Efectos

Review de Axe-Fx III de Fractal Audio Systems

08/11/2018 por Micky Vega Actualizado el 21/11/2018

El nuevo Axe-fx III es la unidad más imponente que Fractal Audio Systems ha lanzado hasta la fecha: se trata de la renovación de su multiefectos estrella, y esta vez viene con una pantalla a color, siguiendo la estela dejada por algunos de sus competidores. El lanzamiento se produjo poco después del NAMM de invierno de este año, después de que algunos valores importantes del mercado de emuladores digitales, como Helix, Headrush o Kemper ya hubiesen jugado sus cartas. La propuesta de Fractal llegó con una carta de especificaciones aparentemente superior a todos ellos pero, claro, también a un precio dos o tres veces mayor.

Pero la pregunta inevitable es: ¿es necesaria tanta potencia? ¿y son tan útiles esas capacidades extra de Axe Fx III como para gastar casi el triple? ¿Cubrirían otros emuladores más asequibles la mayoría de necesidades actuales? En la review que os ofrecemos hoy vamos a tratar de responder a esas y otras preguntas sobre el Axe FX III.

Diseño externo y construcción

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Axe FX II ya era un producto de mejores acabados y un aspecto menos tosco que los originales Axe Fx Standard y Ultra, y esa mejora estética se mantiene y amplía en este nuevo Axe Fx III. El look es muy similar al del rack de Helix, y como él, el nuevo Axe FX III ahora ocupa tres unidades. Es algo que no ha gustado mucho a algunos, pero nos parece un sacrificio comprensible a cambio de la enorme mejora que supone la nueva pantalla, de la que hablaremos en el apartado de prestaciones. No solo se ve mejor y es más amplia, sino que por fin nos hemos podido librar del interfaz verde que, si bien en estudio podía ser sustituida por el software Axe Edit, en directo era una apuesta poco cómoda.

En general la estética es elegante y transmite la potencia que, efectivamente, el aparato esconde. En el apartado de lo práctico, todos los controles importantes se muestran en la parte frontal del aparato, en el que ahora es posible consultar de forma rápida un gran número de vúmetros importantes. Lo único un poco menos robusto son los potenciómetros de volumen de las salidas 1, 2, 3, y 4, que presentan algo de movimiento tipo “joystick” cuando los intentamos torcer ligeramente. Si vamos con cuidado, y evitamos los golpes, no debería ser un problema.

Prestaciones

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Nueva potencia

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Como multiefectos, el número de prestaciones que ofrece Axe-Fx III es titánico. Las cadenas de efectos que se pueden llegar a crear son ridículamente complejas gracias a la nueva matriz de 6 x14, en la que podemos ubicar cualquier tipo de efecto, tanto en serie como en paralelo, simplemente construyendo el preset con el cursor. Lo mejor de todo es que la nueva interfaz permite hacer esto con una velocidad mucho mayor que en cualquier de las versiones anteriores ya que es muy intuitiva, y permite asimilar mucho más información de golpe.

Ha habido renovaciones en la mayoría de las áreas de efectos, incluyendo algunas peticiones de los usuarios, como la emulación del Trichorus de Dytronics. Las novedades han llegado también hasta los apartados menos comunes: la sección de armonizador, por ejemplo, es ahora cuádruple, y con él podemos crear armonizaciones de cuatro voces estilo Queen, o aplicar delay a cada una de las voces y crear estructuras de delay arpegiado más complejas. Incluso es posible añadir un segundo bloque de pitch, para usarlo como Drop Tuner, como Whammy, como Crystals (efecto clásico de Eventide) o incluso conseguir armonías con 8 voces inteligentes (más la fundamental de la señal seca, 9 sonidos de guitarra a la vez). Una locura, probablemente innecesaria, pero como veréis en el vídeo, la CPU pudo con ello.

La función "Canales"

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Una de las grandes incorporaciones es la función “canales”, en la que comenzamos a comprender cuál es el propósito de tanta potencia de CPU y de memoria. La idea es esta: algunos efectos sólo permiten dos bloques por preset, (por ejemplo, los amplificadores), pero cada uno de ellos cuenta con cuatro canales. Eso quiere decir que en cada bloque "AMP" podemos cargar hasta cuatro amplis distintos, manteniéndose “en segundo plano” los tres que no estamos empleando en ese instante, pero pudiendo acceder a ellos en cualquier momento cambiando de canal o de escena (mediante un mensaje MIDI).

