Amplificadores

Pasarse de un multiefectos a un pedal-ampli: ¿sí o no?

17/10/2025 por Micky Vega

¿Quién no se harta a veces de tener que andar programando menús de multiefectos cada vez que quieres cambiar un poco tu configuración? En el vídeo de hoy, me he propuesto explorar una idea que ha asaltado mi cerebro más de una vez últimamente: ¿merece la pena cambiar un multiefectos digital por un pedal amplificador analógico? Para ello he estado probando los AmpMan Classic y Modern de Hughes & Kettner, dos pedales que combinan preamplificador y etapa de potencia en un formato muy manejable, que cuentan con algunas prestaciones estratégicas sin las cuales jamás me plantearía el cambio.

Empiezo por lo que más llama la atención: ambos pedales pueden funcionar como un amplificador real. Cuentan con una etapa de potencia integrada de 50W a 4 Ω, 25 W a 8 Ω o 13W a 16 Ω, suficiente para mover una pantalla de guitarra estándar de 1x12, 2x12 o incluso 4x12. Esto los convierte en una alternativa muy práctica para ensayos o directos en los que uno no quiere depender de un cabezal o combo tradicional. Basta conectar la guitarra y la pantalla para tener un equipo completo en formato pedal.

Al mismo tiempo, ofrecen una salida XLR balanceada con emulación de altavoz basada en la tecnología Red Box AE de la propia marca. Aunque suelo preferir las simulaciones digitales, esta emulación analógica me ha sorprendido gratamente: suena natural y usable sin necesidad de añadir un pedal de respuestas a impulsos. De hecho, para tocar en directo o grabar por línea, me bastaría con la salida del propio AmpMan. Además, permite elegir entre diferentes tipos de simulación, memorizar una por canal o incluso desactivar la emulación si se quiere aplicar otra externamente.

Otra de las cosas que más me ha gustado es la forma en que se gestionan las conmutaciones. Los AmpMan no tienen pantallas ni menús, pero permiten asignar funciones como el boost o el loop de efectos a cada canal, y guardar esas combinaciones sin tener que presionar ningún botón "Store". De ese modo puedo, por ejemplo, tener un delay asignado al canal limpio y un boost en el canal saturado, y el pedal recuerda esas decisiones sin necesidad de programar nada. Es un sistema sencillo pero eficaz, que da bastante margen de maniobra sin complicar el uso en directo, ya que puedes modificarlo a tiempo real en cualquier momento sin agacharte.

En cuanto a los controles, cada canal tiene su propio volumen, ganancia y tono, presencia y resonancia, junto a un control de “sagging” que ajusta la respuesta dinámica del sonido, acercándose al comportamiento de un amplificador a válvulas. Se nota especialmente en la compresión y en el grosor de los graves, y ayuda a adaptar el tacto a cada estilo o guitarra.

Conclusiones

En realidad, no busco proclamar un ganador entre lo analógico y lo digital. Es evidente que, en terreno de flexibilidad de efectos y su integración, los Ampman no tienen nada que hacer frente a un multiefecto tradicional. Si bien cuentan con algunas comodidades que se agradecen: que nos ponga en bandeja el tema de la conmutación de efectos y canales no tiene precio.

Más bien la pregunta es ¿merece la pena sacrificar algo de flexibilidad para ganar inmediatez? Los multiefectos siguen siendo insustituibles cuando se necesitan muchas configuraciones distintas, pero equipos como estos AmpMan ofrecen una experiencia más directa, más “a mano”, que no requiere premeditación y que es divertida de usar — y en muchos casos suficiente.

En mi caso, me ha hecho replantearme si realmente necesito tanta programación o si prefiero volver a girar perillas y tocar sin pensar demasiado.

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