Guitarras

Tu primera guitarra eléctrica: no dejes que se eche a perder

02/02/2017 por Micky Vega

¡Nuestra primera guitarra eléctrica! Los primeros días tiene un aspecto imponente y limpio, pero es difícil mantenerla así. El uso (a veces más cuidadoso y a veces menos), el transporte a húmedos locales de ensayo, el sudor, y otras variables hacen que pueda deteriorarse. Además, el primer instrumento que normalmente compramos suele ser barato, y tener componentes con una solidez algo menor. Ello lo hace más susceptible a las agresiones externas, agravado por el hecho de que, en esa etapa, muchos guitarristas (aún en fase de aprendizaje), no han adoptado buenos hábitos de mantenimiento del instrumento. Y entonces, llega el día de nuestra primera reparación, acompañado de una sorpresa: el precio de la reparación iguala o incluso supera el coste del instrumento completo.

En muchos casos, nuestro primer equipo tenía un aspecto similar a este.

Lo cierto es que todo esto se podría haber evitado. Y no necesariamente adoptando una disciplina militar de limpieza minuciosa y mantenimiento exhaustivo de la guitarra. Es más, algunas de las medidas que pueden hacer que esta situación se retrase, o nunca llegue, son muy sencillas. Por esta razón, nos hemos decidido a hacer una pequeña colección de gestos fáciles para mantener nuestra guitarra económica en buen estado.

Ajuste de luthier

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Hay muchas buenas razones para llevar tu primera guitarra a ajustar. Muchos establecimientos incluyen el servicio de un primer ajuste por la compra del instrumento, y está totalmente indicado aprovecharlo. Por si no sabes de qué hablamos, un luthier es un profesional que construye, repara y ajusta instrumentos de cuerda. Posiblemente estés pensando que no tiene sentido que un producto recién comprado requiera un ajuste, pero las guitarras son de madera, y viven muchas peripecias hasta llegar a la tienda o a casa, por lo que es bueno que un profesional la revise para ver si sus piezas se mantienen en buen estado. Quizás parezca caro, pero vale la pena.

Aspecto habitual de un banco de trabajo de guitarra

Habitualmente, los luthieres comprueban si el mástil está en su grado de inclinación óptimo respecto al cuerpo, corrigen la altura de las cuerdas y comprueban que todo está en su equilibrio más razonable. Con ello también son capaces de corregir los “trasteos”, que consisten en vibraciones o sonidos ahogados en determinados trastes. Además, revisan conexiones, desgastes, erosiones o defectos de fabricación que te puede interesar conocer. Una segunda misión del luthier es que tu instrumento alcance su máxima comodidad posible. Los guitarristas con experiencia saben que la diferencia de tacto de una guitarra ajustada puede ser abismal, y que la sensación de calidad del instrumento puede crecer insospechadamente. Nada es mejor que sentir que tu instrumento se toca como si costase el doble de lo que has pagado.

Revisar la electrónica también es parte del trabajo de un luthier

En definitiva, tu guitarra sonará mejor, tendrá mejor salud y posiblemente, aprendas más y más rápido, ya que las cuerdas parecerán más blandas y fáciles de tocar. Respecto a cuándo será necesario hacer un segundo ajuste, no hay una opinión única. Mucha gente lo hace anualmente, pero lo importante es estar atento a si nuestra guitarra presenta anomalías de tacto o sonoras, especialmente si persisten cuando no estamos conectados al amplificador.

La mejora del tacto de una guitarra ajustada podría superar tus expectativas

Limpiar el sudor

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Lo cierto es que el sudor es muy nocivo para la guitarra, especialmente si sudamos mucho por las manos (si es tu caso, te recomendamos el artículo del compañero -rich- acerca de la Hiperhidrosis Palmar). Solemos no darle importancia, pero tiene la capacidad de estropear las partes metálicas de la guitarra (especialmente en las cuerdas, puente y trastes), y deja muchos residuos en el diapasón, junto con cualquier otro tipo de suciedad que tengamos en las manos.

Este caso es algo extremo

Una buena solución es un simple paño seco que podemos utilizar para secar cuerdas, puente y otras partes de la guitarra después de tocar, pero también hay quien compra productos especialmente pensados para el cuidado de las cuerdas. Otra de las piezas que sufren esto con gran severidad son los tornillos, que se pueden llegar a oxidar muchísimo. Esos tornillos son importantes, porque en un futuro podrías querer cambiar de pastillas, de golpeador, o arreglar algo en el interior de tu guitarra. El óxido puede destruir la cavidad donde se inserta el destornillador, convirtiendo algo que podrías hacer sin esfuerzo en una pesadilla. Lo que nos lleva al siguiente apartado...

Cambiar tornillos

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Relacionado con el consejo anterior, tampoco es una mala idea cambiar los tornillos cuando veas que comienzan a estropearse. Se trata de una sustitución barata y, además, no es necesario que los cambies todos, ya que si la guitarra no frecuenta espacios muy húmedos, sólo suelen afectarse los que están cerca de nuestra mano y brazo. Nuevamente, otro consejo fácil: no aprietes excesivamente los tornillos, ya que podrías partir alguno de los plásticos del marco de pastillas o del golpeador.

