Efectos

Fractal Audio FM3, análisis completo de la versión pedalera de Axe-Fx III

Veredicto
El FM3 tiene un precio entorno a los 1.300 euros, sin embargo, para muchos guitarristas, lo que ofrecen a cambio acostumbra a compensar la inversión, y el FM3 no es una excepción: las emulaciones de amplificador (hay 277 en el momento en que escribimos esto) son en su mayoría soberbias, los efectos son de altísimo nivel y hasta el parámetro más insignificante es ajustable y asignable a cualquier variable: prácticamente cualquier sonido que no implique doble amplificador simultáneo es posible con el FM3. Si os gusta la idea de los bloques de efecto con cuatro canales personalizables (a nosotros nos pirra), tener ocho escenas por preset, 3 botones totalmente personalizables desde cero, y no pensáis usar más de un ampli simultáneo ni tenéis especial interés en el método de los 4 cables, el FM3 es para vosotros.

Pros

  • Sonidos excelentes muy detallados
  • 277 modelos de amplificador emulados y miles de pantallas
  • Bloques de efecto cuádruple en todas las categorías
  • Efectos de pitch shifting de muy buena calidad
  • Compatibilidad con Axe-FX III
  • Futura compatibilidad con IR's Ultra-Res
  • Pantalla a color
  • Footswitches muy personalizables
  • Buen funcionamiento como interfaz de audio

Contras

  • Solo 3 botones
  • Aún presenta algo de "Gap" entre escenas
  • No tiene salida principal de 1/4", sino solo en XLR
  • No incluye pedal de expresión
  • No permite dos amplificadores sonando a la vez

El Fractal Audio Systems FM3 es el sucesor del AX8, la famosa pedalera inspirada en el Axe-Fx II. Con el Axe-Fx III en el mercado desde hace ya un tiempo, la empresa anunció la existencia de la nueva pedalera de tres botones, causando sorpresa entre todos sus seguidores. Algo de incertidumbre ha rodeado este lanzamiento, alimentada por los que no veían claro que una pedalera de solo 3 botones pudiese sustituir a su AX8 de casi 20 botones y por el largo tiempo de espera hasta que finalmente ha salido al mercado.

Finalmente ya está disponible (es posible añadirse a la lista de espera para tener una unidad) y en Guitarristas recibimos una unidad de prueba de la primera remesa, y no lo decimos tanto para hacernos los importantes (bueno, igual un poco sí) como para advertiros de que nuestra unidad no tenía aún salida de auriculares. Algo que todas las unidades siguientes sí tienen, ya que es una prestación del producto tal como es realmente.

Hay muchísimo que decir sobre el Fractal Audio Systems FM3, por lo que no vamos a extendernos más: pasemos a analizar la unidad apartado por apartado.

Vídeo

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Diseño y construcción

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Claramente, la base del diseño de la FM3 es la misma que la de la pedalera de 6 botones de la marca, el Fractal Audio FC-6, compartiendo las mismas dimensiones y eliminando tres botones para dejar espacio a la pantalla a color y los controles. La solidez es notable y parece muy resistente, y aunque el peso inicialmente nos preocupó, una visita a la báscula reveló que pesaba en realidad unos 3,24 Kg., menos que una pedalera de efectos individuales de tamaño similar que casualmente teníamos a mano. Si no lo combinamos con un pedal de expresión especialmente pesado, no debería ser una carga excesiva en nuestra bolsa de ensayar.

La pantalla tiene muy buena nitidez, aunque siendo un dispositivo de suelo, quizás debería tener un modo propio de pantalla con letras de mayor tamaño para poderlas leer a una cierta distancia. Afortunadamente, todos los botones tienen su propia pantalla y color personalizable, por lo que la mayor parte de la información necesaria para manipular los sonidos la podemos obtener de dichos displays. Displays que en condiciones de iluminación baja y media se verán perfectamente, pero que podrían ser un poco difíciles de ver en situaciones de mucho sol. Los colores de los botones son personalizables, y podemos elegir qué tipo de información queremos ver en las minipantallas individuales en función de nuestras preferencias.

