Guía definitiva para guitarristas

Forrellat
#1 por Forrellat el 28/03/2011
¿Quieres tocar la guitarra pero nunca te has atrevido?
¿Quieres comprar tu primera guitarra, pero no sabes como elegirla?
¿Alucinas con esos solos tan guapos del guitarrista de tu grupo favorito, y crees que poder hacerlos tú sería como tocar el nirvana?
¡Felicidades!
¡Has llegado al lugar adecuado!
Bienvenido a la…

GUÍA DEFINITIVA PARA EL GUITARRISTA PRINCIPIANTE, EXPERTO Y PARA EL MAESTRO CONSUMADO.

Bien. Lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de adentrarnos en el mundo de la guitarra, es contar con un buen gurú que nos guíe en tan arduo camino, alguien que nos instruya, que nos aliente cuando el ánimo decaiga, que nos de las fuerzas necesarias para seguir adelante cuando todo parece imposible… Y ese soy yo.
Para llevar a cabo tal labor, cuento en mi currículum con la brutal experiencia de casi dos semanas intentando aprender a tocar la guitarra y con la lectura de más de seiscientos mensajes (poco más o menos) relativos al tema este de la… de la guitarra, eso.
Lo primero que debemos hacer es acabar con algunos mitos que pululan por ahí. Más que nada, para que nadie se lleve a engaño. A saber:

1) Aprender a tocar la guitarra puede ser divertido, fácil y ameno.
¡Una mierda, una mierda y una mierda!. Por este orden. Aprender a hacer solos de guitarra, sin guitarra (sea en medio de un concierto, sea en la soledad de nuestra casa), puede ser divertido, si. Y fácil. Además, es chulo. Y nos hace sentirnos como estrellas del rock por un momento, pero luego… ¡Ay, amigo!, con la guitarra entre las manos, la cosa cambia. Es jodidísimo. No se puede hacer un solo así como así, no señor. Ni el de Smoke on the Water, por mucho que creas que ese ya te sale. Si, te sale. ¡PERO TE SALE MAL!. Tú crees que no, que lo haces, lo mismo, lo mismísimo que en el disco… ¡POR LOS COJONES!. Cuando lo haces tú solo, se parece, si. Y mucho. Pero cuando lo haces con el disco sonando al mismo tiempo… ¡Ja!.
Cierto que la semejanza con el original se podrá notar en mayor o menor medida en función de la calidad de nuestro oído musical y nuestra capacidad para auto engañarnos, pero para salir de dudas, nada como someterse a la prueba ciega de… cualquiera. Tú pillas la guitarra, te marcas tu solo y luego le dices al colega/familiar/vecino (táchese lo que no proceda) de turno:
- ¿A que sueno igual que Dip Parpel?.
Las respuestas, variadas, en función de la calidad del oído musical, su capacidad para engañarnos y la relación amistoso-fraterno-vecinal (táchese lo que no proceda) del oyente, irán desde un “Mismamente. No noto la diferencia” (para esta respuesta, el grado del oyente debe ser, como mínimo, de padre del “tocaor”, y sordo, a ser posible), hasta un “Pero… ¿estabas tocando la misma canción?”. Este último caso se da, sobre todo, en amigos envidiosos, despistados, crueles, o, simplemente, sin capacidad de mentir.
Esto, amigos, no ha de desanimarnos. Sabed que en el noble arte de la guitarra se avanza por un camino lento y lleno de obstáculos. Algunos de ellos, insalvables, os lo puedo garantizar.

2) Llegar a tocar bien la guitarra es posible, si se le dedica tiempo y ganas.
Esto, amigos, es, sencillamente, mentira. Sí, ya sé que hay gente por la tele, e incluso en conciertos en directo, que parecen tocar a velocidad de vértigo sin fallar una sola nota. También todos hemos visto magos que sacaban cartas, monedas, ¡incluso palomas! aparentemente, de la nada. Pero no nos dejamos engañar: somos seres inteligentes, los amos de la creación, y no se nos puede engañar fácilmente: sabemos que hay truco.
Pues con la guitarra, exactamente lo mismo. Mentiras, todo mentiras. En realidad, son grabaciones digitalizadas, tocadas muy lentamente y luego aceleradas por complejos procedimientos informáticos. Como cuando cantan los Pitufos. ¿O es que os habíais creído que de verdad hay gente con la voz así?.
Ese, y no otro, es el truco. Y puedo demostrarlo. A ver… ¿Por qué no había roqueros hace cien años?. Porque la tecnología para hacer grabaciones y modificar la velocidad a nuestro antojo no existía, sencillamente. ¿Alguien se imagina a Mozart balanceándose sudoroso, con el torso desnudo, el pelo pegado a los ojos por el sudor y berreando a voz en grito, y tocando al mismo tiempo un solo de esos?. ¿A quién quieren engañar?. Eso no era posible. Pasar del La menor al Mi menor en menos de cinco o seis segundos, con práctica, es posible. Tocar la escala en menos de dos minutos, con práctica, también. Pero, ¿hacer lo que hacen esos melenudos, sin ni siquiera mirar la guitarra…?. ¡Vamos hombre!, ¿estamos tontos, o qué?.
Pero acudamos a pruebas documentales… ¿Alguien ha visto “Crossroads” (o “Cruce de Caminos”, para los que no dominéis el inglés con la soltura que a mí me caracteriza?. Bueno, para los que no la conozcan, que sepan que es una película donde hay un niñato que quiere tocar blues, y después de pirirí, parirá, conoce a una chica, se mete una road movie entre pecho y espalda y tal, se marca un duelo de guitarras con un tal Estif Vai, otro embaucador de tres al cuarto que tiene engañado al personal. Bueno, pues ahora, al loro (no leáis esto los que no hayáis visto la película y queráis verlas, porque os voy a reventar el final): el niñato no es otro que Ralph Macchio, (efectivamente, el karateka que te dejaba el coche como los chorros), y le mete una somanta al Vai que lo deja temblando.
¿Cómo es posible?, se preguntarán algunos. El Estif es un guitarrista cojonudo, ¿no?.

cac25c480d099713bf15cf836bb73-995643.jpg
Imágen del duelo

Claro, eso es lo que nos han hecho creer, pero todo era truco. Y el Karate Kid, que lo sabe, lo aplica. Y como es más joven, domina más la tecnología (mirar a los niñatos mandando mensajes por el móvil, a ver si no es verdad), y sabe acelerar más la pista grabada sin distorsionarla.

