Declive y muerte de la música (tal y como la conocíamos)

sufjan_81 escribió:

Recuerdo, hace años ya, leyendo el Mondosonoro, una entrevista con el grupo Portishead. Supongo que muchos les conoceréis. Pero se podría aplicar a cualquier grupo. Decían: "Nos hemos pasado 3 meses en los estudios Abbey Road, con los mejores ingenieros y equipos para que nuestro disco suene excelente...y luego el 95% de la gente se lo va a escuchar desde el portátil...esto se va a la mierda". Así de claro.

No solo eso. Es un problema que ya no se escucha la música en equipo decentes, sí, pero el problema real es que la música ya se está grabando pensando en los equipos de mierda. No se hacen para una cadena interesante con unos altavoces decentes, no, se hace para que se escuche bien desde el móvil...

pueblo (de mierda) escribió:

https://www.youtube.com/watch?v=nr4s0pYCPiY

Muy bueno ese vídeo compañero!
Es interesante el punto de vista de esta persona sobre la evolución del reguetón desde el dance hall jamaicano hasta lo que es hoy. Y lo que resulta curioso es eso que comenta del reguetón "descafeinado" que tenemos hoy en día, desde sus primeros hits con Daddy Yankee donde había unas bases electrónicas muy duras e impactantes al rollo "latino barato" que hay hoy. Pienso, y ésto es personal, que ese cambio de dirección debe tener algo que ver con el señor Estefan en Miami.
Y es algo que todo hemos dicho en su momento, tiene un trasfondo social fuerte ese estilo en sus origenes que hoy se ha perdido.
No es mi estilo, sin duda, pero buen vídeo, interesantes opiniones.

Cuando el 99% de la sociedad lleva un dispositivo en la palma de la mano que reproduce audio y tenemos unas redes y apps con material audiovisual accesibles desde ese dispositivo lo lógico es que la amplia mayoría de música se escuche ahí. Pretender otra cosa no es realista ¿es lo mejor? no. Hasta el mayor audiófilo acaba escuchando cosas en el móvil porque lo tiene en la palma de la mano, ya lo escuchará más tarde de otra forma mejor si le gusta PERO solo si le ha causado buena impresión en esa primera escucha de móvil.

Cómo vas a ignorar eso a la hora de producir nada? quién quieres que oiga tu música? 3 personas con equipos buenos o toda la población que lleva un móvil en la mano?

Todos los años, coincidiendo con el aniversario de la muerte de Lemmy, unos compañeros hacemos un repertorio 100% Motorhead.

Este año, había en primera fila cuatro jovencitos de 18/20 años, locos perdidos con la música, que al acabar nos hicieron saber lo bien que se lo habían pasado (ya lo habíamos visto).

Pues eso, que igual, todavía...

Esta claro que la respuesta siempre ha sido el directo en locales pequeños. Porque, seamos realistas, todos los discos que hemos grabado los han oído cuatro gatos. El pastel siempre se lo han comido entre unos cuantos.

Entonces, ¿es peor el sonido que obtengo ahora en un móvil, con unos auriculares decentillos, que aquel walkman de marca desconocida, en el que escuchaba algunos casettes que eran copias, de copias, de copias, de discos que alguien había grabado con equipos de calidad cuestionable? Porque con 15 años, en los 80, escuchaba música así, y porque era de los que iba con la música a todas partes, los demás ni eso; y cuando años después llegaban los equipos con vinilo, doble pletina, etc..., también eran de una calidad cuestionable. Hasta algunos vinilos que se editaban en este país dejaban muchísimo que desear, ya querría entonces escucharlo con la calidad que se escucha ahora en un equipo digital, no específico para escuchar música, pero ahora todo el mundo es audiófilo.

Lo curioso es que hace unos meses pasé por FNAC (Valencia), y un amigo que trabaja allí desde hace años, en la sección de música, me comentaba como habían tenido que ir ampliando, progresivamente, la sección de vinilos, porque resulta que cada día se venden más. Es cierto que antes había un cajón, a modo testimonial, y ahora hay un buen surtido, no solo reediciones o grupos para nostálgicos, también nuevas ediciones de grupos actuales, reconozco que me pilla descolocado, pero basta con pasar por Amazon -por citar un comercio generalista y bien conocido- y pegar un vistazo a la sección de vinilos.

No creo que el problema, si es que lo hay, sea la calidad de la música (siempre ha habido gente que consume música de cualquier manera, y otra que lo hace de una manera selectiva), creo que el problema es que tenemos exceso de estímulos y eso está mermando nuestra capacidad de atención, de análisis y de juicio crítico: Tenemos toda la música que queremos, a un solo click de distancia, inmediata, lo mismo con películas, juegos, porno, etc, etc, etc ... estamos sobrestimulados, lo que hace que muchas veces seamos incapaces de escuchar un puñetero disco entero, canción a canción, del modo que hacíamos hace 30 años.

El problema es ¿cómo concentrarse en escuchar música en un dispositivo que te hace desviar la atención cada pocos minutos, con notificaciones, sonidos idiotas, y disparadores de dopamina? No necesitamos calidad de sonido, necesitamos calidad de vida, ser más analógicos y, sobre todo, contemplativos.

