Monitores In Ear (IEMs): tipos, funciones, y qué valorar al comprar uno

Durante años, los músicos han dependido de las tradicionales cuñas de monitoreo en el escenario para poder escucharse mientras tocan. Paralelamente, el mundo del monitoreo in-ear (IEMs, de ahora en adelante) lleva también muchos años ahí, pero ha cambiado drásticamente gracias a los avances tecnológicos, y se han convertido en la opción preferida ya no solo de los profesionales, sino también por músicos emergentes, para los que hace años era un producto casi desconocido.

Los in-ears no son simplemente auriculares. Se trata de sistemas completos diseñados para proporcionar monitoreo personalizado e inalámbrico, preciso y aislado en situaciones de directo. Los IEMs permiten a los músicos escuchar una mezcla específica de lo que se está tocando en el escenario, con gran claridad y sin interferencias del sonido ambiente, y sin estar atados a un cable.

El sistema básico consta de:

• Un transmisor que envía la señal de audio.
• Un receptor inalámbrico que capta esa señal.
• Los auriculares in-ear propiamente dichos, que el músico lleva colocados dentro del canal auditivo.

Igual que cuando usamos cuñas de escenario, el técnico de la sala nos proporcionará una señal mediante un cable XLR (o dos, si la señal es estéreo) para monitorizarnos. Conectaremos dicho cable al transmisor (la especie de "estación" o "centralita" que puede o no tener antenas), y emtirá el sonido de forma inalámbrica hasta nuestro receptor, que es donde conectamos nuestros auriculares. Como si fuese una radio, deberíamos oír el sonido que el transmisor emite.

Según la tecnología que emplee nuestro in-ear, deberemos asegurarnos que el número de frecuencia de la pantalla del transmisor y el del receptor sean el mismo, sigificando que ambos están sintonizados en el mismo canal. Pero muchos de los sistemas económicos actuales ya no presentan dicho número, ya que rastrean ellos solos el receptor para que el usuario no tenga que preocuparse.

Los IEMs se dividen en dos grandes grupos en función del tipo de transmisión que utilizan: sistemas UHF y sistemas WiFi.

Estos son los más comunes en contextos profesionales. Utilizan frecuencias de radio en el espectro UHF, lo que les proporciona:

• Gran estabilidad de señal.
• Menor latencia.
• Mejor rendimiento en ambientes saturados de señales.
• Son más costosos, pero también más confiables. Marcas como Shure, o Sennheiser dominan este segmento del mercado.

Habitualmente el emisor tiene formato de medio rack, y suelen tener en la pantalla la frecuencia que se está empleando, y ofrecen varios canales para evitar interferencias entre varios sistemas. Las giras profesionales utilizan muchos de ellos, e invierten mucho tiempo en que el puzzle de frecuencias esté perfectamente encajado para que no haya problemas.

De hecho, incluso aunque pueden emitir en diversos canales, además suele haber diversas versiones de cada modelo, dedicados a un segmento de frecuencias diferente, y van marcados con una letra. Así, un modelo de in-ear Shure de tipo A emitirá en un rango diferente que el B, y así sucesivamente. Algunos presentan la prestación conocida como "Diversity", de la que hablaremos más adelante, y casi todos ellos pueden funcionar en Mono o en Estéreo.

Con la aparición de soluciones más asequibles, algunos fabricantes han optado por desarrollar sistemas que funcionan por WiFi (normalmente en la banda de 2.4 GHz). Sus ventajas incluyen:

• Coste reducido.
• Más fáciles de usar.
• Generalmente menos voluminosos y más ligeros.
• A menudo, recargables con batería interna.
• Sin embargo, presentan mayor latencia y son más susceptibles a interferencias, especialmente en entornos con muchas señales inalámbricas (como festivales o grandes salas).
• Los de Nux o XVive suelen ser los más resultones en este terreno.

No suelen tener pantalla, y acostumbran a ser plug and play, sonando desde el minuto uno en cuanto el usuario los saca de la caja. Aún así, muchos de ellos nos permiten cambiar de canal para evitar interferencias si en nuestro grupo algún compañero tiene el mismo modelo, o incluso rastrean automáticamente el canal libre.

Hasta ahora, casi todos ellos usaban el WiFi 2.4 Ghz, pero ahora que hay infinidad de productos usando WiFi en todas partes (nuestro teléfono móvil, por ejemplo) cada vez más fabricantes apuestan por el WiFi 5.8 Ghz — como lo hace Nux con su B7PSM —, una banda menos saturada de aparatos... de momento.

Las ventajas que siempre han presentado los IEMs frente a los monitores estilo cuña, y que impulsaban a los profesionales a utilizarlos siempre han sido las siguientes:

• Aislamiento acústico: Al estar colocados dentro del oído, los in-ears aíslan al músico del ruido ambiental, permitiéndole escuchar con más claridad.
• Movilidad: Al no depender de monitores fijos en el escenario, los músicos pueden moverse libremente.
• Mejor mezcla personalizada: la mezcla que cada músico recibe en su in-ear no molesta al resto de los compañeros que trabajan en el escenario.
• Comunicación: tener un canal de comunicación privado por el que recibir alertas o indicaciones relacionadas con el espectáculo, por parte del técnico o el regidor de escenario.

Pero ahora ha llegado un nuevo actor a la escena: el músico no profesional. La razón principal de ello es que la tecnología es ahora más asequible: el IEM más barato hace 30 años probablemente era más caro que todo el equipo completo de algunos guitarristas. Sin embargo, ahora los precios son razonables y la facilidad de uso se ha incrementado mucho.

