Joven y viejo

Hola a todxs. Comencé a tocar la guitarra con 17 años, hace 30 años ya. Tenía mi grupo y como cualquier joven disfruté de ello, ha sido una etapa de mi vida que recuerdo gratamente. En el año 95, tras ganar varios concursos unos tipos que trabajaban para la EMI nos ofrecieron un contrato, lo rechazamos tras consultar con un abogado porque se querían quedar con un porcentaje altísimo y con con todos los derechos. Me he acordado de ese momento muchas veces, ¿si hubiésemos dicho que sí?, ¿habría cambiado mi vida?, quien sabe... Ni siquiera les hicimos una nueva oferta, creíamos que saldría otra oportunidad, que nos comeríamos el mundo. Una oferta que nunca llegó y un tren que no volvió a pasar. Dejé la guitarra cansado de ensayos y conciertos, casi dejé de escuchar música para aprender a disfrutar del silencio. Ahora ya un poco viejo he vuelto a tocar, estoy de nuevo componiendo y me hace muy feliz. Saco dos conclusiones que espero puedan ayudar a alguien, 1º. Los trenes son para no dejarlos pasar, algunos no vuelven. 2º. Se puede tocar y ser feliz con ello a los 50 y quien sabe si volverá a cambiar mi vida...
Salud!!

En primer lugar bienvenido al foro

Si eres joven y viejo eres un viejoven. Fuera bromas. Tu situación o similar la hemos vivido muchos aquí. De joven tienes unos sueños que en ocasiones crees que estás a punto de alcanzar, o llegas a saborear momentáneamente, pero un buen día todo se desvanece. El tiempo pasa para todos y hay que tomar decisiones. Tu vida puede seguir otro camino, que no tiene por qué ser peor, sólo es distinto. Yo decidí dejarlo y buscar la estabilidad. Recuerdo con nostalgia aquellos inicios de adolescente tocando con los colegas en un garaje, el paso por distintos grupos, después giras y conciertos por ciudades desconocidas, reconocimiento y aplausos, anécdotas de viaje. Me quedan esos recuerdos, fotos, videos, varios discos y muchos amigos. Pero siempre se puede retomar el asunto, formar un grupo y seguir tocando, aunque sea sólo por divertirse y estar un rato con gente que comparta tus mismas inquietudes, sin más pretensiones.