Guitarras

Los trastes de la guitarra: una mirada en profundidad

08/08/2007 por kamikafre

Es bastante frecuente que a la hora de construir o modificar una guitarra dediquemos una buena parte del tiempo a determinar exactamente qué es lo que queremos y qué necesitamos para sonar de tal o cual manera. ¿Qué madera para el cuerpo? ¿Con o sin tapa? ¿Y para el diapasón? ¿Puente fijo o flotante? ¿Pastillas para limpio que suenen bien en saturado?

Pero a veces, se le dedica mucho menos espacio y tiempo a un tema tan importante y que numerosos guitarristas parecen olvidar: los trastes. Obviamente hace falta un mínimo de calidad en las maderas, el hardware y la electrónica pero lo cierto es que con trastes en mal estado, por muy bueno que sea todo, la guitarra sonará de forma pésima. Explicar cómo influyen en nuestro sonido es uno de los objetivos de este modesto artículo, entre otros.

Entonación

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¿En qué se diferencia una guitarra de 6000 € de una de 600 €? ¿Por qué la guitarra es un dulce tras haber pasado por el luthier (uno de verdad, claro)? Muy sencillo, este asunto está directamente relacionado con el tiempo que se le haya dedicado al diapasón. Es difícil encontrar una guitarra de serie que tenga el diapasón absolutamente perfecto, con los trastes perfectamente nivelados y acabados, eso sólo se da en constructores artesanales con lista de espera o en algunas unidades Custom Shop de muchas cifras.

Un buen trabajo en el diapasón va a redundar, forzosamente, en una buena entonación siempre que la compensación de cuerdas en el puente sea la adecuada. Partiendo de la base de que es muy complicado conseguir una entonación perfecta en un instrumento de cuerda pulsada que se encuentra constantemente en equilibrio, es factible poder acercarse lo máximo posible a un buen compromiso entre afinación, entonación y comodidad.

Hay numerosas soluciones al tema de la entonación: Earvana, Buzz Feiten, etc. Es cierto que implican una notable mejoría pero no creo que solucionen del todo el problema. Aunque no entremos en detalles sobre cada sistema, es bueno nombrarlos aquí por su estrecha relación con los trastes. Digamos que, con mejor o peor suerte, tratan de minimizar esos pequeños errores de entonación y conseguir que cualquier zona del diapasón suene correctamente afinada, es decir, la perfección matemática.

Queda claro que los trastes juegan un papel importante en la entonación pero, ¿sólo en la entonación? ¿Afectan al sonido de alguna otra manera? Por supuesto.

Morfología de los trastes

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Vamos a lo que vamos: a grosso modo, trastes "grandes" para bendings cómodos y "pequeños" para otras cosas, poco más se habla de este asunto. Sin embargo hay grandísimos guitarristas que, simplemente, no pueden dejar de tocar con un tipo determinado de traste y de ahí no se mueven. Nosotros mismos, cuando compramos una guitarra nueva, nos fijamos muy poco en los trastes que trae y cómo los trae. ¿Cuándo hay que cambiarlos? ¿Material, forma? ¿Se pueden retocar o "customizar"?

Los trastes están hechos de una aleación de diversos metales (níquel, cobre, etc.) y su dureza depende de la proporción métrica entre ellos. Se han realizado numerosas pruebas con distintas proporciones en las aleaciones, endurecimiento posterior, etc. con objeto de conseguir, bien un tiempo de vida útil más prolongado, bien tonos distintos. También hay guitarras con trastes de acero, que duran muchísimo más que los convencionales de aleación pero que le dan a la guitarra cierto tono metálico que a muchos guitarristas desagrada. Para comprender su función y en qué afecta al sonido es necesario analizar un poco su morfología y, dentro de ésta sobre todo, la corona. Dependiendo del modelo de traste elegido, la corona será más alta, baja, ancha o estrecha pero debe tener una forma lo más definida posible para que la cuerda se desplace con suavidad sobre ella. Es fácil comprender cómo una cuerda oxidada puede dañar progresivamente esa corona hasta dejarla totalmente plana. Es importante, por ello, realizar unas operaciones mínimas de limpieza y lubricación de las cuerdas, con objeto de retrasar lo máximo posible la oxidación y, cuando ya no sea posible o no entonen perfectamente, cambiarlas por unas nuevas. ¿En qué redunda ese desgaste que estamos mencionando? Entre otras cosas, en el sustain de la guitarra.