En fin… Es tarde y mañana tengo que madrugar (¡mentira!, pero lo digo por empatía (o será antipatía?) con los curritos que sí tenéis que madrugar.
Próximamente, nuevas entregas de este curso, que estoy pensando en titular La Guitarra y su Puta Madre, con lecciones tan esclarecedoras como “Cómo elegir tu primera guitarra sin prostituirte para pagarla”, “Practicando escalas: no olvides tu arnés y tu cuerda de seguridad”, o “Tus primeros acordes: el misterio del Mi menor, por fin desvelado”.

Hasta pronto!
Subir
OFERTASVer todas
  • Harley Benton DNAfx GiT
    139 €
    Ver oferta
  • -18%
    Warm Audio Foxy Tone Purple 70th Fuzz
    129 €
    Ver oferta
  • Boss Katana 50 MKII
    249 €
    Ver oferta
eltharion8
#2 por eltharion8 el 28/03/2011
:risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa:

que bueno joder...pero solo un apunte, los unicos que hacen eso de acelerar las canciones son dragonforce.....que lo sepas!!!!!!:risa::risa::risa::risa::risa:
Subir
pepecoupe
#3 por pepecoupe el 28/03/2011
eltharion8 escribió:
:risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa::risa:

que bueno joder...pero solo un apunte, los unicos que hacen eso de acelerar las canciones son dragonforce.....que lo sepas!!!!!!:risa::risa::risa::risa::risa:




Vamos a ver si empezamos a escribir un poco mejor, sin tanta falta de hortojrafia . . . . es dragonfors :hedicho:


Ostia que bueno el cursillo, compi :aplausos:. Verdades como puños :ok:. Espero ansioso la segunda clase, pero sobre todo espero el tutorial de como hacer sweep picking sin hacerse un nudo con los dedicos :D
Subir
maedenia - ampamae
#4 por maedenia - ampamae el 28/03/2011
¡Juas! Esto sí es un curso de los "wenos". Suscrita quedo, y a la espera de más entregas... :D
Subir
Forrellat
#5 por Forrellat el 28/03/2011
Buuuh... Dragonfors... Transformers...
Hagan el favor de no interrumpir... ¡Aquí estamos hablando de MÚSICA!
(Perdónalos señor, porque no saben lo que dicen... ¡Cuánto daño ha hecho la tele!).

Bien... Como el cupo de inscritos se ha triplicado, y lo prometido es deuda, aquí viene la segunda entrega del...

CURSO DE GUITARRA PARA PRINCIPIANTES, EXPERTOS Y MAESTROS CONSUMADOS.
(Segunda entrega, ya en tu quiosco).

CAPÍTULO 2

ELEGIR (Y ESTRENAR) TU PRIMERA GUITARRA

Ya hemos advertido que tocar la guitarra no es como dar palmas, que, con más o menos gracia, todos sabemos hacerlo. Pero si, a pesar de todo, aún quieres tirar palante, hay unos mínimos que debes conocer. Y estos empiezan por…

¡EL EQUIPO!

El equipo necesario para tocar la guitarra consiste en:
Una persona (normalmente, tú, si te da igual como suene). Esa persona, a menudo llamada “guitarrista” o más genéricamente, “músico”, debe tener manos. Sí, sé que parece demasiado obvio, pero hay por ahí suelto cada uno…
Las manos son la parte final del brazo, si partimos desde el hombro. Están compuestas por dos partes básicas: palma y dedos. No adjunto esquema, pero podéis ver algunos ejemplos bastante esclarecedores utilizando guguel, sección imágenes. Los dedos se diferencian claramente de las palmas por que hay más, en la mayoría de los casos, y suelen ser más estrechitos. Incluso (¡qué gracioso!), tienen nombres especiales cada uno de ellos. Algunos tan tiernos, como “meñique”, que parece que estás hablándole a un bebé… ¡¡Ay, mi meñique, que sonrisilla más mona tiene!!. Pero no. Es el nombre de un dedo. Los otros también tienen nombres, pero yo soy músico, señores, no profesor de anatomía. Investiguen, investiguen ustedes.
Bien. Las manos (generalmente dos), se diferencian de los pies en que están más arriba, y no suelen presentar un olor tan característico. Se dividen en dos: derecha e izquierda. No se preocupen si aún no lo pillan, más adelante volveremos sobre este tema.
Ciertamente, también se puede tocar la guitarra con los pies, pero no queda igual de estético.
Para muestra, un botón:

