Amplificadores

Hartley Peavey: "No puedes ser el mejor si no eres diferente"

01/04/2019 por Micky Vega

Durante nuestra visita al NAMM, tuvimos el honor de poder sentarnos junto a uno de los pioneros de la amplificación en EEUU, que junto a otros fabricantes como Fender o Marshall, han vivido en primera persona las décadas de auge del rock y la música amplificada. Estamos hablando de Hartley Peavey, fundador y propietario de Peavey Electronics, y responsable de grandes productos como el amplificador 5150.

En el vídeo podréis conocer diversos momentos de la historia de Peavey explicados desde el punto de vista de su fundador, explicando los cómos y los por qués, y de paso regalando algunas reflexiones técnicas interesantes sobre qué es un amplificador de guitarra y las paradojas que presenta con respecto a otros tipos de producto como los amplificadores Hi Fi.

Para aquellos que tengáis interés en conocer mejor el contexto en el que Hartley Peavey evolucionó hasta convertir su marca en lo que hoy es, hemos pensado que sería buena idea hacer un pequeño resumen de la historia de la división de amplificación Peavey basándonos en algunas de las informaciones dadas por el propio Peavey en “The Peavey Papers” una serie de interesantes artículos (algunos de carácter técnico sobre amplificadores) que están a disposición pública en la web de Peavey (¡recomendados!).

El logo diseñado por Peavey en 1959

Para comprender la historia de Peavey, primero hay que hacerse una imagen mental de cómo era el mundo de la música y la amplificación en 1964. Los EEUU se hallaban sumergidos en la “British Invasion”, una oleada de bandas británicas como los Beatles o los Rolling Stones que tuvieron una gran influencia musical en el público juvenil y en sus aspiraciones como guitarristas de pop y rock que usaban guitarras eléctricas y amplificadores.

El método principal para la amplificación en aquél momento era la válvula, presente también en radios, magnetófonos, proyectores de cine y en muchos otros dispositivos con sonido. Pero ya empezaban a llegar al mercado algunos productos equipados con una tecnología más moderna aún no conocida del todo por aquel entonces: el transistor.

Peavey era un joven que iba a la Mississipi State University, que ya desde una pronta edad se atrevió a crear sus propias guitarras y amplificadores. Siendo su padre el propietario de una tienda de instrumentos, con las piezas a las que tenía alcance creaba sus propios instrumentos para poder tocar y tratar de ser una estrella del rock. Tal como él mismo cuenta en el vídeo, llegó el momento en que se percató de que su auténtico talento residía en construir equipos para músicos, y no tanto ser uno de ellos.

El primer ampli con el logo de Peavey fue hecho en el sótano de la casa de los padres de Hartley, años antes de la comercialización del primer producto oficial

Hasta entonces, Hartley Peavey siempre había trabajado con la válvula, una tecnología más que conocida en ese momento, y cuyos misterios técnicos no eran comparables a los que entrañaba el transistor. No obstante, el transistor parecía la “próxima revolución” por lo que Peavey estaba convencido de que tenía que ser posible crear un amplificador de instrumento a transistores.

Por ello, contactó con Orradio, una empresa de electrónica con una larga historia tras de sí (fundada por un teniente estadounidense que tuvo acceso a los diseños de los magnetófonos alemanes durante la segunda guerra mundial) y que en aquel momento buscaba nuevos objetivos, tras quedarse obsoleto el tipo de grabador que estaban fabricando. Peavey les pidió que diseñaran un amplificador de transistores para poderlo comercializar. Así lo hicieron: se trataba de un amplificador basado en transistores de Germanio que causó buena impresión en los amigos de Hartley Peavey.

Hartley Peavey en 1955

El problema fue que cuando el amplificador estuvo armado del todo en el interior de un chasis, el calor comenzó a causar problemas, hasta el punto de que tuvo que ser descartado el diseño inicial, y modificaron los transistores por unos transistores de silicio. En seis semanas, el producto estaba terminado y ahora sí estaba listo para ser comercializado: eran el Musician para guitarristas y el Dyna Basspara bajistas. Tenían dos canales y 35 W de potencia, y fueron lo carta de presentación al mercado de Peavey en 1965, año en que se establece como empresa. Fueron además los dos únicos productos que Peavey ofreció durante ese año y el siguiente.

