Efectos

Review de Mooer Radar, cargador de respuestas a impulsos en formato compacto

17/01/2018 por Micky Vega
Veredicto
El Mooer Radar suena bien, es ligero, es fácil de usar, pequeño y económico. Es cómodo porque se adapta a cualquier pedalera por pequeña que sea, y aunque su alimentación recomendada es 12V (con alimentador incluido en el precio), también funciona bien a 9V DC. Si a ello le sumamos que puede suponer la diferencia entre tener que cancelar un concierto porque nuestro ampli ha decidido dejarnos tirados, o poder conectar nuestra pedalera a línea y salir airosos (y sonando más que decentemente), entonces lo vemos claro. El Mooer es una inversión que vale absolutamente la pena.

Precio

Las respuestas a impulsos son el método de moda para emular altavoces. Nos permiten capturar el comportamiento sonoro de una pantalla de guitarra, micrófono y posicionamiento reales para convertirlo en un archivo, que más tarde podremos emplear con el amplificador, previo o pedales que deseemos. Las ventajas son muchas: poder grabar directamente a nuestro ordenador de forma silenciosa - sin tener que microfonear amplificadores a volúmenes brutales - o usarlas en directo conectados a línea, sin tener que acarrear pesados equipos.

Muchos fabricantes han tanteado esta tecnología en los últimos 5 años, con productos como la gama Pangaea de AMT, los Torpedo de Two Notes, o con la incorporación de la misma en productos de gran público como Helix de Line 6 o Mooer GE200. El Mooer Radar es uno de los más compactos, y ofrece una forma cómoda y asequible de poder disfrutar de esta tecnología. Sus bazas son el reducidísimo tamaño y su facilidad de uso, pero no queremos adelantar los acontecimientos: comenzamos el análisis.

Aspecto externo

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El Mooer Radar luce una apariencia muy agradable: el chasis es de metal, y la pantalla parece resistente. Hablando de la pantalla, que con total seguridad es el componente más caro del pedal, podemos decir que tiene una buena visibilidad y que, a pesar del reducidísimo tamaño del pedal, toda la información se lee razonablemente. Los jacks están bien fijados a la estructura del pedal (incluso el de auriculares está roscado y parece fiable) y el encoder — que antes de entrar en contacto con él creíamos que era un footswitch — también ofrece confianza.

Facilidad de uso y prestaciones

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A priori, usar el Radar es tan sencillo como conectar y sonar, lo cual es fantástico. La primera vez que lo encendemos, se carga por defecto la primera de las emulaciones de pantalla. Si no nos gusta, no tenemos más que girar el encoder hasta dar con una que encaje con el sonido deseado. Sinceramente, creemos que una gran parte de los guitarristas cubrirá todas sus necesidades únicamente con este nivel de uso. Sumado a que el llevarlo siempre en nuestra pedalera o funda no genera ninguna molestia, lo convierte en una apuesta segura.

Si lo deseamos, podemos profundizar mucho más en la edición de nuestros sonidos presionando 2 segundos el encoder, lo que nos conducirá a menús desde donde escoger el micrófono específico, la ecualización, o el tipo de etapa de potencia con el que está combinada. Para controlar tantas variables, Mooer tenía varias opciones: incrementar el tamaño de la unidad para poder incorporar más controles físicos y facilitar la navegación, apostar por un control inalámbrico mediante una app o bien la que han elegido: hacer que la navegación por los menús dependa únicamente de un solo encoder, mantieniendo el tamaño compacto y sin necesitar apps externas.

Y aunque la navegación se acaba haciendo un poco pesada, creemos que han acertado: seguramente las otras opciones hubiesen resultado más cómodas, pero el formato minúsculo del Radar y el no tener que utilizar nuestro teléfono cada vez que deseamos modificar algo son grandes ventajas. De todos modos, el Radar dispone de una conexión USB que sirve tanto para cargar nuestras propias respuestas por impulsos como editar los presets cómodamente, lo cual será de especial ayuda a la hora de editar apartados muy complejos como la ecualización paramétrica.

Podemos acceder rápidamente al volumen de salida de la unidad, presionando una única vez el encoder. Si la señal que le llega al Radar es demasiado intensa (algo que es fácil que ocurra cuando usamos preamplificadores), nos lo hará saber con una flecha roja en pantalla, que apunta al lado del jack de input. Sin embargo, no hemos encontrado un volumen independiente para la señal de auriculares, de lo que deducimos que su nivel es compartido con el nivel general de salida.

Otra posible carencia es la falta de una salida thru. Creemos que mucho guitarristas desearán obtener una señal con emulación de altavoz y otra sin ella a la vez (para enviarla a un amplificador real, por ejemplo). Una salida analógica sin procesar podría haber sido interesante para ello, como también lo habría sido la posibilidad de apagar el pedal en modo True Bypass cuando no queremos utilizar su emulación. Actualmente sólo tenemos dos opciones: o cargar un preset sin ninguna pantalla cargada o ponerlo en modo bypass (considerando que toda la señal pasa por el convertidor analógico digital innecesariamente). O bien quitarlo físicamente de la pedalera, lo cual nos parece un tanto incómodo.