0dc676a2caa459a3c94b4fafc7e22-996037.jpg


Bien, con esto ya tenemos, más o menos definida, la parte humana del equipo. Ahora viene la complicada: la parte artificial.
Lo primordial de este apartado es la guitarra. Una guitarra es, básicamente, un instrumento con forma de sartén o raqueta de tenis, pero que no sirve ni para freír un huevo ni para jugar al tenis. Sirve para hacer música. Cierto, la mayoría de la música ya está hecha, y parece absurdo ponernos a inventar nueva, y, seguramente, peor que la que ya hay, pero… Somos humanos, y por ende, complejos. Y si somos, además, mujeres, no es que seamos complejos, es que… Dejémoslo. No sé si los administradores son féminas, y no me gustaría acabar baneado por un quítame allá esas pajas (olviden el aluvión de chistes fáciles que les viene a la cabeza, por favor).
Sigamos.
La guitarra está compuesta por dos partes básicas: mueble y cuerdas.
A su vez, el mueble también se subdivide en dos partes claramente diferenciadas: Ancha y estrecha, que es como a los músicos nos gusta llamarlas. Los pedantes les suelen dar nombres tan rimbombantes como “mástil”, “pala”, “diapasón”… Eso, en realidad, no es más que una prueba de sus complejos de inferioridad, que intentan disfrazar con palabrería, haciéndose pasar por cultos. En el fondo, son unos maricones, perdón, marineros frustrados, de ahí que les de por usar esos nombres: mástil… puente… Dios nos libre de semejante ralea. A estos, como podéis imaginar, ni caso: sólo intentarán liaros. Creedme: Parte ancha y parte estrecha. No lleva a confusión.
Las partes ancha y estrechas están unidas por la parte de arriba de la ancha y las cuerdas van desde la punta de arriba de la estrecha hasta casi el final de la parte de abajo de la ancha… No sé yo si está quedando muy claro… Volved a tirar de gugle si tenéis dudas. Allí hay fotos.
Una vez que sabemos como es un guitarra, podemos ir a hacernos con una sin miedo a que nos vendan una gaita o una zambomba (esta última podría colar, pero confío en vuestra sagacidad para percataros de que no lleva cuerdas).
Podría parecer fácil, a partir de ahora, comprar el instrumento de nuestros sueños, pero noooooo… Si fuera fácil, todos seríamos guitarristas. No señor. Hay que tener en cuenta qué tipo de guitarra queremos: acústica, clásica o española, eléctrica, viola de gamba…
En nuestro curso para guitarristas nos vamos a centrar en la eléctrica. Las razones son porque molan más. Y si no, mirad como Queit Richars liga más, con lo feo que es, que el Príncipe Gitano, pese a su título nobiliario. ¿La razón?. El Richars, tira de eléctrica. Es lo que hay.
Ahora ya podemos ir a la tienda y pillar la guitarra, ¿no?.
¡Y UN JAMÓN!.
Hay guitarras de madera, de plástico, de cristal, de los chinos, de las caras… Hay guitarras tipo Les Pol, Yibson, Cuernicortas, cuernilargas, con cutagüay, con seis cuerdas, con siete, con doce, con una parte estrecha, con dos, hasta con tres…
Es una pasada. Lo hacen para desanimar a los potenciales guitarristas. Claro… El personal tiene hambre, y a la hora de ligar, la competencia es feroz: hay que eliminar enemigos. Pero nosotros somos gente tozuda, con carisma, que no nos desanimamos con facilidad… Y allá vamos.

Ejemplo de conversación entre un aspirante a guitarrista y un vendedor de guitarras:
- Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarlo?.
- Querría ver una guitarra.
- ¿Ha probado en el gugle, en la sección de fotos?.
- Si, bueno… Me refería a que me gustaría ver una guitarra en persona, o sea.. en instrumento, como se diga. Para comprarla, vamos.
- Haber empezado por ahí, hombre… ¿qué tipo de guitarra quería?.
- Una buena, que suene bien… Eléctrica.

Aquí es donde tú piensas: ahora este tío me mirará con respeto, como pensando “¡Estoy ante una futura estrella del rock!”. Es un pensamiento gratificante, si, pero dura poco. El tío no responde como esperabas.

- Ya… ¿Presupuesto?
- Hombre, yo… Es que no sé, no quisiera gastarme mucho, es para probar y…


INCISO
Esta pregunta de “presupuesto” la hacen los vendedores porque viene así en su manual, pero no les importa un carajo. Ellos pretenderán convencerte de que la mejor guitarra es la que cuesta justo lo que puedes pagar. Y eso es lo único que les interesa de verdad. Esto es así para los vendedores de guitarras, de choped y de lo que sea. Podrás llegar a creer que el vendedor es honesto, un colega, un amigo. No te engañes. Él no quiere que aprendas a tocar la guitarra. No quiere que seas feliz. Ni siquiera le importa si sobrevives al salir de la tienda o te atropella un trolebús: lo que él quiere es venderte una guitarra. Vive de eso. ¿Tú echarías dos horas más, gratis, en la oficina, obra, tienda… donde trabajes, sólo para hacer feliz a tu jefe?. Pues él, lo mismo.

CONTINUACIÓN
- Ya… Pues tenemos unas Fender que no están nada mal.
- No entiendo mucho de guitarras, el nombre me suena pero…

Sin escucharte, ya te ha dado la espalda y está descolgando una guitarra que tú jurarías que hace unos instantes no estaba en la pared, pero que ahora sí. Te la enseña como si fuera el anillo de compromiso con el que conquistar a tu chica.
- Mire que preciosidad… Es una auténtica Fender. Americana. Una Strato.
- ¿Una qué…?
- ¿Quiere probarla?.
-
Ahí empieza un gran dilema. Claro que quieres probarla. Te mueres por probarla. Joder, ¿no has venido a eso?.
Pero te da vergüenza. Por varios motivos.
El principal, es que no sabes tocarla, y te da palo ponerte en evidencia. Pero hay más. Otro, no menos importante, es que no sabes lo que vale esa guitarra, pero, claro, no es la primera vez que compras algo: choped… lo que sea. Y sabes, con ese sexto sentido que caracteriza a los pobres desgraciados como nosotros, que esa guitarra se te va a salir de presupuesto. Pero te da vergüenza decir: “¿cuánto vale?”, antes de haberla probado. Por que sí, porque en la carnicería, no te cuesta decir: “¿a cuánto sale ese… choped?” (por decir un embutido al azar), pero ahora, amigo, estás en una tienda de música, de arte, de cultura, y eso no se compra a kilos. Optas, pues, por una salida digna y honesta.

- Bueeee… Es que yo, tocar, lo que se dice tocar… No sé mucho. Vamos, que no tengo ni idea, es que es para empezar, ¿sabe?.
-
Entonces es cuando el vendedor te mira como si fueras una auténtica sabandija, término que todos hemos utilizado cientos de veces, pero del que no tenemos ni puñetera idea de su significado. Da igual: Filemón se lo decía a Mortadelo, y sabemos que es un insulto.

- Vale… Entonces tenemos esta otra, también es Fender, ¿sabe?, de gran calidad, pero más económica. Están hechas en Méjico.

Cuando te dice eso tú dudas… Dudas de si te está tomando el pelo, si es una cámara oculta o qué está pasando aquí. Hecha en Méjico… Ya. ¿Y?. ¿Qué pasa, que los mejicanos no hacen bien las cosas?... ¿Qué no tiene el mismo glamour que si está hecha en Tennessee?.
- ¿Es más mala?.
- ¡Nooo!... Bueno, a ver… Mala no es, pero no es como una americana, claro.
- Pues Méjico también es América, ¿no?.
-
El vendedor te mira hosco, como preguntándose si no se las estará viendo con un graciosillo… pero vive de eso y tiene que tragar quina.