Gracias a eso, cada bloque "Amp" se convierte en un amplificador imaginario de cuatro canales, en que cada canal corresponde a nuestros previos favoritos, sean de la marca que sean. Por ejemplo, podemos crear un bloque de amplificador en que el canal 1 sea un limpio Fender Twin Reverb, en el 2 un crunch Plexi, el 3 una distorsión de un Bogner Ecstasy y el 4 un Peavey 5150. Y aún nos quedaría un segundo bloque, que podemos configurar de manera independiente y usarlo simultáneamente si queremos. Todo eso sin salir del mismo preset, y pudiendo combinarlo con hasta dos bloques de emulaciones de pantalla cuádruples. Si te has perdido leyendo, no te preocupes, es normal: a donde queremos ir a parar es que las posibilidades son abrumadoras.

Recrear nuestro rig completo en un único preset facilita el almacenamiento y creación de backups, hace más llevadero sincronizar nuestros presets a medida que perfeccionando nuestros sonidos base, y reduce al mínimo el “gap” al cambiar de sonidos —siempre y cuando lo hagamos entre escenas, y no entre presets—. Estamos seguros que el Rig Rundown de Metallica en que veíamos dos Axe-fx II conmutados analógicamente para evitar el “gap” entre sonidos ha tenido algo que ver en las mejoras de este Axe FX III.

En directo

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En directo, al Axe-fx III sigue ofreciendo tanta flexibilidad como sus antecesores, con el añadido de sus nuevas capacidades de procesamiento, que hace que los sonidos se sucedan con mucha mayor suavidad, y que necesitemos de menos presets para describir cualquier equipo del que dispongamos en la vída real: eso sí, con menos peso, y menos complicaciones.

Hacer ajustes al vuelo sigue siendo complejo en situaciones de estrés, aunque la pantalla ha mejorado mucho la inmediatez del manejo. Hay controles directos para el volumen de cada pareja de salidas, pero a diferencia de otros multiefectos, no hay unos controles dedicados de ganancia, o ecualización, algo que puede incomodar a algunos (los hay, pero sólo cuando estamos en la pantalla o contexto adecuados, no permanentemente disponibles). La pantalla no es táctil, algo que quizás esperábamos de este nuevo Axe FX III. Pero tras comprobar la cantidad de información que tiene cada pantalla, quizás hubiese sido peor, ya que la tecnología táctil requiere de botones amplios que ocupan mucho espacio para poder manipularlos con los dedos, y en algunos momentos la pantalla de Axe-fx III alcanza mucha densidad de información.

A nivel de conectividad en vivo, disponemos de salidas balanceadas para poder enviar nuestra señal directamente a mesa si es lo que deseamos, pero también podemos conectarlo a pantallas de respuesta plana autoamplificadas o a etapas de potencia de guitarra del tipo que sean, o todo al mismo tiempo. Si nuestra intención es integrar el Axe Fx III con otros racks de efectos, podremos hacerlo gracias a los tres pares de salidas y entradas (además del input de instrumento y la salida principal), por lo que si tenemos algún pedal preferido o algún efecto irremplazable, podemos incluirlo sin problema.

No obstante, notamos que no es un aparato especialmente pensado para ser combinado con amplificadores tradicionales: no hay un True Bypass por relé (como sí ocurre con el FX 8 de Fractal, pensado precisamente para ser usado con un ampli) ni tampoco hay conectores para el control externo de canales de amplis, como los que encontramos en unidades como la Boss GT-1000 o Helix. No obstante, dadas las características del producto, como su elevado precio y su naturaleza todo-en-uno, tiene sentido pensar que su finalidad ideal no es la de que tengamos que complementarlo con más piezas de equipo, sino sustituirlo por completo.

Su sección I/O es además lo bastante completa como para poder enviar varios canales estéreo de guitarra a la vez que sonidos de otras fuentes, como backing tracks que vengan de nuestro ordenador, y emitirlos por una salida independiente. En realidad, con un poco de pericia creando presets y escenas, incluso podríamos enviar nuestro canal de voz con efectos por una de las salidas disponibles, o tocar más de un guitarrista/bajista por la misma unidad. Todas estas configuraciones son memorizables por preset, por lo que podemos cambiar de escenarios con mucha facilidad: un preset puede contener nuestro routing preferido para grabación, otro el de conciertos en directo, otro el de nuestras clases de guitarra con otro alumno conectado a la unidad y un looper para ensayar frases, y otro preparado para un clinic/masterclass emitiendo backing tracks.

En el estudio

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Si somos guitarristas y estamos seguros de que la mayoría de grabaciones que vamos a tener que realizar serán de guitarra, el Axe Fx III puede ser el centro de nuestro Home Studio. Gracias a los diferentes buses de envío de los que disponemos, podemos grabar de una sola toma una señal seca y varias señales en estéreo con diferentes amplis, pantallas y micros, pudiendo elegir qué queremos que salga por cada Out. De ese modo, si ya tenemos muy claro qué combinaciones de sonidos son las que nos suelen funcionar mejor, podemos tener muy rápidamente varias pistas por separado de nuestros ajustes favoritos sin tener que reamplificar. (aunque, si queremos hacerlo, también es posible).