Sonido

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El aspecto importante del apartado sonoro de un cargador de respuestas a impulsos está principalmente en reproducir con fidelidad las respuestas que nosotros alojemos en su memoria interna, procedentes de nuestra colección personal. Pero puesto que el Mooer Radar viene ya con un considerable número de respuestas cargadas de fábrica, también hemos tenido en cuenta este elemento. La colección de fábrica es útil y, salvo algunos de los presets muy concretos, con los que no hemos congeniado demasiado, está bien equilibrada. Puesto que los altavoces no son lo único emulado, sino también los micrófonos, el formato de mueble e incluso la etapa de potencia han sido recrados, los fabricantes han incluido algunos presets completos con combinaciones específicamente diseñadas para emular amplificadores conocidos, como el Vox Ac30 o el Fender Bassman, en que el tipo de mueble influye mucho en su carácter final.

Todas las emulaciones suenan con buena calidad, y es fácil disfrutar con ellas tocando nuestros licks y riffs favoritos. En los sonidos de alta ganancia, los graves rebotan de una forma bastante realista, y el ecualizador se revela como una herramienta definitiva para ajustar el sonido al detalle. No sólo se llevan bien con preamplificadores de guitarra, sino que también los pedales convencionales (usualmente pensados para conectarse a un amplificador completo) también dan un excelente resultado, aumentando nuestra paleta de opciones exponencialmente. A continuación os mostramos unas cuantas muestras de sonido, algunas realizadas con un preamplificador en formato pedal (AMT Electronics E2) y otras con un pedal de Overdrive genérico convencional.

Sonidos Limpios

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Preset U01 (1x8")
Preset U04 (1x10")
Preset U07 (1x12")
Preset U16 (4x12")

Sonidos Crunch

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Preset U04 (1x10")
Preset U11 (2x12")
Preset U15 (4x10")
Preset U18 (4x12")

Sonidos Distorsión

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Preset U25 (4x12")
Preset U08 (1x12")
Preset U08 (2x12")
Preset U08 (4x12")

Sonidos Metal

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Preset U17 (4x12")
Preset U20 (4x12")
Preset U22 (4x12")
Preset U25 (4x12")

Un elemento muy importante, no obstante, vigilar de cerca los niveles de volumen que le enviamos al Mooer Radar. Como ya hemos mencionado, existe un indicador de clipping para saber si estamos saturando la entrada del Mooer Radar. Pero que no estemos saturando el pedal no significa que no debamos prestar atención al nivel que le entregamos, ya que puede resultar en sonoridades muy distintas. Entendemos que la gente de Mooer ha previsto que querremos que la etapa se comporte como una real, saturando más y más a medida que le entregamos mayor nivel de previo. Aquí os ofrecemos un ejemplo de a qué nos referimos, aplicado sobre un mismo preset.

Niveles bajos de preamplificador
Niveles altos de preamplificador

Hablando de la etapa, se han incluido varios tipos de válvula emulada que poder escoger. Se nos vino a la cabeza valorar cuán importante es la presencia o ausencia de la emulación de etapa de potencia en el Mooer Radar, así como las diferentes respuestas de los diferentes tipos de válvula, por lo que decidimos grabar una muestra con cada una de ellas aplicadas sobre el mismo previo y emulación de pantalla, y también con la etapa desactivada.

Con emulación de 6L6
Con emulación de El34
Con emulación de 6V6
Con emulación de EL84
Sin emulación de etapa

Conclusión

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El Mooer Radar suena bien, es ligero, es fácil de usar, pequeño y económico. Es cómodo porque se adapta a cualquier pedalera por pequeña que sea, y aunque su alimentación recomendada es 12V (con alimentador incluido en el precio), también funciona bien a 9V DC. Si a ello le sumamos que puede suponer la diferencia entre tener que cancelar un concierto porque nuestro ampli ha decidido dejarnos tirados, o poder conectar nuestra pedalera a línea y salir airosos (y sonando más que decentemente), entonces lo vemos claro. El Mooer es una inversión que vale absolutamente la pena.

A medida que deseemos profundizar más y más, y la arquitectura de nuestra pedalera se vuelva faraónica, podríamos comenzar a encontrar algunas carencias. Podríamos echar en falta la posibilidad de apagarlo en modo True Bypass para que el convertidor no se mezcle con nuestro sonido, o quizas una salida thru analógica para obtener una señal no emulada que enviar a un amplificador real. También echamos de menos un control de volumen independiente al master general. Algunos especialmente exigentes podrían incluso pedir una salida estéreo, en que cada canal cargue una respuesta por impulsos diferente. Y otros, que hubiese forma de cambiar de preset con el pie (estrictamente se puede, pero el encoder está pensado para ser manipulado con la mano).

Pero no nos parece que sea esa la misión del Mooer Radar. Su propósito es que, sin dolores de cabeza, podamos convertir una pedalera en un equipo listo para sonar por lína o ser escuchado por auriculares en cuestión de segundos y, lo que es más importante, pudiendo disfrutar de una tecnología presente en productos que valen cientos de euros. Y que, además, podemos ampliar como queramos, añadiendo nuestras propias respuestas de altavoces. En resumen, un pedal útil y divertido a partes iguales.

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