Otra de las razones tiene que ver con lo artístico: muchas bandas actuales desean tocar sobre secuencias pregrabadas o vídeos, que casi siempre van a ir sincronizadas a un metrónomo que los músicos deben poder oír, pero el público no. La forma de poder hacerlo es utilizar in-ear para escuchar esa pista de click y así llevar a cabo la sincronía. Hasta ya hay productos específicos para realizar esto sin necesidad de usar el ordenador, como el B.Beat M-Live.

Puedes descubrir más sobre esa técnica en el siguiente vídeo.

Antes de invertir en un sistema in-ear, es importante considerar varios aspectos:

• Calidad del sonido: Algunos IEMs tienen drivers simples, mientras que otros pueden incorporar múltiples drivers por canal para reproducir mejor las frecuencias. También la transmisión tiene un papel muy relevante en esto, ya que el audio debería llegar al receptor lo menos degradado que sea posible.
• Ajuste y comodidad: Un buen sellado es esencial para una experiencia óptima. Los modelos personalizados, hechos a medida del oído del músico mediante un molde, ofrecen el mejor ajuste.
• Durabilidad y fiabilidad: Especialmente si se va a usar en giras o en situaciones exigentes. Además los auriculares a partir de cierto precio ya llevan cables intercambiables, para poder renovarlos si se rompen o degradan.
• Resistencia a interferencias: Los sistemas UHF deben configurarse correctamente para evitar conflictos de frecuencias, y tradicionalmente son los que se usan en contextos profesionales. En el caso de los WiFi, puede ser necesario limitar otras señales durante los shows, ya que por lo general son conflictivos debido al enorme número de teléfonos y aparatos informáticos que usan dicha banda.

Una de las preguntas frecuentes al configurar sistemas in-ear es si deben utilizarse en mono o estéreo. La respuesta depende del contexto:un in-ear mono es útil si ya nos es suficiente con mandar la misma mezcla a ambos oídos. Es ideal cuando hay pocos canales disponibles o en configuraciones sencillas. Por su parte, el estéreo permite una experiencia más envolvente y natural, al distribuir los elementos de la mezcla en el campo estéreo. Esto puede ayudar a localizar mejor los instrumentos y a reducir la fatiga auditiva, aunque requiere mayor cuidado en la mezcla y más canales disponibles en la mesa.

Muchos sistemas ofrecen ambas opciones, por lo que es importante asegurarse de qué formato se va a utilizar desde la planificación técnica del concierto o ensayo.

El "sistema diversity" es una característica clave en los sistemas inalámbricos profesionales, incluida la transmisión de IEMs. Se refiere al uso de dos antenas receptoras (a veces más), cada una recogiendo la señal por separado. El sistema selecciona automáticamente la mejor señal en tiempo real para minimizar interrupciones o pérdidas.

Esto reduce significativamente el riesgo de "dropouts" (cortes de señal) causados por interferencias, obstáculos o movimiento del músico sobre el escenario. Algunos modelos avanzados incorporan incluso tecnología de "true diversity", que utiliza dos receptores independientes y compara ambas señales completas para asegurar la mejor calidad.

Aunque hemos insistido mucho en este artículo en contarte sus características, seguramente ya habrás tomado una decisión, pero por si te sirve, aquí va mi opinión: llevo ya mucho tiempo haciendo conciertos pequeños y medianos con IEMs Wifi y no me han fallado aún. Solo en una ocasión tuve que buscar un canal más limpio que el que suelo usar de costumbre y lo encontrá a la primera. ¡Y eso que uso uno de 2.4 Ghz y llevo un inalámbrico de guitarra que también lo es! No quiere decir que no vaya a tener un disgusto algún día, pero de momento me he ido salvando, asi que si haces el mismo tipo de bolos de batalla que yo, podrían servirte.

Algo con lo que sí que tengo que vigilar es la distancia entre el emisor y el receptor: no debo alejarme mucho. Ahí sí que reconozco que cuando usaba unos IEMs UHF tenía más margen de alcance, y eso que no eran, comparativamente, de gama superior al que uso ahora. Por poner un caso concreto: con el UHF, poner el emisor en la parte de atrás del escenario o cerca de la mesa de monitores no era un problema; ahora prefiero tirar un XLR hasta cerca de donde suelo estar situado en el escenario, y colocar ahí el emisor, ya que de lo contrario, podría experimentar algún dropout. Gracias a eso, tengo una cobertura suficiente para moverme bastante por un escenario mediano.

Podría estar hablando sobre IEMs durante horas, ya que es una de las cosas que me ha hecho la vida más sencilla: cuando tengo que cantar, me oigo mucho, mucho mejor, y grito mucho menos. Y hasta tengo la sensación de no tener tinnitus en los conciertos más ruidosos, no como cuando usaba cuñas. Además, me ayuda a percibir mi sonido de guitarra de forma más consistente sin tener que comprar ni acarrear unas FRFR por ahí.

Pero claro, no son para todo el mundo. La sensación de estar "en una pecera" que provocan es molesta, y aunque se puede arreglar pasando un poco de señal de uno o dos micros de ambiente (esto es una solución común en giras a partir de cierto tamaño), en los conciertos pequeños puede resultarte a tí y al técnico una molestia excesiva.

Lo importante es que podemos elegir, y que con toda esta información, ya puedes tener en cuenta qué es y qué no es una prioridad.

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