Según Peavey, el proceso de conocer el transistor y su comportamiento no fue algo fácil ni agradable. Su primera intención fue tratar el transistor como lo habían hecho en el pasado con la válvula, haciendo cada vez más evidente que no se podía esperar el mismo resultado al aplicar las mismas lógicas. En primer lugar, la potencia elegida (35W) era la que los amplificadores de dos válvulas 6L6 ofrecían por aquel tiempo, pero no tardaron en darse cuenta de que para igualar el volumen de los amplis valvulares necesitaban casi el doble de potencia en transistores. Por ello, comenzaron a producir amplis de transistores que entregaban unos 60W, pero poco después Marshall tuvo la ocurrencia de presentar los “stacks” de 100 W al mercado, con lo que la carrera por obtener un mayor volumen no había terminado. Peavey necesitaba hacer evolucionar más su producto.

Peavey posee más de 180 patentes, la primera de las cuales data de 1964

Al mismo tiempo, la tecnología en transistores iba progresando, y algunos fabricantes de componentes como RCA, presentaron en el mercado de fabricantes de electrónica nuevos transistores, pensados especialmente para aquellos que fabricaban amplis de diversos tipos de aplicación. Los acompañaron de unas notas de aplicación, una especie de instrucciones o manual pensados para que aquellos que estaban desarrollando nuevos productos con transistores, tuviesen una orientación de trabajo. Sin embargo, estos nuevos componentes venían con una serie de protecciones eléctricas que causaron efectos inesperados al aplicarlos con amplificadores de bajo, en forma de crujidos que se emitían por el altavoz.

Tras repasar las indicaciones de RCA y no encontrar respuesta, Peavey decidió llamar a RCA en busca de respuesta sin que nadie de la compañía lograse averiguar dónde estaba el problema, hasta que dio con uno de los diseñadores implicados en la tecnología que Peavey trataba de aplicar: Jack Sondermeyer.

Sondermeyer era un gran experto en la materia y estuvo trabajando con Peavey de forma puntual para ayudar en diversos diseños, hasta que llegó el momento en que Peavey le hizo una oferta para unirse de forma permanente al equipo. Tras reflexionarlo, Sondermeyer aceptó y cruzó el país entero con su mujer y cinco hijos para instalarse desde New Jersey a Mississipi. Ese momento de 1972 es señalado por Peavey como un instante clave en la historia de la compañía.

El primer movimiento de Jack fue descartar todos los diseños que se habían hecho hasta el momento y hacerlo todo desde cero. Hartley Peavey estaba realmente preocupado con esta idea y dejó claro a Jack que habían seguido todas las indicaciones del manual, a lo que Jack contestó que “ese era el problema”. Al parecer el manual estaba mal, y Jack lo sabía con certeza porque había ayudado a escribirlo.

Del mismo modo que Peavey empezó pretendiendo darle un uso similar a los transistores que a las válvulas, aparentemente el manual de transistores de RCA pecaba de algo similar. Junto Sondermeyer reescribieron unas normas propias para el diseño de los nuevos modelos de Peavey, que dieron a la empresa una gran ventaja en la precisión del diseño.

Un acontecimiento interesante que tuvo lugar a continuación es cuando Peavey trató de llenar el hueco en el mercado dejó el Fender Bassman al ser retirado del mercado. Hartley notó que muchos guitarristas echaban de menos un amplificador de esa clase, por lo que decidió crear un ampli 4x10” y recuperar el acabado tweed del Bassman para atraer a todo ese colectivo de guitarristas. El resultado fue un ampli de 100W a válvulas, con más ganancia que el original y con cuatro altavoces Eminence, pero que padecía graves problemas de válvulas microfónicas en el preamplificador.

Las Vintage Series recuperaban el aspecto del Fender Bassman

Otra anécdota interesante acerca de las primeras etapas en el mundo de la amplificación de Peavey fue cuando a finales de los 60, Hartley peavey se quedó sorprendido escuchando el buen sonido que emanaba de una guitarra y ampli baratos en el Conrad Hilton Hotel durante los días del NAMM. El secreto estaba en el pedal que vendía un melenudo que resultó ser Mike Matthews, el fundador de Electro-Harmonix, y el efecto en cuestión no era otro que el LPB-1 Power Booster (uno de los más antiguos e icónicos efectos de la marca).