Los vúmetros de entrada y salida están siempre a la vista en el frontal de la unidad, pero si queremos llegar a un conocimiento más detallado del estado de la ganancia en cada uno de los pasos intermedios de nuestra cadena de efectos, podemos acceder a las nuevas pantallas de medición, en la que no se nos escapará ni un clipping. También muy de agradecer es que, aunque contamos con una pantalla de afinador especial, en todo momento se muestra un miniafinador en la parte superior de la pantalla, que contribuye más de lo que uno podría pensar a no interrumpir el workflow.

Ya que se han incluido salidas y entradas balanceadas en XLR, la integración con micrófonos de voz y previos es algo menos complicada que con anteriores modelos del producto, pero para la mayoría de aplicaciones de grabación de voz encontraremos algunas pegas: no tenemos un previo analógico con un control dedicado, sino que tendremos que emplear alguna emulación de previo (lo cual, aunque sea ligeramente menos práctico, no tiene por qué dar mal resultado), y —esto sí es más problemático — no tenemos alimentación Phantom. Además, no contamos con la comodidad de dos salidas de auriculares con mezclas independientes (presente en algunas interfaces de audio dedicadas) para cuando no somos nosotros mismos quienes grabamos, sino que estamos al cargo de los controles del ordenador grabando a alguien. Nuevamente, podríamos llegar a hacer un apaño con los pares de salidas adicionales que tenemos, pero a donde queremos ir a parar es que el Axe FX-III es primordialmente un rack para guitarra, y que su versatilidad puede hacer que nos confundamos y verlo más como una interfaz de audio de lo que en realidad es.

Sonido

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Lo primero en que nos fijamos al conectarnos al Axe-Fx III es que el ruido base es extremadamente bajo incluso sin puertas de ruido. Si uno no está usando un amplificador de ganancia especialmente rabiosa, durante los primeros instantes tras conectar el jack antes de tocar el primer acorde, tiene la sensación de que algo no va bien, ya que el hum no aumenta apenas. Todos los sonidos obtenidos al curiosear los primeros presets son muy agradables, con una gran dinámica y una sensación muy abierta, nada "encajonada" (a menos que sea eso lo que buscamos). Uno de las renovaciones más esperadas por los fans del Axe-Fx son las nuevas pantallas emuladas: es difícil hacer un resumen de ellas, ya que hay cerca de 2000 tipos diferentes (una locura), pero al hacer un scroll rápido, nuestros oídos pasan por diferentes matices, todos ellos perfectamente válidos y sin estridencias. En general, creemos que la mayoría de ellas tienen un carácter más definido que las de la carpeta Legacy, donde encontramos todas las emulaciones de pantalla de modelos anteriores, aunque la diferencia es lo bastante sutil como para que acabe siendo una apreciación meramente subjetiva. En cualquier caso, siempre disponemos de un amplio margen de personalización.

Los amplificadores, por su parte, presentan el realismo y la casi enfermiza versatilidad de ajuste por el que la marca Fractal Audio Systems se hizo popular. Algo muy destacable tanto de este Axe-Fx III como de Axe Fx II es que prácticamente todos los amplificadores emulados pueden llegar a ser útiles: nunca han dado la sensación de que se haya hinchado la lista con emulaciones toscas, o con sonidos que incluso el fabricante sabe que nadie va a usar. Todos ellos suenan bastante naturales e invitan a dejarse llevar de formas distintas, algo que también ocurre cuando nos enfrentamos a los modelos reales. Otro de los detalles que también habíamos observado ya en anteriores modelos de Axe-Fx es la buena reacción a los cambios de posiciones de pastilla de una misma guitarra, muy realista gracias a los matices que podemos lograr. Aunque es cierto que, hoy en día, la mayoría de emuladores modernos tienen una respuesta a los cambios de pastilla y de modelo de guitarra mucho mejor que la de los emuladores "obsoletos", que tendían a una excesiva homogeneidad de sonidos independientemente del instrumento empleado. En nuestro vídeo probando los 10 primeros presets de la unidad no sólo podréis oír una pequeña muestra de las capacidades del Axe-Fx III, sino que también podréis apreciar estas reacciones a los cambios de pastilla.

En el terreno de los efectos, podemos crear locuras sonoras más grandes que nunca, gracias a la capacidad de procesamiento de esta nueva unidad. En los presets de fábrica, esta potencia ha sido empleada para alardear de los presets más extravagantes posibles, que apilan efecto sobre efecto para lograr texturas de otras dimensiones — y que podréis oir en el vídeo que os ofrecemos bajo estas líneas —. Pero el guitarrista más convencional podrá aprovecharla con otros fines: uno de ellos es el de recrear su pedalera de la forma más fiel posible a la realidad, teniendo siempre precargados sus efectos preferidos, y poder transitar de unos a otros con suavidad al no tener que cambiar de preset.

