Las marcas de amplificadores que deberías conocer en 2025

Los amplis Marshall, Vox o Fender tienen el mérito de haber sido los pioneros. Pero si tuvieron algo favor, fue que no tuvieron que competir con un aluvión de multiefectos digitales, más económicos, fáciles de transportar y equipados con cualquier función imaginable. Simplemente tenían que ofrecer sonido y potencia a unos guitarristas que, durante los 50 y 60, empezaban a crear una cultura de la guitarra eléctrica. Aún había muchos diseños por inventar cuando, poco después, llegaron otros competidores como Peavey o Mesa Boogie, que hoy son también legendarios.

Suelo señalar el año 2000 como referencia arbitraria de un gran cambio hacia lo digital (también se daba en el mundo doméstico con la llegada de internet a las casas, los reproductores MP3 y la lenta progresión hacia el smartphone), pero aún era un buen momento para intentar ser alguien en el mundo de los amplis. Marcas más jóvenes, que comenzaron en los 80 o 90, como Engl, Hughes & Kettner, Soldano, Bogner o Diezel ya tenían para entonces una posición de respeto. 

Hoy el mundo es muy diferente, pero algunas marcas — a las que les dedicamos el artículo de hoy — lo han hecho especialmente bien, y han conseguido establecerse en una época en que el ampli ya no era ni necesario, si nos apuráis. No pretendemos que tengan el mismo estatus de icono que las marcas clásicas: ni mucho menos es así; pero sí han logrado establecerse y ser un nombre relevante del panorama de la amplificación actual.

Así pues, procedamos a enumerarlas. Ah, y antes de comenzar, en esta lista no vamos a poner ningún ampli digital ni multiefecto. Aquí solo veremos sonidos analógicos, entre uno y 4 canales y un buen puñado de vatios de potencia. Vamos allá.

De la lista, es la que más se ha democratizado, y los hay en miles de locales y hogares. En gran medida, se debe a que en los últimos años se han volcado mucho en el ampli digital, pero Blackstar siempre ha tenido, y sigue teniendo, amplis valvulares en su catálogo. De hecho, fueron su seña de identidad inicial: combinaron una gran profesionalidad en el marketing (eran ex empleados de Marshall) con un producto con precio y prestaciones que en aquel tiempo no eran comunes en el mundo valvular: la serie HT. Muchos de nosotros hemos tenido un HT5 o un HT1, sin duda los más populares por su bajo precio y tamaño ideal para casa.

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Pocas marcas han logrado volver a sacudir el mundo de los amplis como lo ha hecho Friedman. Fundados en 2008, ya no quedan apenas emuladores digitales que no incluyan una imitación del Friedman BE-100 u otros de su catálogo. Inspirados por el sonido modificado de un Plexi, tienen una combinación de sonido clásico con respuesta moderna y un carácter que empasta bien con muchos tipos de música. Lo suyo es la ganancia, pero no es para heavies únicamente.

La familia de productos Friedman ha tenido una enorme repercusión en muchas otras familias de producto, como los pedales, preamplificadores y circuitos de ganancia en general. Podría decirse que hacía años que no pasaba lo que ha pasado con Friedman, algo que con la relativamente corta vida de la marca, tiene mérito.

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Seguimos con británicos y los tamaños compactos: Victory es para mí la marca del lunchbox por excelencia. Ni mucho menos inventaron el formato (el lunchbox es un tipo de cabezal pequeño y fácil de transportar), pero sí son los que lo han aplicado a sus modelos insignia con gran aceptación.

No son de carácter económico, pero tampoco cuestan una locura para lo que ofrecen, y tienen modelos para cada sonido clásico de la década de los 60 y también opciones Hi Gain modernas como el Kraken. Además, han llevado todos esos diseños a formatos pedal, tanto con amplificación como sin ella (es decir, solo el preamp).

Tienen una cantidad muy inteligente de prestaciones: ni les falta nada realmente importante ni tampoco vienen con cosas innecesarias, y suelen ser bastante ligeros. Martin Kidd, uno de sus fundadores y diseñador, también trabajó para Marshall y Cornford, así que tampoco en este caso fue una sorpresa el acierto con el que entraron en el mercado, contando con buenos artistas avalándolos como Rabea Massad o Richie Kotzen.