Cuando Hartley Peavey lo abrió (aparentemente fue lo primero que hizo al regresar a la habitación del hotel) encontró un circuito preamplificador de lo más simple. En realidad algunos de los amplis de Peavey ya tenían un preamplificador “extra”, pero la idea que el LPB-1 despertó en Peavey fue la de hacer un amplificador con un preamplificador alimentando a otro de forma desactivable. El resultado fue el VTA-400, un amplificador de 200 W con válvulas 6550 y dos canales que se podían poner en cascada. Aunque no pensaron en hacerlo controlable por footswitch, algo que alguien de la competencia sí hizo poco después (concretamente la marca Acoustic Control). Peavey señala esta cadena de acontecimientos como los albores del concepto de Overdrive en los amplis, con Mike Matthews como uno de los fabricantes que los inspiraron.

Recordemos que hasta el momento, Peavey combina la fabricación a válvulas con la de transistores. Sin embargo, cuando RCA y Tungsol dejó de fabricar válvulas y otros fabricantes empezaron a bajar la calidad de las suyas, la marca comenzó a explorar soluciones híbridas, con preamplificadores en estado sólido y etapas de potencia a válvulas, como el Peavey Mace. Otra de las consecuencias de este cambio en el mercado de las válvulas fue que Peavey se pusiese a investigar muy seriamente el tratar de obtener la respuesta de las válvulas en la tecnología de transistores. El transformador de salida, el tipo de saturación y los acontecimientos que tienen lugar en el interior de la válvula, el “Damping Factor” o el “sag” se vuelven algunos de los temas de estudio claves para el desarrollo de la tecnología que años más tarde sería bautizada como Transtube. Uno de los amplificadores a transistores más icónicos de la marca, el Peavey Bandit, ha experimentado diferentes reencarnaciones, incorporando hoy en día dicha tecnología, y no es raro que los que leéis esto tengáis o hayáis tenido algún amplificador con dicho sistema, ya que dio pie a una enorme familia de amplificadores que aún hoy sigue vigente.

Las primeras versiones del Bandit aún no incorporaban la tecnología TransTube

La llegada del metal de los ochenta supuso una nueva vuelta de tuerca en términos de ganancia y eso hizo que Peavey también prestara atención a ese sector. Y no fue únicamente que se presentaran nuevos modelos como el Butcher o la serie VTM, sino que con los años, las series regulares de Peavey (la Transtube, sin ir más lejos) se verían renovadas con más ganancia, y su sonido reajustado para cubrir las nuevas sonoridades más saturados, con controles de medios especialmente pensados para el metal y en muchos casos, algo cercano a un tercer canal.

No obstante, la aportación a los sonidos metaleros que ningún fan de Peavey pasaría por alto fue la creación en 1992 del Peavey 5150. Se trataba de un amplificador con válvulas 6L6 que ofrecía 120 W de potencia, y que había sido diseñado junto a Eddie Van Halen, lo cual es sinónimo de combinación ganadora para los amantes del rock. Incluía dos canales pero su canal distorsionado ha representado un paradigma de la alta ganancia que muy frecuentemente aparece en la lista de sonidos de la mayoría de emuladores digitales actuales. Más tarde, la escisión de la asociación entre Eddie Van Halen (quien marcharía a formar su propia marca, EVH) y Peavey obligaría al segundo a renombrar el producto como 6505.

Aunque no los hayamos mencionado en el artículo, la historia de Peavey está marcada por populares modelos de amplificadores, como el Peavey Classic 30, el Delta Blues, el Triple X o el JSX (modelo signature de Joe Satriani antes de pasarse a Marshall), y aún hoy siguen lanzando nuevas propuestas como el reciente Peavey Invective o fusionando lo digital con su legado, como ocurre con el plugin Peavey Revalver o los amplificadores híbridos Vypyr. No menos importante es el enorme catálogo de bajos y guitarras que también posee, cuya implementación tuvo lugar en 1978, y que también incluye modelos memorables como el Wolfgang o la primera guitarra con Autotune del mundo; así como la división de PA o la de kits de baterías. Y eso es síntoma de dos cosas: por una parte, la longevidad de la marca, cuyo fundador pudo ver el nacimiento de algunas de las tendencias más importantes de la historia del amplificador de guitarra ; y por otra, el acierto con el que a través de los años la marca ha sabido sobrevivir donde otros han quedado por el camino. Y aunque sea una apreciación meramente subjetiva, tenemos la impresión de que la marca no se ha desvirtuado demasiado, pero no nos sorprende: basta con sentarse a charlar con Hartley Peavey para ver que es un hombre de ideas claras y que siempre ha perseguido un mismo objetivo: darle a los guitarristas lo que pedían.

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