Disculpad la divagación si os parece densa, es que ya estoy en esa edad.

#77

No es divagación; la última peli de Scorsesse (El Irlandes, estrenada en Netflix), la ponían un poco a parir porque, con 209 minutos de duración, era demasiado larga para verla en Netflix.

¿Que no puedes sacar 209 minutos en tu propia casa para estar sentado viendo una buena peli?

Estamos acabados. Y lo mismo con la música (me incluyo); no encuentro el momento para sentarme a "no hacer nada" y escuchar un disco entero. Enseguida siento que necesito hacer algo con las manos y los ojos.

Igual tengo que empezar a intentearlo.

David Cascant escribió:

Entonces, ¿es peor el sonido que obtengo ahora en un móvil, con unos auriculares decentillos, que aquel walkman de marca desconocida, en el que escuchaba algunos casettes que eran copias, de copias, de copias, de discos que alguien había grabado con equipos de calidad cuestionable? Porque con 15 años, en los 80, escuchaba música así, y porque era de los que iba con la música a todas partes, los demás ni eso; y cuando años después llegaban los equipos con vinilo, doble pletina, etc..., también eran de una calidad cuestionable. Hasta algunos vinilos que se editaban en este país dejaban muchísimo que desear, ya querría entonces escucharlo con la calidad que se escucha ahora en un equipo digital, no específico para escuchar música, pero ahora todo el mundo es audiófilo.
Lo curioso es que hace unos meses pasé por FNAC (Valencia), y un amigo que trabaja allí desde hace años, en la sección de música, me comentaba como habían tenido que ir ampliando, progresivamente, la sección de vinilos, porque resulta que cada día se venden más. Es cierto que antes había un cajón, a modo testimonial, y ahora hay un buen surtido, no solo reediciones o grupos para nostálgicos, también nuevas ediciones de grupos actuales, reconozco que me pilla descolocado, pero basta con pasar por Amazon -por citar un comercio generalista y bien conocido- y pegar un vistazo a la sección de vinilos.
No creo que el problema, si es que lo hay, sea la calidad de la música (siempre ha habido gente que consume música de cualquier manera, y otra que lo hace de una manera selectiva), creo que el problema es que tenemos exceso de estímulos y eso está mermando nuestra capacidad de atención, de análisis y de juicio crítico: Tenemos toda la música que queremos, a un solo click de distancia, inmediata, lo mismo con películas, juegos, porno, etc, etc, etc ... estamos sobrestimulados, lo que hace que muchas veces seamos incapaces de escuchar un puñetero disco entero, canción a canción, del modo que hacíamos hace 30 años.
El problema es ¿cómo concentrarse en escuchar música en un dispositivo que te hace desviar la atención cada pocos minutos, con notificaciones, sonidos idiotas, y disparadores de dopamina? No necesitamos calidad de sonido, necesitamos calidad de vida, ser más analógicos y, sobre todo, contemplativos.
Disculpad la divagación si os parece densa, es que ya estoy en esa edad.

Se puede decir más alto pero no más claro!

El walkman Aiwa que yo usaba a finales de los 80's con 15 años no creo que diera una gran calidad de sonido. Además pocos cassettes reproducidos por el aparato era originales, siendo la mayoría cintas grabadas y no siempre a partir de un original pero pasaba una cosa: cuando caía en mis manos la banda sonora de Los Inmortales de Queen titulada "It's a kind of magic" o el "Tango in the night" de Fleetwood Mac no les daba ni una ni diez escuchas... Lo ponía en bucle durante semanas!

El problema es que ahora tenemos en el móvil la discografía completa de Queen y no le damos el más mínimo valor porque no nos cuesta nada acceder a ella. Podemos "picotear" por la carrera de un grupo, saltando como pollo sin cabeza de tema en tema y a la que una canción no nos entra a la primera pasar de hacer el esfuerzo de escucharla.

En fin, se supone que hemos avanzado pero yo no lo tengo nada claro...

eduardoritos escribió:

No es divagación; la última peli de Scorsesse (El Irlandes, estrenada en Netflix), la ponían un poco a parir porque, con 209 minutos de duración, era demasiado larga para verla en Netflix.
¿Que no puedes sacar 209 minutos en tu propia casa para estar sentado viendo una buena peli?

Curiosamente nos parece "larga" una peli que pasa de los 90-100 minutos pero luego no ponemos reparos en seguir una serie con varias temporadas.

eduardoritos escribió:

Estamos acabados. Y lo mismo con la música (me incluyo); no encuentro el momento para sentarme a "no hacer nada" y escuchar un disco entero. Enseguida siento que necesito hacer algo con las manos y los ojos.

Una cosa que ayuda a disfrutar de lo que hacemos en tener lejos el móvil, ese puto cacharrito que no para de llamar nuestra atención con notificaciones en forma de pitiditos varios. A mí me encanta escuchar música mientras conduzco, hago ejercicio, cocino o limpio la casa. Cosas más o menos que se hacen de forma mecánica y que permiten que te concentres en la música.