Cuando llega la hora de comparar el sonido de esta unidad con su precedesor, el Axe-FX II, es importante notar que Fractal Audio Systems no publicitó el nuevo Axe Fx III hablando de nuevos sonidos o nuevas tecnologías: en realidad lo que ofrecían era algo similar a un Axe Fx II ampliado e instalado en una máquina muchísimo más potente para poder aprovechar su potencial sin las limitaciones del Hardware. Esto es algo que se hace patente cuando comparamos presets idénticos entre un AX8 (aportado por nuestro compañero porpedir...) y un Axe Fx III utilizando modelos de pantallas emuladas comunes a ambos. La diferencia sonora en el resultado es poco importante, lo que nos lleva a pensar que las emulaciones de amplificador propiamente dichas (sin contar las nuevas incorporaciones y las numerosas nuevas pantallas) no han sufrido grandes metamorfosis. Podéis comprobarlo en el siguiente vídeo.

Conclusión

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El nuevo Axe-Fx nos permite disponer de dos amplificadores de cuatro canales (canales independientes a escoger de entre 263 amplis disponibles) funcionando al mismo tiempo, cada uno con su propio bloque de pantallas cuádruple que podemos panoramizar a nuestro gusto, cuatro pedales de distorsión simultáneos (cada uno con 4 canales a elegir, lo cual es tener siempre a mano 16 pedales de distorsión), 4 bloques de delay y 2 armonizadores a la vez con potencia suficiente para tener 8 voces acompañándonos, a una calidad similar a la de líderes del mercado como Eventide. Y todo ello, conmutable mediante escenas y con un “gap" razonablemente optimizado. Además, tiene puede ser nuestra tarjeta de sonido y tiene looper, pantalla a color, y conectividad suficiente para manejar varios instrumentos o señales a la vez.

Al leer estas especificaciones no podemos evitar que nos venga a la cabeza: Axe-Fx III podría ser el procesador multiefectos en hardware más potente de la historia de la guitarra eléctrica hasta el momento. No decimos que, en relación a su tiempo, sea más revolucionario que los pioneros de la tecnología de audio digital, claro está. Pero, en términos absolutos, creemos que no hay nada actualmente con una capacidad equivalente.

Pero antes de que salgamos todos corriendo a soltar los varios miles de euros que vale, es importante considerar si realmente es necesaria toda esa capacidad para nuestras tareas habituales. Bajo nuestra experiencia con la unidad, creemos que el que más se beneficia de las innovaciones del Axe-Fx III es el guitarrista de directo. En estudio, también tiene ventajas muy potentes, como poder obtener multitud de tipos de procesamiento simultáneo en prácticamente cualquier punto de la cadena de efecto, o disfrutar de su mejorada sección I/O. Sin embargo, es muy probable que en estudio se utilice el editor por software, con lo que la ventaja de la pantalla en color queda reducida. Y tampoco es muy habitual necesitar cambios fugaces de preset, por lo que la potencia aplicada a ese campo no presenta tanta utilidad.

Por supuesto, es un aparato con un precio verdaderamente castigador, y hay que decir que no es para todo el mundo: su interfaz ha mejorado muchísimo respecto a Axe Fx II y aunque se ha aproximado algo al nivel de facilidad de Helix, sigue siendo un aparato más complejo de usar. Y probablemente tenga funciones que muchísimos guitarristas no utilizarán. Tampoco como interfaz de audio sirve para cualquier tipo de productor, ya que faltarán recursos como previos analógicos de micro, alimentación phantom, u otras prestaciones comunes. Es 100% para guitarristas, como cabía esperar.

Pero a pesar de estos matices, creemos que la potencia de la unidad sí está justificada para el concepto que persigue. Es posible que Fractal Audio System haya dado un paso adelante más significativo de lo que parece al permitirnos “precargar” muchos más datos en cada preset, ya que ese marco de trabajo se asemeja mucho más a la manipulación física de un equipo real, no fragmentado en presets. Al final, lo que se logra es hacer un reflejo de nuestro ampli y efectos, y creemos que otras compañías se acercarán a esta idea en el futuro. No consideramos que Axe Fx III sea ahora mismo unidad imprescindible para todo guitarrista, pero sí os recomendamos probarlo al menos una vez, ya que es como darse una vuelta en el Ferrari de la tecnología digital para guitarra.

[Queremos dar un agradecimiento especial al usuario porpedir... , que cedió su Fractal AX8 para poder hacer la comparativa, desplazándose hasta nuestras instalaciones para ello]

Más información | Fractal Audio Systems

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