Su aparición en el mercado tuvo lugar en 1981, convirtiéndose en uno de los overdrives más populares del mercado que aún hoy en día sigue fabricándose.
La circuitería se basa en el pedal de overdrive Boss OD-1, pero con la adición de un control de tono que permite un mayor ajuste de la ecualización y énfasis de frecuencias.
Funciona a 9V DC y su intensidad requerida es de unos 4mA. La impedancia de entrada puede estar entre 470 kOhm (primeras versiones) y 1 MOhm (en la actualidad) y la de salida es de un kOhm.
Existe con etiqueta negra hecho en Japón), con etiqueta negra hecho en Taiwan y con etiqueta plateada hecho en Taiwan.
Lo mejor: Construcción, facilidad uso, mejor en distorsion
Lo peor: Poca polivalencia. Ciertos amplificadores no lo tragan
Destacaría que este pedal sobresale en combinación con el canal saturado de un ampli Marshall.
Con los Fender se defiende pero se nota que no van en la misma sintonia. Limpia el sonido cristalino del fender haciendo que el sonido blusero al más puro estilo SRV pierda su esencia. Quizás podría solucionarse con un buen pedal de EQ.
El pedal no me ha sorprendido sobre canales limpios. Si sobre saturados donde sobresale y empuja bastante bien engrosando el tono y acentuando bendings y demás. Con un buen delay es el combo del 75% de los guitarristas profesionales hoy en día.
En definitiva, un buen pedal que hay que tener como buen clasico que es pero que sobresale en estilos como el rock o heavy metal ochentero. Para acercarse al blues de Clapton o SRV vas a necesitar un buen EQ o irte a otro tipo de overdrive como el Ibáñez.