Trabajando en ellos: nivelando y recoronando

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Los trastes "normales" sufren un rebaje progresivo que puede acelerarse también si se usan cuerdas de acero (mayor dureza que la aleación del traste) o, como ya hemos dicho, por no limpiar las cuerdas (la suciedad acumulada producto del sudor y el óxido actúa exactamente como una lima). Dependiendo del uso pueden durar bastantes años hasta quedar totalmente inútiles: cuando la guitarra presente determinados síntomas o se vuelva impracticable será necesario renivelar y recoronar; esto se podrá hacer todas las veces que el traste lo permita pero con el tiempo llegará un punto en que ya no admitirá más y habrá que restituirlo. Obviamente los trastes grandes y altos consienten esta operación un mayor número de veces, son más agradecidos en este aspecto. Asimismo ciertas zonas del mástil se tocan más que otras, por lo que los trastes de esas partes se desgastarán más y antes pero, gracias a ese tamaño "extra", podemos restaurar de nuevo su tocabilidad, afinación y sustain y dejarlos practicables por algo más de tiempo.

Sustain

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Hemos dicho algo más arriba que el desgaste natural tiene que ver, y mucho, con el sustain: cuando sale esta palabra enseguida pensamos en mástiles encolados, guitarras neck-thru o pastillas humbuckers (incluso curiosos inventos como ciertos artilugios metálicos para poner en la pala y aumentar su masa). Todo eso está muy bien y tiene su importancia en este asunto pero lo que muchos parecen olvidar es que la pérdida de sustain de una guitarra tiene una gran parte de su causa en un juego de trastes en mal estado. Muchos pseudoluthieres (por ignorancia, principalmente) piensan que "arreglar" unos trastes es pasarles un taco de madera del radio del diapasón con lija y ponerlos todos a la misma altura, ahí termina el trabajo, a cobrar y a otra cosa mariposa. Con eso lo que se consigue es poner al mismo nivel todos los trastes, sí, pero se les deja la corona plana.

Por lógica: cada vez que la cuerda es pulsada se apoya en dicha corona y, si ésta no se encuentra redondeada, hay una mayor longitud de cuerda que entra en contacto con el metal del traste. Por lo tanto va a vibrar muchísimo menos que si estuviera redondeada o, incluso, con forma piramidal. A mayor superficie de contacto, mayor fricción del metal y frenado de la vibración (la nota se apaga antes). Si se restituye por completo la curvatura (lo correcto), la cuerda descansaría sobre un punto mucho más pequeño y duraría más tiempo la vibración, además de otras mejoras (Van Halen no lleva los trastes piramidales por gusto ni por estética). La fricción se reduce al ser muy pequeña el área donde descansa la cuerda y el tiempo de vibración se amplía. Nivelar, recoronar, pulir y reajustar, ahí acaba un buen trabajo.

Trucos y modificaciones del diapasón

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Todos sabemos perfectamente qué es el radio del diapasón y qué sentido tiene: a menor radio diapasón más curvo, ideal para acordes (Telecasters, Stratocasters, etc.), y a mayor radio, diapasón más plano, perfecto para solear (superstratos, Ibanez, etc.). Por supuesto existen otras opciones, como pueden ser radios intermedios (Gibson) o compuestos. Podemos establecer los límites más usuales entre 7.25" y el radio totalmente plano (Shawn Lane, por ejemplo, tenía un modelo Vigier con el diapasón del todo plano). El efecto que se consigue con un diapasón de radio compuesto es tener la "zona de acordes" curva y la "zona de solos" plana, una especie de compromiso entre ambos mundos.