De todas formas te comprendo y te doy la razón, parece que haya que estar todo el rato activos y ocupados.

A mí sí me parece que hemos mejorado, al menos en accesibilidad a la música. Cuando era joven podía estar una hora escuchando atentamente un disco, sin hacer otra cosa. Toda mi concentración se dirigía a eso. Igualmente, cuando era joven podía leer toda la literatura de posguerra de un tirón, sin pensar en nada más.
Ahora no puedo, ni tampoco quiero. Tengo mil cosas que hacer, entre el trabajo, los niños, y otras cosas que requieren mi atención.
El móvil no ofrece la calidad de sonido que el equipo que tenía mi padre, que era cosa fina, pero es mucho mejor que el radiocasete Sony que usaba yo en mi cuarto.
Y puedo escuchar de todo, lo que quiera y cuando quiera, sin tener que comprar las ingentes cantidades de discos que guardo de aquella época.
En cuanto a la pobreza de los estilos... El reguetón cutre de hoy es análogo a toda esa marea de rock cutre español que se consumía entonces. Cientos de canciones iguales, montadas sobre el mismo patrón cansino, cada cual peor. Nada de aquello ha quedado para la historia, me temo
Igualmente nos quejabamos entonces de todas esas veces que nos veíamos obligados a comprar un disco para escuchar de él una o dos canciones, muchas veces de relleno.

Entiendo la parte romántica y también la nostalgia, pero no sólo no me parece que la música haya muerto, sino que veo que está más viva y más al alcance de todos que nunca.

Siloe escribió:

En cuanto a la pobreza de los estilos... El reguetón cutre de hoy es análogo a toda esa marea de rock cutre español que se consumía entonces. Cientos de canciones iguales, montadas sobre el mismo patrón cansino, cada cual peor. Nada de aquello ha quedado para la historia, me temo
Igualmente nos quejabamos entonces de todas esas veces que nos veíamos obligados a comprar un disco para escuchar de él una o dos canciones, muchas veces de relleno.
Entiendo la parte romántica y también la nostalgia, pero no sólo no me parece que la música haya muerto, sino que veo que está más viva y más al alcance de todos que nunca.

No podría estar más de acuerdo.

MajorTom escribió:

Curiosamente nos parece "larga" una peli que pasa de los 90-100 minutos pero luego no ponemos reparos en seguir una serie con varias temporadas.

Es que las series nos enganchan cosa mala, con eso que llaman "cliff hanger", es decir, esas tramas que te dejan con ganas de más, al final de cada capítulo, al final de cada temporada.
A veces pasa que te enganchas a series cortas -con episodios de 20 a 30 minutos- con el propósito de ver uno y a dormir, y como son cortitos, ese uno se convierte en "uno más, venga" y cuando te das cuenta has pasado más minutos, de 20 en 20, que viendo una película.

Siloe escribió:

A mí sí me parece que hemos mejorado, al menos en accesibilidad a la música. Cuando era joven podía estar una hora escuchando atentamente un disco, sin hacer otra cosa. Toda mi concentración se dirigía a eso. Igualmente, cuando era joven podía leer toda la literatura de posguerra de un tirón, sin pensar en nada más.
Ahora no puedo, ni tampoco quiero. Tengo mil cosas que hacer, entre el trabajo, los niños, y otras cosas que requieren mi atención.

Sí a mis 15 me dicen que habría tenido a mi alcance toda la música que desease, por 9 euros al mes, habría flipado en colores, ¡Un sueño! Pero claro, toda la vida giraba alrededor de la música; si no toda, casi toda, era el centro de ocio, de evasión, era lo que nos unía en grupos, eran las redes sociales de la época.
Entonces, con la poca información que teníamos, muchas veces comprabas discos a ciegas; el único disco que te podías comprar, en el que ibas a invertir toda tu paga, era un disparo al azar, y a veces, más de las que uno quisiera, el tiro era errado. ¿Y qué hacías? Pues te comías el disco; lo escuchabas una, dos veces, y maldecías el momento en que no compraste otro. Pero la gracia de esto es que meses después, por los giros que daba la vida, lo que aprendías y lo que descubrías, de repente ese disco se convertía en un discazo. ¡Esto sucedía!
A base de escasez, de aburrimiento, y de que los discos entraban poco a poco, a veces prestando entre colegas, ibas formándote una opinión, algo que no es posible si te dan toda la discografía de un artista de golpe, y emites un juicio en menos de 24 horas. Y eso es en parte el problema de la accesibilidad de la música, que la gente que hemos tenido una formación previa, que hemos accedido a la música de una manera escalonada, se supone que tenemos un criterio para seleccionar y navegar por ese catalogo y sentirnos menos desbordados, pero alguien que solo ha conocido estas plataformas ... me da pena, por el acoso que recibe en cuanto a elecciones, algoritmos y otros sesgos, más allá de la educación -formal, autodidacta o de cualquier tipo-.
Aplíquese a la música, a los videojuegos o al catálogo de películas -con sus retoques y doblajes modernos-.