Prestaciones y facilidad de uso

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Como comentábamos, la unidad que probamos era la primera remesa sin salida de auriculares, pero actualmente el producto dispone de ella. Lo que sí se ha descartado es una salida principal en formato jack de 1/4", en favor de una salida estéreo en XLR. Esto habrá sido muy aplaudido por aquellos que toquen fundamentalmente por línea y aprecien la posibilidad de tener una salida ya balanceada y en el formato que la mayoría de técnicos de sonido esperan recibir. Por otra parte, también habrá quien eche de menos una salida principal en formato jack: el send estéreo puede configurar fácilmente y en cualquier momento para que actúe como un reflejo idéntico de las salidas principales, por lo que podemos resolverlo rápidamente. Eso sí, eso nos fuerza a dejar el loop de efectos desocupado. Otra posibilidad sencilla es llevar siempre con nosotros un par de cables XLR-jack TS (o TRS si necesitamos que sea señal balanceada) para podernos conectar con normalidad a unidades con entradas de 1/4".

Ya quedaron atrás las crítpicas pantallas verdes de Axe-FX Standard, Ultra y II, y ahora disfrutamos de la pantalla a color y los múltiples controles que posee alrededor, por lo que la facilidad de uso se ha visto incrementada. No se nos pasa por alto que los de Fractal Audio son, probablemente, los multiefectos con un nivel de ajuste más exhaustivo que hay, y eso es un desafío a la hora crear la interfaz. Aún así, la organización de los menús por páginas está bien planteada: normalmente, cuanto más lejana es la página, más extraños son los controles que posee, y por tanto de uso menos frecuente (excepto la página de mezcla de efecto, que suele ocupar la última posición en todos los bloques). Esto facilita que encontremos los parámetros más necesarios rápidamente.

Prácticamente toda la pedalera es fácil de comprender sin el manual, siendo la asignación de las funciones de los pedales la única excepción. Y no porque este mal diseñada, de hecho una vez comprendida, se da uno cuenta de que está ordenada con bastante acierto. Es sólo que, al tener tanta flexibilidad, hay que pensar en los pedales del FM3 como si fuesen una pedalera externa a él. Ayuda pensar en el cerebro del FM3 como un módulo multiefectos y en sus pedales como un control remoto totalmente configurable, a diferencia de otras pedaleras del mercado en las que los pedales dependen totalmente del preset que estemos viendo en pantalla.

El resultado es que podemos llamar a presets y escenas con ellos, alternar entre parejas de presets o escenas con un único botón, acceder a funciones específicas manteniéndolos pulsados, activar o desactivar efectos individuales y muchas otras funciones variadas. Y no hay problema en mezclar estas categorías como creamos conveniente, un pedal puede dedicarse a cambiar presets y el de al lado a algo totalmente diferente. Incluso podemos hacer que ciertos botones hagan cosas que varíen por el contexto: quizás el botón 3 alterna escenas y en otro enciende el afinador dependiendo del preset en el que se encuentre. O manda un mensaje midi, o activa el looper.

Claro, la configuración requiere ser entendida, pero la libertad es muy amplia, ya que además tenemos hasta 8 páginas de funciones (layouts), y en cada una de ellas la función de cada botón es configurable. Teniendo esto en cuenta, habrá guitarristas para los que 3 botones sean suficientes, mientras que otros puedan seguir prefierendo el formato de AX8, en que había 19 botones físicos siempre disponibles de forma inmediata. Os recomendamos repasar nuestro vídeo en la sección en la que hablamos de ello para haceros una idea más aproximada.

La organización de presets, escenas y canales es excelente, más aún si utilizamos el editor, con el que todo se vuelve más ágil y es fácil ver de un plumazo qué tenemos activado. Desde él podemos configurar los sonidos, pero también el ruteo de entradas y salidas, la gestión de las respuestas a impulsos e incluso crearnos una librería propia de sonidos, plantillas y bloques. Almacenar permanentemente nuestros bloques es una buena idea, ya que cada bloque se compone de cuatro canales que personalizamos (ejemplo: canal 1 de un Fender, canal 2 de un Vox, Canal 3 de un Marshall, Canal 4 de un Rectifier), y es más que probable que queramos utilizar esa "creación" en más de una ocasión. Almacenarlo nos permite cargarlo siempre que queramos en un preset, sin tener que volver a crearlo y volver a ajustar sus parámetros uno a uno. Lo mismo ocurre con las plantillas, que podemos guardar con la estructura básica que vamos a querer en nuestros presets. Por ejemplo, si nuestros presets suelen tener un ruteo muy particular, no tenemos por qué crearlo siempre desde cero ni andar copiando presets similares: cargamos una plantilla y listo.