- Si, bueno, claro… Lo que quiero decir es que las otras están hechas en Estados Unidos. E.E.U.U.. U.S.A., ¿Me comprende?.
- Ya, sí, bueno… Y está, ¿por cuánto sale?.

En cuanto pronuncias las palabras te das cuenta de que acabas de hacer una declaración de principios.
Y te arrepientes, claro.
“¿En cuánto sale?”. ¿Qué estamos comprando?, ¿salami? (¡Aaaaah…! ¡Os he pillado!, pensabais que iba a decir choped… ¿a que sí?).
Pero el vendedor es un profesional. Un cara poker de mucho cuidado.
- Esta sale por unos setecientos euros. Está muy bien. Y tiene pastillas flotantes.

¡Raaasss!
Ahí es dónde tú das un salto para atrás. ¿Pastillas flotantes?. ¿Cómo el camello del barrio?. De ahí el precio, claro… Unas pastillas que te hacen flotar, acompañadas de una buena guitarra… No digo yo que no sea un fiestón. Pero queremos ir paso a paso: primero, aprenderemos a tocar la guitarra, lo de las drogas, la fama y todo eso, vendrá luego.
Con todo, no quieres quedar de cateto… y demuestras, una vez más, tu honestidad.
- No sé, je… La verdad, no entiendo, ya le he dicho, mucho de esto… Algo más económico, ¿no tiene?.

Y entonces, la pregunta del millón:

- Pero tú, ¿qué tipo de música quieres tocar?.

Tocar, tocar… ¡Tócate los cojones!. Pues la buena, claro, como todo el mundo. La de los Bitels, Acedecé, Enrique Iglesias… Eso es lo que tú quieres tocar. Pero sabes que lo que vas a acabar tocando es Blogüin in de güin y La casa del sol naciente, que te acuerdas de cuando ibas de excursión y las tocaba un colega junto al fuego, derritiendo a las niñas. Te da apuro confesarlo (no te preocupes, es normal), y entonces le sueltas:

- Bueno… un poco de todo… Blus, Rok… ¿pop?.
- Vaaaaleee… Entonces, a lo mejor te iría mejor una tipo Les Pol. Aquí tengo una Ibanez, que..
- Ji, ji, ji…
- ¿Perdón?
- Es que ha dicho “Ibanez”… Ji, ji, ji… Se le habrá colado, pero ha quedado de gracioso…
- ¿Cómo…?. No, no… Es que se llama así: Ibanez, con N.
- Ah, ya… (sonrojándote).

En fin, la conversación sigue así durante un buen rato. Al final, el tipo te cala (en realidad, te había calado desde el principio, pero tenía que tantear tu bolsillo), y te acaba colocando un bonito pak de sólo 150 euros compuesto de una guitarra super brillante, negra y blanca, como la de los buenos, un amplificador digno del trompicón tecleo (increíble para el precio que tiene, créame, con simulador de válvulas y todo), funda, puas, juego de cuerdas de repuesto, atril, afinador, pedal de efectos, cejilla, manual de instrucciones con cedé, correa, pie para dejarla cuando no la toques… Cuando sales de allí, cargado como un burro, llamas a un amigo para que te venga a buscar con el coche. En parte, porque no puedes cargar con todo, pero en realidad es porque te hace ilusión compartir ese momento, y de paso, restregarle por los morros que a partir de ahora eres un auténtico roquero.

Ya tienes tu guitarra. Al final te has quedado con una “Stratego”, o algo así, aunque de pequeño tú eras más de Monopoly, pero era la que estaba en oferta, y como, total, al cabo de un rato, el vendedor, cansado, te ha confesado que: “Mire, si en el fondo son todas lo mismo… es cuestión de estética. Lo que importa de verdad son las pastillas, y esta, curiosamente, monta las mismas que otras de gama alta. ¡Hasta lleva una Un Bunker” .
Ni te imaginas como reconforta un comentario así.
Ya en el coche, le explicas al amigo el pedazo de compra que has hecho:
- Mira tío, de palosanto, con el mástil de alisio, como los vientos, pa que corra más. ¡Y cuerdas Gato Negro!. Qué jevi, ¿eh?.
- ¿Y el ampli?
- Un Friender. Me ha dicho que lo fabrica Fender, pero que en los otros pagas la marca, y que este es mejor. ¡Por en el loro el de Dip Parpel, que cuando lleguemos a casa lo vas a flipar!.

Y llegas a casa. Por el camino has recogido al Jonathan, que entiende un huevo de guitarras. Se sabe todos los guitarristas de todos los discos de todos los grupos de todos los… El Jonathan es un monstruo.
En casa, la pruebas. Reconócelo. Suena como el culo.
El Jonathan demuestra sus conocimientos: hay que pintarla. Protestas, claro. Es nueva.
- ¡Es que a mí me mola así, en negro!.
- No, burro; pintarla, no: quintarla.
- ¡Ah…!... Quintarla… O sea… ¿Qué?.
Lo primero que te viene a la cabeza es que hay que hacerle un rodaje, como a los coches. Pero como los músicos son unos chulos, lo dicen así: quintarla, como si la llevaras a hacer la mili. Luego piensas que a lo mejor se refiere a ponerla hasta arriba de botellines de cerveza, pero no te cuadra. Con el tiempo entenderás que lo que debía haber dicho el Jonathan es “quitarla”. Sin N, la letra de Ibanez (ji, ji, ji). Quitarla de en medio, pero para siempre. Y gastarte los cuartos en un equipillo de música medio decente, que los vecinos lo agradecerían. Pero eres un soñador… ¡un artista!. Y te resistes.
- ¡Pues si hay que quintarla, se quinta, vive Dios!.

Y el Jonathan, como experto, te la pilla y la afina. Ya vendrá el tiempo en que entiendas la diferencia entre afinación y quintación. De momento, ni tú, ni el Jonathan (el colega que te trajo en coche hace rato que se ha ido, cansado de tus chorradas), tenéis la más mínima idea de la diferencia entre las dos cosas. No pasa nada.

Y una vez afinada, la vuelves a probar. Sigue sonando a rayos, pero le metes caña al ampli, arrancándole toda la potencia de sus impresionantes 5 vatios y empiezas a rasguear como si la vida te fuese en ello. El Jonathan va asintiendo con leves movimientos de cabeza, y tú, cada vez más emocionado, empiezas a doblarte arriba y abajo, como los roqueros de pro. (En anexo aparte explicaremos que son las vértebras dorsales y los procedimientos quirúrgicos para repararlas).
A los cinco minutos, el ampli suena como un minero acabado de jubilar y el Jonathan ha dicho un par de veces: Así no. Así no.