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Si hay una marca que, para mí, tiene un estilo elegante, es Morgan Amplification. Su fuerte es el sonido vintage, pero el aspecto cosmético está modernizado. 

Su ampli más famoso es el AC20, que suele ser considerado como una alternativa al sonido Vox — que los puristas tienen problemas para encontrar incluso en la propia Vox. Pero tienen más modelos en su catálogo que apuntan en diferentes direcciones, incluyendo un ampli signature de Josh Smith. Estos ya valen una pasta, pero es que Morgan Amplification no busca otra cosa que ser considerada una marca de Boutique de alta calidad. Hasta han llegado a tener su propio plugin oficial de Neural DSP.

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A veces veo a Revv Amps como el Mesa o el Engl de después de los 2000. Las primeras noticias que tuve de ellos fueron gracias a sus modelos Generator, unos cabezales monstruosos que ya resultaban algo anacrónicos para el año en que fueron lanzados: tamaño desmedido, peso salvaje, múltiples canales, modos por cada canal, potencia absurdamente excesiva. Sin embargo, esos amplis existen por algo, y varios amantes del metal aplastacráneos se dieron cuenta del poder del Revv Generator. Lo usé en este vídeo:

No es ningún secreto que empezar lanzando algo bestial tiene una razón en el marketing: cuando ya has hecho esa demostración de poder, es la hora de sacar los sucedáneos que se venden más fácil. De ese Generator salieron los diferentes pedales que capturan el sonido de cada canal, por ejemplo. También el resto de amplis más pequeños se "contagian" del halo de fuerza del Generator.

La otra cosa muy inteligente que ha hecho Revv Amps es abrirse a la tecnología muy pronto: no tardaron en lanzar cabezales a válvulas estilo lunchbox equipados con caja de carga (lo que hace que puedas usar el cabezal sin pantalla conectada) y un simulador de altavoz mediante respuestas a impulsos. Su ampli Revv D20 es uno de los mejores amplis tragapedales para grabar en casa que he probado: pequeño, cómodo y fácil de hacer sonar. Tienen un "equivalente" en combo, el D25, que también es muy práctico para dicha misión. Nuevamente, lo usé en el vídeo que hay a continuación.

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Echamos un vistazo al mundo de los bajistas, y es que no recuerdo otra marca que haya conseguido envolverse de tanto coolness como Darkglass en el mundo del bajo. Un mundo habitualmente lleno de cabezales negros con estética de minicadena de los 80, que contrasta con la propuesta plateada, minimalista, con cuidado en las tipografías — y la fuerte inversión en anuncios y vídeos molones — de esta marca.

Apuntan al sonido moderno, con saturación pero articulado, típico de los bajos de corte futurista, y que encaja con géneros como el djent y los estilos que fueron evolucionando de él. Hoy ya son mucho más populares y abiertos en cuanto a sus objetivos — recordemos que es la misma marca que Neural DSP, los creadores de Quad Cortex — pero siguen teniendo ese estatus de marca guay.

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Mike Fortin comenzó, como pasa en muchas ocasiones, haciendo modificaciones de amplificadores que se convertirían populares, entre ellas la conocida como "Evil Pumpkin", aplicada sobre amplis Marshall. Pero realmente sus diseños propios, como el Meathead de 2008/2009 fueron los que impulsaron la colaboración con Randall, una marca ya consolidada, y que sirvió como plataforma para entrar en contacto con artistas como Kirk Hammett, Ola Englund o Scott Ian, para los que diseñó amplificadores signature con dicha marca.

La colaboración con Randall duró de 2011 a 2017, momento en el que Fortin decidió ir por su cuenta, y no le ha ido nada mal. Hoy es mucho más que una simple marca de boutique: ya tiene sus propios pedales, cuenta con una estrecha relación con Meshuggah y hasta ha sido emulado en plugin por Neural DSP. En general, el sonido de Fortin está enfocado, como ya os imaginaréis a la alta ganancia y sonidos súper heavys. 

Los amplis son difíciles de conseguir porque van por encargo, pero su amplia gama de pedales es muy atractiva para replicar los sonidos de sus monstruosidades de cabezales.