Pero también se puede hacer que un radio vintage uniforme sea más cómodo a partir de una modificación de trastes. Es posible aplanar un poco los trastes de la zona más aguda y conseguir mayor aire en los bendings (similar a un radio compuesto en este aspecto). Incluso se pueden aplanar de forma que tengan un radio algo menor que el de la madera. Leí una vez por ahí que Joe Satriani usa este truco en sus guitarras, no sólo en la parte aguda sino en gran parte del diapasón (aproximadamente desde el centro de éste hasta el final): según su guitar tech se consigue una acción muy baja y muy regular a todo lo largo del diapasón y un sonido comprimido de forma natural cuando ataca fuerte las cuerdas (para tocar "Midnight" las debe llevar realmente bajas).

Método y herramientas para una puesta a punto de trastes

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Ya que hemos hablado de nivelación y recoronación de trastes, vamos a hablar ahora de forma más práctica, a saber, cómo se hace y qué herramientas hacen falta para ello: tras quitar las cuerdas y, en el caso que corresponda, bloquear el puente, tenemos que proteger el diapasón de posibles arañazos o muescas. Para ello colocaremos cinta de carrocero a ambos lados del traste en la madera del diapasón y en los bordes del mismo. Una vez protegido, hay que poner el mástil recto a fin de nivelar correctamente la superficie del traste con un bloque de madera del mismo radio del mástil (conviene que esta pieza sea lo más larga posible, abarcará un mayor número de trastes y la nivelación será más consistente y cómoda).

Seguimos. Supongo que el truco del rotulador es de sobras conocido, así que apuntadlo en la lista de herramientas también. Conviene enfundar el cuerpo de la guitarra en una bolsa (por ejemplo de basura), con objeto de que las pastillas estén aisladas del proceso. Teniendo en cuenta el grado de desgaste y las zonas más acusadas, procedemos a la nivelación y, a continuación, con una lima para recrowning devolvemos la corona a cada uno de los trastes. Pasa algo parecido como con las limas especiales para los surcos de la cejuela, es la herramienta correcta para un buen acabado y hay que pedirla fuera. Se puede intentar hacer con una lima tradicional y mucha paciencia pero el resultado puede no ser el mismo que con la específica para este fin. Con una lima triangular (éstas sí son más fáciles de adquirir) de bordes suavizados para no dañar la madera repasamos también los laterales del traste, puede haber alguna rebaba por ahí que nos haga daño al desplazar los dedos. Por último, pulimos la superficie del traste, quitamos la cinta y limpiamos todo bien. El pulido lo podemos hacer de múltiples formas, por ejemplo con un minitaladro tipo "Dremel", su accesorio correspondiente y líquido de pulir (a bajas revoluciones, con cuidado de no sobrecalentar el traste, podemos fundir el pegamento y puede moverse de su sitio). Supongo que cada luthier realizará este trabajo global de recuperación de forma distinta, si bien las bases pueden ser bastante similares, ya sabéis que cada maestrillo...

Llegó la hora del cambio de trastes

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Puede llegar un momento en que los trastes estén tan, tan gastados que casi no sobresalgan de la madera y que sea imposible volver a nivelar y recoronar (personalmente he visto auténticos papeles de fumar por trastes). Cuando pasa esto o bien el traste presenta unas muescas insalvables sobre su superficie se da el fenómeno "dead fret".

Si hay mucho desgaste es bastante complicado extraerlos del diapasón, ya que están casi a ras de la madera. Huelga decir que mejor no llegar a ese punto y llevarla al luthier unos cuantos meses antes, ¿no? Lo correcto sería no tener que tocar madera al sacar los trastes, tampoco se debería rebarnizar los mástiles de arce (aunque muchos luthieres se empeñen en ello y cobren un plus). La extracción debe ser limpia y respetar el resto de la guitarra en lo posible. Normalmente se extraen con calor y mucho cuidado, no es una operación que la pueda hacer un principiante. Por otro lado, puede darse el caso de que el retrasteado sea parcial, es decir, que se pueda salvar alguna zona y restituirse sólo los trastes realmente inutilizables (en caso de guitarras vintage, series L y demás caviares, hay que respetar en lo posible el calibre, la forma de inserción, el acabado, etc., incluso si puede usarse algún traste original de la época no demasiado desgastado o dañado extraído de otra guitarra, debe utilizarse).

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