Lo miras, medio hundido en la miseria y entonces se hace la luz: ¡el manual!... Ahí estará el secreto… Que quedará desvelado en próximas entregas.

Hasta pronto!
Subir
elderico
#6 por elderico el 28/03/2011
:jajajaja::jajajaja::jajajaja:

Maxo, tu has tenido que trabajar en una tienda de musica.. :D

Es gracioso porque describes situaciones que nos han pasado a todos alguna vez y lo paletos que nos sentimos :oops:

Me suscribo al tema saludos :brindis:
Subir
aryend
#7 por aryend el 28/03/2011
Buenísimo :jajajaja:
¿tú te aburres mucho no? :D
todavía recuerdo cunado compré la guitarra, menos mal que fui con alguien que si sabía :)

Cuerdas Gato Negro, recuerdo cuando un colega las compró para su guitarra clásica, le duraron ná y menos :risa: a los 5 min ya tenían los trastes marcados :D
Subir
strastornado
#8 por strastornado el 28/03/2011
Jajajajaja cuando compré mi primera guitarra fuí a buscar una "Ibañez" :risa:

:saludo:
Subir
Forrellat
#9 por Forrellat el 28/03/2011
"¿tú te aburres mucho no?"
Pues mira, hasta hace poco, no, pero me compré una guitarra y desde entonces...

Ahora, que el día que aprenda a sacarla de la funda, vais a flipar.
Subir
pepecoupe
#10 por pepecoupe el 28/03/2011
Tio, eres un autentico maestro del humor :aplausos: :aplausos: :aplausos: . . . . . .

Que partida de culo que llevo . . . sin duda alguna firme candidato para post del año :ok:
Subir
Forrellat
#11 por Forrellat el 28/03/2011
ANEXO Nº 1

Curiosamente, el mundo de la guitarra está extrañamente ligado al de la música. Yo ya digo que llevo un par de semanas practicando, y no encuentro la afinidad, pero… Por si acaso, he extraído de esta dirección

http://foropf.pinkfloyd.cl/index.php?topic=5213.0

una guía para dárselas de entendido en rock que creo puede venir bien para quedar como dios en cualquier ambiente en el que se hable de música modelna. A mí me ha parecido teta fina, y creo que complementa perfectamente una auténtica guía de guitarristas y otras especies. No pierdan comba, porque les aseguro que el que lo ha escrito (en el foro de donde lo saqué, lo firmaba un tal moonshot ®, aunque no sé si es original suyo), sí que es un verdadero monstruo. Dicho queda


Cursillo para dárselas de entendido en rock

Aprenda cómo aparentar en todo sin saber de nada

1. Introducción

Cuántas veces en una reunión nos hemos sentido desplazados porque, pese a gustarnos la música, la gente hablaba de estilos o grupos sobre los que no tenemos ni idea. Pero la experiencia demuestra que el 99.9% de las veces, ése que tanto habla y presume no tiene ni puta idea de lo que se lleva entre manos. Simplemente, ha leído este documento antes que vosotros...

Así que, si queréis reíros de lo lindo con ese amigo vuestro que tanto sabe
de música, sólo tenéis que prestar atención al presente artículo.


2. Breve Historia

Básicamente, todo se divide por décadas:

50s. Rock'n'roll.

60s. Psicodelia y Beatles.

70s. Hasta el 75, glam y rock sinfónico. Después, punk y new wave.

80s. Tecno-pop.

90s. Ya no se hace música como antes.

Al margen de ello, el rock se ha caracterizado por su movimiento de péndulo:
un año mandan los U.S.A. y al siguiente la pérfida Albión. Analizando lo que ahora mismo suena por la radio, podemos saber lo que se llevará el año que viene. Fácil.

Podría enrollarme mucho más, dividir todos esos años en estilos, tendencias, sub-estilos y modas, pero no vale la pena. Básicamente, en esas cinco líneas está todo explicado. Puedes añadir de tu cosecha las cosas más peregrinas:
que el tecno viene de los grupos alemanes de los setenta, que el reggae es un blues ralentizado o que todo comenzó el día que James Dean raptó a Marilyn mientras Elvis besaba en los morros a los Beach Boys, quienes cedieron su repertorio a Ringo Starr por dos pesetas y este contrató a tres mataos para que dieran la cara e inventaron el heavy metal, que al cruzarse con los sintetizadores dio forma al brit-pop. Todo vale y nadie te va a decir nada si lo dices con cara seria.

En todo caso, deberemos entrenarnos para poder hablar a favor o en contra de cualquier estilo o moda. Es más fácil de lo que parece... Algunos ejemplos:

Hippies:
SI - Con los hippies, la juventud tomó conciencia al fin de su propia libertad.
NO - Los hippies destrozaron la imagen de una juventud emporrada a la que nadie podría tomarse en serio.

Punk:
SI - Revolución contra los dinosaurios de los setenta, do it yourself, etc.
NO - Niñatos que ni siquiera saben tocar manejados por caraduras tipo Malcom McLaren.

Heavy:
SI - Música anticomercial y de machotes, pero a la vez de complicada ejecución.
NO - Canciones para adolescentes llenos de granos que sueñan con aventuras épicas que jamás vivirán.

Sinfónico:
SI - La única faceta del rock presentable, la música clásica del futuro.

NO - Papilla edulcorada, pasto de la gente demasiado inculta como para poder comprender la música clásica.

Y así con cualquier estilo...

3. Técnicas básicas: ¡Muy importante!

a) Llevar siempre la contraria
b) Inventárselas, cuanto más gordas mejor.
c) Dudar sistemáticamente de la información facilitada por el contrincante.
d) Mantener hasta límites inconcebibles nuestras posturas.
e) Divide y vencerás.
f) Gritar mucho.
g) Descalificar al contrario.
h) Todo contertulio es un enemigo potencial.
i) Veni, vedi, vinci.
j) Los gestos son muy importantes: el mundo te está observando.
k) Cuando escuches los razonamientos del contrincante, bebe o fuma con avidez y
esboza una media sonrisa de incredulidad.
l) Y lo principal: hablar sentando cátedra. Siempre.
m) En caso de encontrarnos rodeados y la espalda contra la pared, podemos mostrarnos de acuerdo (ojo, NUNCA, bajo ningún concepto, al 100 con alguno de los contrarios.

