con un toque más suave. Un calibre mayor suele ofrecer una mejor estabilidad en la afinación, aunque esto ya depende de preferencias personales.
Es importante encontrar un equilibrio entre la comodidad al tocar y la estabilidad de afinación, ya que unas cuerdas demasiado gruesas pueden resultar incómodas o exigir más esfuerzo a la mano. Evita dar demasiadas o muy pocas vueltas a la cuerda en las clavijas es importante, corremos el riesgo de quedarnos con una cuerda que se salga y no termine de enrollarse adecuadamente. Por lo general, en las entorchadas hacen falta menos vueltas que en las lisas. Aquí también influye el tipo de clavijas que tenga la guitarra.
2. Estirar las cuerdas
[Índice]Después de encordar, estira suavemente cada cuerda con la mano levantándola y tirando con cuidado a lo largo del diapasón o puedes tirar de forma lateral. No hace falta tirar con mucha fuerza, mejor tirar menos y muchas veces, que romper una cuerda en el proceso. Esto asienta el metal y evita que la guitarra se desafine constantemente. Repite el proceso de afinar y estirar hasta que las cuerdas se estabilicen del todo.
3. Afinar hacia arriba
[Índice]- Siempre que afines una cuerda, afina subiendo hacia la nota, no bajándola.
- Si te pasas de la nota en cuestión, desafina hacia abajo y vuelve a subir.
- Esto asegura que la cuerda quede bien asentada sobre la cejuela y el puente, evitando que se deslice y desafine después de unos minutos tocando. Si ves que te ha pasado unos céntimos de la nota deseada también puedes volver a tirar un poco de la cuerda para que quede en su lugar.
4. Octavación
[Índice]La octavación ajusta la longitud de cada cuerda para que las notas sean correctas a lo largo del mástil. Comprueba que la nota al aire y la del traste 12 estén afinadas al mismo tono (una octava de diferencia). Si la del traste 12 suena más alta, mueve la selleta hacia atrás; si suena más baja, muévela hacia delante.
Una guitarra correctamente octavada suena bastante bien afinada, pero no hay que volverse locos buscando la perfección. Será tarea imposible.
5. Lubricar la cejuela
[Índice]Muchas desafinaciones se deben a que las cuerdas se traban en las ranuras de la cejuela. En ocasiones podemos oír un pequeño “ping” o chasquido al girar una clavija, algo que puede indicar que la cuerda no desliza del todo bien y queda pillada en la cejuela. Puedes lubricarlas con grafito (de un lápiz), grasa especial o productos especialmente diseñados para eso.
Si la cejuela está demasiado alta, baja o mal cortada, o si produce un zumbido similar al de un sitar, conviene que un luthier le eche un vistazo, igual hay que limar algo o cambiar de cejuela. Eso mejorará la afinación y la comodidad al tocar.