Otras funciones más ocultas y menos visitadas como la posibilidad de enviar mensajes Midi a otras unidades también han sido mejoradas e implementadas de forma bastante eficiente: podremos crear bloques de mensaje Midi, que se colocan en la matriz como cualquier otro efecto, y que envían varios mensajes simultáneos a unidades externas (a un amplificador físico, o un pedal multiefectos con midi), pudiéndolos coordinar a cambios de presets, a escenas u otras acciones concretas. Las posibilidades de control de efectos ya habituales en Fractal Audio Systems como los LFO, las envolventes o las funciones de auto engage también están disponibles en el FM3.

Como interfaz de audio, funciona sin sorpresas: tanto la grabación como el reamp dan buenos resultados. La entrada principal de instrumento puede ser sustituida en cualquier momento por el input interno del USB en el menú de ajustes general, de modo que cualquier preset puede ser empleado para hacer un reamp sin necesidad de modificarlo.

Sonido

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Como ya nos tienen acostumbrados, el sonido de las emulaciones de Fractal Audio Systems suele ser muy agradable, con matices lo bastante interesantes como para querer pasar una tarde simplemente comparando todos los Fenders de la unidad, o todas las variantes de Plexis y sus modificaciones. Sin ánimo de despreciar a los multiefectos de gamas asequibles (que hacen muy bien lo que hacen por lo que cuestan), los emuladores muy detallados como el FM3 tienen un factor de diversión más pronunciado que en las pedaleras de gama baja, ya que sus sonidos no son sólo una "foto estática" del sonido al que pretenden acercarse, sino que ofrecen la ilusión de interactuar con nuestra forma de tocar. El FM3 anima más a encontrar diferentes sonidos simplemente al tocar de forma más intensa o menos, pudiendo pasar más rato en un mismo modelo de ampli sin necesidad de cambiar a otra emulación. En multiefectos más modestos nos hemos sentido impulsados más a menudo a echar mano de varias emulaciones de ampli para intentar cubrir el mismo espectro.

Nuevamente, los efectos son estupendos, incluso aquellos que requieren mayor trabajo de la CPU (y también de diseño por parte de los programadores, suponemos) como los pitch shiftings, los sintetizadores y los efectos de Drop. Particularmente este último funciona muy bien, con un nivel de latencia la mar de razonable (especialmente si jugamos con el valor Tracking, o esa sensación nos ha dado) , y creemos que puede ser el mejor efecto de drop encontrado en una unidad no específica para ese efecto. Una prestación muy de agradeceder si tenemos que viajar y no tenemos la posibilidad de llevarnos guitarras en varias afinaciones.

Hay que mencionar que la CPU del FM3 es muy potente (cada bloque de efectos contiene cuatro canales precargados, por lo que cada bloque vale por cuatro), pero no tan potente como su hermano mayor el Axe-FX III. Eso hace que no podamos, por ejemplo, poner dos bloques de ampli o de CAB (cada bloque permite 2 IR's simultáneas por cada uno de los 4 canales) sonando al mismo tiempo. Tampoco podremos repetir ciertos efectos más de una vez, como el Pitch Shifting o el Phaser (aunque, por suerte, también son multicanal), aunque otros como el Drive o el Delay sí son duplicables. Sin embargo, creemos que son limitaciones con las que hemos topado al buscarlas expresamente, no tanto porque vayan a salir al paso con frecuencia de forma cotidiana.

Eso sí, aún hay un par de cosillas que creemos que tendrán que irse puliendo a medida que vayan llegando nuevos firmwares (Fractal suele actualizarlos con mucha frecuencia basándose en las peticiones que los usuarios realizan en su foro), como el gap en el cambio de escenas (en los primeros firmwares de Axe-Fx III también se dio este fenómeno hasta que fue mejorado notablemente) o algunas cuestiones referentes a las respuestas a impulsos Ultra-Res, que aunque ya está confirmado que serán aceptadas por el FM3, todavía no se conoce del todo en qué condiciones ocurrirá esto. Si bien Fractal se caracteriza por una constancia muy notable en los firmwares nuevos, hay que tener en cuenta que hay algunas cosas que aún no han alcanzado la perfección en el FM3.

Conclusión

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Con los productos de Fractal Audio Systems, siempre hay que hablar del factor precio, ya que habitualmente es la marca más cara de este sector. El FM3 tiene un exigente precio entorno a los 1.300 euros, pero afortunadamente lo que se ofrece es lo bastante avanzado tecnológicamente como para que no sea descabellado plantearse la inversión. Las emulaciones de amplificador (hay 277 en el momento en que escribimos esto) son en su mayoría soberbias, los efectos son de altísimo nivel y hasta el parámetro más insignificante es ajustable y asignable a cualquier variable: prácticamente cualquier sonido que no implique doble amplificador simultáneo es posible con el FM3.