También es importante lograr aliados puntuales en conversaciones que se compliquen... Desde luego, pasaremos a atacarlos sin conmiseración en los minutos siguientes, diciendo todo lo contrario a lo que habíamos mantenido hasta entonces.

Como principio (¡sólo como principio!), presumir de "auténtico" y pasar de lo comercial. Blues, rock de los cincuenta, punk del 77... En todo caso, guardar silencio por unos minutos hasta saber de que pie cojea nuestro adversario. Una vez sepamos su grupo/estilo favorito, proclamar que lo nuestro es todo lo contrario y pasar al ataque, comenzando por una frase tipo "eso ni es música ni es na" o "no está mal, pero es un rollo".

En el improbable caso de toparnos con un auténtico entendido (sería más fácil hallar un unicornio), lo más seguro es que lo sea sólo en determinada época, grupo o estilo.

Si el elemento está versado en la música de los sesenta o setenta, atacar frontalmente diciendo "macho, que desde 1982 ha salido algún disco decente".
O al revés, si el tío está muy puesto en las tendencias actuales, manifestar que "es imposible comprender el panorama actual desconociendo las raíces".

Si es fanático de algún grupo, analizaremos el estilo en caso de que nos suene de algo. Si el grupo favorito del contrincante vende millones de discos, lo tacharemos de "comercial" y diremos que a nosotros nos interesan propuestas más arriesgadas, mencionando tres o cuatro grupos minoritarios o inventándonoslos directamente. Si aboga por alguna banda semidesconocida, pasaremos a llamarlo snob o listillo, manifestando que si son desconocidos es muy probable que sean más malos que la carne de perro.
Esta última técnica vale también para los estilos, aunque podremos aplicar otra variante: si le gusta la música tranquila o new age nos lo pone a huevo. Diremos que eso es música para anuncios de yogures y nos quedaremos tan panchos. Si le gusta el jevi o el hardcore, diremos que es música de nenazas, alabando a los grupos de música electrónica extrema tipo Whitehouse o los ruidistas japoneses (memorizar esta última frase es muy importante).
Siempre deberemos usar lo de "pues yo más". En caso poco probable de que resulte que le mole la música electrónica extrema, utilizaremos lo explicado anteriormente con los que presumen de gustos poco comerciales.

Importante: aprender de los presuntos expertos. Es decir, si vemos que un tío sabe mucho sobre algún grupo en concreto (sobre todo de los grandes: Queen, Dire Straits, Beatles...), fijarnos en que discos alaba especialmente para mencionarlos como nuestros favoritos en otras tertulias. Nos servirá para conseguir apoyos en futuras batallas.

Lo más divertido es abogar por un estilo que no le guste a la mayoría de los presentes: es muy fácil despreciar el bakalao, lo que mola es meterse con Depeche Mode o Queen en una convención de fans. En el improbable caso de que estemos rodeados de gente civilizada y la conversación carezca de interés, declararse fan de Enrique Iglesias o Alejandro Sanz puede calentar los ánimos. Comparar las magnas obras de estos últimos con las de esos grupetes que no venden muchos discos. Si se nos acusa de que solo nos gusta la música comercial, contra-atacaremos repitiendo que es más difícil hacer una canción que le guste a un millón de personas que grabar un disco que sólo interesa a dos mil snobs que van de listos...

Difícilmente los grupos sacan más de dos elepés que valgan la pena. Garantizamos una posibilidad de acierto al 99% diciendo que CUALQUIER grupo era mejor al principio... Existen algunas excepciones, tipo Beatles o R.E.M. o U2, pero siempre es posible defender nuestra postura.

Una variante de esa técnica consiste en enterarse de los grupos en los que el artífice principal ha abandonado el puesto. Ejemplos clásicos: los Genesis sin Peter Gabriel son una mierda, los Pink Floyd sin Syd Barrett no valen para nada, los Van Halen sin David Lee Roth dan grima, etc...

Por otro lado, las carreras en solitario de líderes de bandas suelen ser penosas y tristísimas. Esto lo tomaremos siempre como dogma, claro que si alguien ataca a Morrissey (por ejemplo) lo defenderemos a capa y espada.

Variante de la variante: el grupo secuela es por definición mucho peor que el original. Por ejemplo: Porno For Pyros puede estar bien, pero son una mierda al lado de Jane's Addiction; las Breeders molan, pero no resisten comparación con los Pixies; Electrik Music serian un gran grupo de no haber existido Kraftwerk...

También da mucho juego el atacar a grupos consagrados: Smiths, Beatles, etc.
Por sistema, cualquier grupo que venda más de tres mil discos es una mierda.

Por supuesto, ni críticos ni revistas ni emisoras tienen idea de que están hablando: están todos comprados y siguen los dictados de la industria. Eso se aplica también a "lo mejor del año" según la revista tal o las listas esas de "los cien mejores elepés de la historia".

Y, esto es primordial, para referirnos a ellos siempre utilizaremos la celebérrima definición de Frank Zappa: "El crítico de rock es una persona que no sabe escribir y que habla con personas que no saben hablar para contárselo por escrito a personas que no saben leer". Ello no impide de que podamos presumir del consumo de revistas extranjeras como The Face, Vox, Best, etc... No, el NME y el MM son de garrulos. Y el Rolling Stone, ni te cuento.

Y lo más importante: ser capaces de hablar mal hasta de nuestro grupo/artista favorito... Ya, es jodido, pero si lo conseguimos podemos estar seguros de haber conseguido quedar como enterados... Igualmente, debemos entrenarnos para hablar bien de grupos o estilos que nos repateen...
Un buen ejercicio sería ponernos frente al espejo mientras defendemos a Enya sin vomitar o alabamos a grito pelado a AC/DC.