Por desgracia, se trata de un caso bastante común

Cambiar las cuerdas a menudo

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Este es uno de los consejos más obvios para un guitarrista experimentado, pero la realidad es que muchos principiantes ni siquiera habían imaginado que las cuerdas de guitarra tenían que cambiarse. Y su cara de sorpresa es aún mayor cuando se les explica que no es extraño que un guitarrista cambie las cuerdas mensualmente. La razón es que las cuerdas pierden sus cualidades con muchísima rapidez en cuanto las sacamos del paquete: cada vez son menos elásticas (los metales también tienen algo de elasticidad), su sonido pierde brillo, su afinación comienza a ser defectuosa (lo sabrás porque en los trastes por encima del 12 notarás una flagrante desafinación) y además, su textura será áspera y desagradable.

En las primeras cuerdas se aprecia mejor el deterioro

Pero hay algo más grave: las cuerdas estropeadas son muy rasposas, y pueden dañar los trastes a un ritmo más acelerado. Los trastes en las guitarras económicas no suelen ser de una gran calidad por lo que pueden deformarse fácilmente y presentar desniveles causados por las cuerdas en las zonas donde más se toca. Dichas deformaciones hacen que ciertas notas un día dejen de sonar, ya que la cuerda no descansa a la altura que solía hacerlo, y roza con otros trastes, impidiendo su vibración. Es posible aplanar los trastes para prolongar su vida, pero podría llegar el momento en que finalmente tuvieses que cambiarlos, una operación que con toda seguridad te costará igual (o incluso más) que lo que pagaste por tu guitarra. Por ello hay que evitar llegar a ese punto a toda costa.

Claramente, se observa una muesca provocada por las cuerdas

Ideas para evitar los golpes

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Parece innecesario decir que hay que evitarle los golpes a la guitarra, pero hay algunas conductas que te pueden ayudar a reducir los accidentes. Una buena propuesta es invertir en accesorios que sirven, precisamente, para proteger el instrumento, como es el caso de las correas de seguridad. Este tipo de correas tienen un cierre más elaborado que las convencionales, y evitará que el botón se salga del ojal, precipitando la guitarra al suelo. Otra buena idea son las fundas o los estuches duros (aunque son algo más pesados de transportar) y, por supuesto, los soportes de guitarra, que te quitarán la costumbre de dejarla apoyada en cualquier sitio, a riesgo de resbalarse y caer.

También hay otras buenas costumbres que puedes adoptar, como no dejar el cable conectado cuando no la estas usando. Sólo puede conducir a que se enrede en el pie de alguien, y la guitarra se caiga al suelo. Otra precaución a tener en cuenta es la de asegurarse que tanto las fundas como los estuches están bien cerrados: no sería la primera vez que alguien levanta un estuche por el asa, para descubrir que no estaba cerrado. El estuche se abre, la guitarra cae al suelo...en fin, te haces una idea.

Los luthieres han visto esto decenas de veces

Evitar entornos húmedos, cambios de temperatura y la luz directa

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La humedad, y los cambios de temperatura son enemigos de la guitarra. Está claro que no podremos evitarlas al 100%, puesto que las salas de concierto son calurosas y húmedas. También los maleteros de los coches mientras viajamos pueden alcanzar temperaturas bastante elevadas. Más bien de lo que se trata es de huir de todos los esfuerzos innecesarios, como dejarla cerca de fuentes intensas de calor o frío (aires acondicionados, estufas), dejarla a la intemperie, o sin funda ni estuche, en locales de ensayo con malas condiciones de humedad. La luz directa del sol también es un enemigo de las guitarras, así que si te llevas la guitarra de vacaciones a la casa del campo de unos amigos, no os la olvidéis en el exterior. Si eres de los que utilizan soportes de pared, procura colocarlo en una zona de la habitación donde pueda estar permanentemente a la sombra.

Seguramente, esta guitarra no agradece estar sentada ahí.

Evitar el polvo

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No es sólo por razones estéticas, también nos ayuda a evitar malfuncionamientos de la electrónica de la guitarra. Los potenciómetros y otros componentes interiores de la guitarra pueden generar ruidos al moverlos a causa del polvo en su interior. También es buena idea hacerse con un spray limpiador de contactos, un remedio sencillo de conseguir.

La limpieza de contactos es una tarea habitual.

Ser suave al manejar los potenciómetros

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Otro caso típico de las guitarras que llevan muchos años con nosotros son los malfuncionamientos de los potenciómetros causados por el desgaste o la ruptura de alguna soldadura en el interior. Esto es fácil que pase por el uso, pero también podemos tratar de ser algo menos enérgicos al manipularlos, ya que podríamos desprenderlos interiormente: los potenciómetros suelen ir bien fijados al cuerpo guitarra, pero en modelos muy baratos es fácil descubrir que dicha fijación ha fallado y que, al girarlo, también gira la parte interior del componente, dentro de la guitarra. Esto es fatal, ya que al girar, tira de los cables, y es fácil que se rompa alguna soldadura. Sustituirlo no es una reparación tan cara como alguna de las que hemos comentado antes, pero siendo cuidadosos podemos espaciar la necesidad de hacerlo.

Todas estas conexiones podrían dañarse si los potenciómetros tuviesen movimiento
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