Pero claro, el FM3 no es el único que está ofreciendo cosas muy buenas en el mercado de los multiefectos, ¿cuáles son sus competidores más directos?. Helix, Kemper o Headrush serían las opciones más probables. No estamos muy seguros de que tenga sentido expresaros nuestra preferencia en el terreno sonoro: aunque a título personal podamos tenerla, todos ellos ofrecen emulaciones de un nivel propio de los tiempos actuales, y creemos que podríais preferir cualquiera de ellos por mera subjetividad. En cambio, lo que sí que pensamos que es sumamente importante es saber cuál es el que se adapta a vuestra forma de trabajar y qué prioriza cada uno de ellos.

Por ejemplo, en cuanto a lo exhaustivo de sus parámetros, FM3 va mucho más lejos que sus competidores, y en cada preset también ofrece más capacidad (amplificadores cuádruples no simultáneos, etcétera). También la calidad de los efectos complejos es mucho más elevada en la unidad de Fractal Audio Systems. Pero tras una segunda revisión encontramos algunas cualidades en las que es superado: Helix cambia de escenas de forma mucho más suave y rápida, y aún costando menos dinero, ofrece ruteos paralelos de más de un ampli (aunque eso sí, los bloques de ampli de Helix sólo contienen un amplificador, en vez de cuatro como el FM3). También le supera en el número de botones, aunque el FM3 es ligeramente más configurable en ese aspecto.

Por su parte Kemper parece que sigue sin ser destronado para aquellos cuya prioridad es el profiling, aunque su interfaz ha quedado algo desactualizada. Headrush, en el otro extremo, apuesta más por el entorno gráfico y facilidad de uso, pero ofrece muchos menos parámetros por efecto y unas pocas cadenas de efecto prefijadas entre las que tenemos que escoger, por lo que nuestros presets serán forzosamente mucho más simples. Además, en algunos efectos se queda un poco atrás comparado con sus compañeros en el terreno sonoro.

Entonces, ¿cuál es la conclusión?. Trataremos de hacerlo sencillo: FM3 y Helix son los dos multiefectos que se basan en una matriz en la que se pueden ubicar libremente los efectos, y compartir ese enfoque es, probablemente, lo que los hace competir más de cerca. Son los que permiten ser más creativos con el ruteo, y darle usos inesperados a los elementos que podemos ubicar en la matriz.

A partir de ahí, os recomendamos elegir por cuál se adapta mejor a vuestra mentalidad de trabajo: si os gusta la idea de los bloques de efecto con cuatro canales personalizables (a nosotros nos pirra), tener ocho escenas por preset con cualquiera de esos canales, 3 botones totalmente personalizables desde cero, y no pensáis usar más de un ampli simultáneo ni tenéis especial interés en el método de los 4 cables, el FM3 es para vosotros. Sin duda. Un solo preset puede contener una cantidad de información tan grande que podríais resumir todos vuestros sonidos en él, y acceder a cualquiera de ellos configurando con astucia los 3 botones y sus 8 páginas. Además, aunque el Helix hace un trabajo excelente (realmente excelente, de hecho) en los efectos, el FM3 posiblemente lo supera en varias áreas.

Si entran en juego otras prioridades, como combinarlo con vuestro ampli con el método de los 4 cables, utilizar más de un ampli simultáneo, o tener la seguridad de disponer al menos 8 botones integrados, quizás la alternativa más probable para el FM3 sería alguno de los productos de la gama Helix. Su conectividad es más adecuada para conectarse a vuestro ampli y, según el modelo, incluso puede cambiar sus canales. Además, su cambio entre escenas parece más continuo y fluido, aunque son mucho menos flexibles internamente que las del FM3 debido a la ausencia de canales cuádruples. Además, tiene compatibilidad con las guitarras Variax, y la gama de Helix es más variada y accesible, por lo que tener más de un producto de la familia resulta algo más económico que con Fractal Audio Systems.

Esperamos que con estas pistas generales os hayamos ayudado a tener un mapa más claro de cuál es el emulador ideal para vosotros. Pero dejando de lado las consideraciones excesivamente frías y razonadas, hay algo positivo que nos llamó la atención del FM3 y que nos gustaría proponer como valoración final: tocando con él terminamos más rato buscando matices desde nuestra guitarra con un único sonido que cambiando compulsivamente de presets o de efectos. Algo parecido a lo que ocurre cuando tocamos con un ampli que nos gusta, y creemos que eso es bastante buena señal.

Fractal Audio FM3

Más información | Fractal Audio Systems

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