Cuenta siempre con el factor geográfico. Hablar de un grupo de tu ciudad es peligroso, porque fácilmente puede estar entre tus interlocutores el primo de la novia del bajista, o el hermano del técnico de sonido. También cabe considerar que es relativamente fácil que alguno de los presentes los haya oído alguna vez. Por tanto, no tengas miedo y surca los mares. Habla de Seattle como si fuera tu barrio, invéntate parentescos familiares entre las bandas de allí. Habla de los locales donde tocaban The Doors como del bar de la esquina, y describe a la perfección la Caverna de Liverpool. Invéntate sin pudor las más peregrinas teorías sobre la escena holandesa, noruega, danesa o australiana; presentando a cualquier grupo de ahí que te suene como "los nuevos Beatles".

Variante ultra: entérate de qué grupos son más importantes en lugares como Sri Lanka, Burkina Fasso, Surinam o Tierra de Fuego, y clama por la ceguera de la industria que nos priva de los miles y miles de talentos musicales allí escondidos.

En caso de emergencia, referirnos a las letras de las canciones. La mayoría de las veces nadie sabe de que hablan esos melenudos, así que si alguien se mete con la música del grupo que estamos defendiendo y tenemos ganas de acabar rápido, le llamaremos inculto o insensible; proclamando que lo más importante de ese grupo es la poesía de sus letras. Inventárnoslas sobre la marcha.



4. El estilo también cuenta.

La forma cuenta más que el fondo.

Por ejemplo, facilita mucho las cosas el utilizar nombres de entendidos, como si fueran colegas de toda la vida y hubiéramos comido en el mismo
plato. Es decir, llamar a los músicos por su nombre de pila: David (Gilmour), Brian (May), Mark (Knopfler),... si alguien pone caras extrañas, humillarlo sin piedad: "Joder, ¿que John va a ser?... Pues Lennon, coño!... Parece mentira..." Muy importante: utilizar el apellido de Janis (Joplin), Jim (Morrison), Jimi (Hendrix) o Brian (Jones) se considera de muy mal gusto. Mola enterarse de los apodos: no digas Bob Dylan, di Zimmerman o "el judío de Minnesota"; no digas Van Morrison, di "el león de Belfast"; no
digas Bruce Springsteen, di "el Boss"; no digas Prince, di "el enano de Minneapolis"... Asimismo es preferible referirse a Declan McMannus (Elvis
Costello), David Jones (David Bowie), Paul Hewson (Bono el de U2) o James Jewel Osterburg (Iggy Pop).

Esto se aplica también a los grupos, por ejemplo: jamás digas Beatles, di Fab Four; no digas Rolling Stones, di Stones (nota: si se te ocurre decir "los Rolling" tirarás por tierra toda tu reputación); no digas King Crimson, di Crimso; no digas Iron Maiden, di los Maiden; no digas los Wedding Present, di los Weddoes y así sucesivamente. Utilizar preferiblemente las
siglas: Emerson, Lake and Palmer serán siempre ELP; Premiata Forneria Marconi, PFM; Rage Against The Machine, RATM; Def Con Dos, DCD; etc.
Excepción a la regla: O.M.D. Siempre deberemos referirnos a ellos como Orchestral Manoeuvres In The Dark.

Asimismo, usar siempre abreviaturas, a ser posible pronunciándolas en inglés: el New Musical Express (acordaos de decir siempre que es una mierda) pasa a ser NME (en-em-i); AOR en lugar de Adult Oriented Rock; MOR en vez de
Middle Of The Road...

Utilizar palabras en inglés aunque no sepamos lo que significan: hype, dub, clinic, mass-media, fade-in, bootleg, out-take, payola, gig, mainstream, crossover, etc.

Inciso importante sobre el inglés. En realidad no importa para nada la pronunciación, con tal de que sea rápida y parezca profesional (si alguien
te pregunta, di que aprendiste inglés con una surafricana). Aprende cuanto antes a pronunciar la "S líquida": tienes que ser el primero de todos en pronunciar "Stouns" y no "Estouns". Y sobre todo, NUNCA "Estones". También queda bien pronunciarlo como no lo pronuncia nadie: Bob Dailan, Eric Cleipton, King Craimson, China Craisis...

Declara clásicas aquellas expresiones que hayas escuchado sólo una vez.
Ejemplo: según tú, todo buen seguidor de Public Enemy debe saber lo que significa PENO. (Public Enemy Number One).

Es también recomendable adecuar nuestra oratoria al auditorio: frases como "el jevi mola un mazo" o "la música de Enya me hace levitar", "los ritmos andinos me sulibeyan", "Enrique Iglesias es guay", "los corridos mexicanos son chévere" o "los pitufos maquineros son chupi" serían ejemplos preclaros...

Importante: no reconocer jamás que compramos los discos en El Corte Inglés, FNAC o Crisol. Siempre los compraremos en el extranjero, por correo o mediante algún conocido. En todo caso, comprarlos donde no los compre nadie;
presumiendo de ser amigo intimo del que lleve la tienda en cuestión.

Como detalle, cuando acudamos a un concierto saludaremos a todo aquel que se nos ocurra: no hace falta darle un abrazo ni pararse a hablar, basta con levantar la mano y sonreír. No hay ni que decir que no hace falta que lo conozcamos de verdad. También pasaremos lista de los ausentes "Huy, no he visto a fulanito (fulanito será un periodista o locutor), que raro..." Si por casualidad aparece al día siguiente su crítica en el periódico, diremos "fijo que ha enviado algún 'negro' a cubrir la actuación". Cosas así, vamos.

Normalmente, echaremos pestes de los cabezas de cartel y alabaremos a los teloneros. Criticar sistemáticamente la sonorización de los locales.
Cagarnos en el d.j. que pone música de ambiente mientras esperamos a que comience el concierto. Etc.

Por supuesto, nos negaremos a acudir a conciertos en estadios y similares, "eso tiene más de circo que de concierto". Y de los macro festivales veraniegos vamos a elaborar otro documento, pero por ahora nos conformaremos con decir que debían estar prohibidos por el Tribunal De Los Derechos Humanos De Ginebra o como se diga (tampoco tiene mucha importancia).

Asimismo, echaremos pestes de toda clase de recopilaciones ("tergiversan la trayectoria del artista" o remixes. De las box-sets, ni te cuento: eso es para recién llegados que cuando salieron los discos originales estaban comprándose mariconadas. También luce mucho el abogar por el vinilo y tachar de timo (está demostrado que con los años se pudren) los cds, cosa de niñatos. Ah, y todos los unplugged, sin excepción, son una mierda. También todas las reuniones o comebacks (salvo, quizá, la de la Velvet de 1993).


