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Seymour Duncan Red Devil, el sonido humbucker de Billy Gibbons en formato single coil

13/09/2018 por Henry Amat

Según cuenta Seymour Duncan, Billy Gibbons necesitaba poder tener en una guitarra tipo Stratocaster el sonido de las P.A.F. instaladas en su legendaria Les Paul Standard 'Pearly Gates' del 59. Así que llamó a Maricela “MJ” Juarez, conocida como la Reina de la Custom Shop de Seymour Duncan, y a raíz de esa conversación nacen las Red Devil.

Un set de 3 humbuckers en formato single coil fabricadas a mano en Santa Barbara (California), con imanes de Alnico 5; 12 piezas polares ajustables; cable de 4 conductores para diferentes configuraciones (split-coil, serie, paralelo, etc.) bañadas en cera para evitar problemas de microfonía; un bobinado adaptado a cada posición con algo más de salida en posición de puente, y disponibles en 4 colores: Blanco, crema, amarillo pergamino, y negro.

El set completo de las Seymour Duncan Red Devil tiene un precio de 299 dólares, aunque también pueden adquirirse por separado por unos 100 dólares cada una.

Más información | Seymour Duncan

El apodo de 'Pearly Gates', otro de los nombres que se dan en inglés a las "Puertas del cielo", tiene su origen cuando en 1968, Billy Gibbons le prestó un coche Packard de 1939 que tenía en propiedad junto a varios amigos, a una aspirante a actriz que necesitaba viajar desde Houston a Hollywood para hacer una prueba para una película. No solo el viejo automóvil logró llegar a su destino, sino que ella consiguió el papel. Así que otorgándole poderes milagrosos al coche, decidieron llamarlo 'Pearly Gates'.

Después la actriz les preguntó si querían que les mandara el coche de vuelta o preferían que lo vendiera. Ellos le dijeron que lo vendiera y les mandara lo que sacara por él, y así lo hizo.

Poco después Billy Gibbons se entera de que un músico local vendía una Les Paul Standard del 59. Va a verla, y con los 250 dólares de la parte que le correspondía por la venta del coche que acababa de recibir ese día, compra la guitarra que estaba en perfecto estado, incluso llevaba todavía las cuerdas originales que Gibson instalaba de fábrica. Teniendo en cuenta el origen del dinero, decide apodarla como 'Pearly Gates'. Una guitarra de la que nunca más se ha vuelto a separar, a pesar de que en una ocasión un coleccionista japonés llegó a ofrecerle 5 millones de dólares por ella.

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