5. Técnicas Avanzadas

Estas técnicas requieren algo de esfuerzo, pero memorizando las siguientes líneas conseguirás ser la estrella de la reunión...

Todo consiste en buscar alguna anécdota curiosa y sacar el tema como quien no quiere la cosa.
Por ejemplo: "Bob (Dylan) jamás fue el mismo después de su accidente de moto", "En el doble blanco es donde comienza a apreciarse que los Beatles habían dejado de ser un grupo", "Mick (Jagger) aún siente remordimientos por la muerte de Brian (Jones)", "¿Sabéis porque David (Bowie) tiene un ojo de cada color?", "Aún no sabemos como la terapia de electroshocks afectó la obra de Lou (Reed)", "Los Beatles sin George Martin no son nada", "Hay que ver lo que ha hecho la heroína con los Depeche", "La culpa de todo la tiene Courtney (Love)"... Está técnica da sus frutos siempre que haya algún fan
hard-core de cualquiera de los artistas citados; si hay dos ya es la leche:
cada uno tiene su teoría particular, que por supuesto es la correcta.

Otro recurso potente, aunque exige cierta disciplina e intuición, consiste en apostar sobre valores "seguros": son esos nombres intocables a los que nadie osa atacar, ya que de hacerlo puede llegar a peligrar nuestra integridad física. Algunos de ellos serían Velvet Underground, Can, Bob Dylan, Van Morrison, Neil Young, Joy Division, Sonic Youth...

Claro que por algo aparece en el apartado de "técnicas avanzadas". Al margen de que esos nombres son sacrosantos aunque no en todos los ambientes, la cosa funciona como la bolsa. Es decir, los valores cambian constantemente de cotización: hace unos años, todos, absolutamente todos los grupos, mencionaban a la Velvet Underground como influencia básica. Y aunque hoy ha sido superado en el particular Dow Jones rockero por Sonic Youth, sigue manteniendo un apreciable nivel de cotización.
Pero lo interesante es apostar por nuevos valores: quienes en su momento, cuando iban tirados, compraron bonos de los Pixies o Dinosaur Jr. hoy gozan de un respetable aire de entendido. Otros se decantaron por Mock Turtles o Raw Herbs y perdieron todo su crédito. El problema es que todo es tan voluble, que es muy complejo el acertar: hoy todo el mundo puede enloquecer con los Nomads o Richie Valens para que dentro de dos meses se imponga otra cosa. De todas formas, podemos comenzar con un pequeño truco: si leemos que cierto músico/valor seguro ha colaborado o apadrinado a algún grupillo que despunta, volcaremos todas nuestras fichas a esa casilla. Ejemplo práctico:
Pearl Jam. Nadie les hacía mucho caso, eran la Cenicienta del grunge. Bien, basta con que Neil Young grabe un disco con ellos para que todos los
entendidos abran los ojos y comiencen a recibir buenas críticas.

También es interesante y nos hace quedar bien el aprendernos de dónde sacan los nombres los grupos. Es una tontería, pero de verdad que funciona... Por ejemplo: Alice Cooper (una bruja quemada en el siglo XVII), Jethro Tull (un
ingeniero agricola del XVIII), Rolling Stones (de la canción Muddy Waters), Iron Maiden (instrumento de tortura de la Edad Media), Pink Floyd (los nombres de pila de dos bluesmen), U2 (avión espía americano), AC/DC (corriente alterna / corriente continua, pero también una forma de denominar a los bisexuales)...

Asimismo, resulta de interés profundizar en la obra de algunos artistas "malditos": Nick Drake, Phil Ochs, Peter Hammill, Townes Van Zandt, Elliott Murphy... No hace falta comprarse sus discos, con dejar caer sus nombres en una reunión es suficiente. Si el interfecto ha muerto joven, existen muchas probabilidades de que su obra se mitifique sin excesivos problemas: claro
que también mola y da mucho juego el criticarlos...

En el improbable caso de que alguien contraataque (todo el mundo tiene pánico a quedar como analfabeto: ya verás como la mayoría asiente en silencio o dice "ah! claro..." diciendo que a esa gente no la conoce nadie, los consagraremos a todos como mártires del negocio, proclamando que son influencia reconocida por ese grupo que tanto le gusta a él, diciendo que su grandeza todavía no ha sido asimiliada por el gran público. A continuación daremos cifras astronómicas en que supuestamente están valorados sus discos:
"El único disco de Pete Dello se ha llegado a pagar por... XXXX pesetas".

Otra técnica avanzada, sólo para los muy experimentados, consistiría en la defensa a ultranza de la música infantil, de música para la tercera edad, de orquestas de pachanga, bandas de música, clarines y trompetas militares...
En general todo lo que nadie cree que está discutiendo cuando habla de música. Ecléctico que es uno.

También es interesante la teoría del "tercer disco". Es dogma de fe que "el segundo elepé" de cualquier grupo es siempre una mierda (hay excepciones, pero tan pocas que no vale la pena mencionarlas). El primero es siempre fruto de la casualidad, el segundo se graba deprisa y corriendo aprovechando el rebufo del primero y nunca aporta nada. Donde un grupo demuestra lo que vale es en su tercer álbum. A partir de ahí, improvisar.

Nunca está de más el aprovechar los viajes para hacerse una foto frente a la tumba de Jim Morrison, la placa de la calle de Abbey Road, la entrada de los estudios Sun, etc. Hay lugares que no tienen mucho que ver con el rock, pero
suelen quedar bien, como el pueblo donde se grabó Twin Peaks o Tijuana o Las Vegas... No sé exactamente por qué, pero funciona.



6. Recapitulación.

Todo este rollo se puede resumir en dos palabras: llevar siempre la contraria.

La mejor defensa es un buen ataque.

Hay que morir matando.

Mirar por encima del hombro a los demás y observarlos con desprecio, como diciendo "no tienes ni puta idea, macho, no sabes la que matas".

Si las cosas se ponen feas, siempre podemos decir "iba de coña" y salir por patas...


Hasta pronto!
Subir
moonmark
#12 por moonmark el 28/03/2011
jejejeje :meparto:
Subir
Nuevo post

Regístrate o para poder postear en este hilo