Los años pasan, y si para una marca estadounidense o británica puede ser difícil mantenerse en el candelero, imaginad para una marca española. Pero Thermion luchan desde 2012 y cada día son más populares. Y aunque muchos los conozcáis más por sus pedales, en realidad era una marca principalmente de amplis: en esta edición del Musik Messe visitábamos por primera vez a unos Thermion que nos mostraban su cabezal a válvulas Spitfire.

Aunque los Spitfire ya no son parte de su catálogo, uno de sus productos más populares, el Thermion Zero, es un amplificador en formato pedal que revisamos en este mismo medio. ¿Volverán al terreno valvular en un futuro? Quién sabe. 

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La mayor parte de la atención que reciben se debe a sus amplificadores en formato pedal, ya que han tenido gran éxito con su "The Amp", pero en realidad tienen un catálogo considerable. Aquí la cosa no va de Hi Gain, sino todo lo contrario: monocanales, pocos vatios, pocas perillas y aspecto vintage buscando el sonido auténtico de los fundadores. Incluso tienen un amplificador Hi Fi para audiófilos.

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Cuando uno piensa en amplis y países, enseguida piensa en EEUU o Reino Unido, pero debería pensar en también en Italia. Brunetti, Mezzabarba, Baroni Lab, Mark Bass, Dv Mark y también Red Seven: todos ellos vienen del país de Leonardo (el maestro del renacimiento, no la tortuga ninja). 

Antes de existir como Red Seven, ya hubo un intento previo: se llamaban Shiva Audio Devices, y fue una marca que duró 5 años y, por lo que leo del tema, parece como si eso hubiese sido el campo de pruebas antes de acumular el conocimiento suficiente antes de lanzarse a por el éxito. Decidieron hacer borrón y cuenta nueva y empezar fuerte en 2018 como Red Seven Amplification, sin duda un acierto porque el ascenso que ha experimentado la marca desde entonces ha sido meteórico.

Aunque cuentan con una variedad de productos considerable, el plato fuerte de la marca es el formato cabezal Hi Gain, siendo el Duality y el Leviathan los buques insignia. Por supuesto, tienen los modelos obligatorios de menos vatios, mono canales y sonidos Marshallescos. Eso casi nunca falta. Pero también tienen otra faceta que, personalmente, pienso que es la que le da carácter a la marca: los accesorios profesionales como una caja de carga con IR loader, o su reciente preamp valvular formato pedal. Recomiendo echarle un vistazo a esa sección de accesorios en su web, cuyo link encontraréis a continuación.

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• Ver accesorios profesionales Red Seven.

Precisamente, otra marca italiana. De la lista, es la única que técnicamente empezó en los 90, aunque por solo dos años se lo perdonamos. Mezzabarba tiene un concepto parecido al de Revv o Red Seven en cuanto al gusto por los amplis negros, grandes, con mucha ganancia y con muchos canales, y un desinterés muy marcado por repetir el pasado. Tienen usuarios relevantes como Rabea Massad o Eric Steckel.

Su propia web ya indica que no busca hacer un Marshall ni un Vox, sino hacer sus propios diseños. Mirando su catálogo, tienen mucha variedad, incluyendo un previo de estudio, pero casi todo está en la alta gama: los más asequibles son sus pequeños cabezales de 20W equipados con 6V6, y también cuestan entre 1.600 y 2.000 euros.

• Sitio web de Mezzabarba

Aunque el origen de Synergy Amps está en el diseño de Egnater, quien comenzó el negocio en Detroit en 1975, esta nueva etapa es técnicamente una marca nueva y un equipo diferente, aunque con la colaboración del anterior.

El concepto de Synergy es sumamente interesante, son amplificadores modulares con la sección de previo intercambiable. La finalidad es poder disponer de un amplificador personalizado que reúna los canales que nosotros seleccionemos, pudiendo tener el limpio de un Tone King, la saturación de un Engl y, por ejemplo, el sonido solista de un Friedman. Lo que le pone la guinda al pastel es que esos sonidos no son aproximaciones sin licencia, sino que son diseñados y construidos por las marcas citadas.

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Efectivamente, es una marca "de amigos" que fabrican amplis, en que cada uno de ellos pone su mano de obra y firma al producto, dándole la garantía al usuario de que lo que usa está aprobado por los fabricantes originales. Y no son pocos los que se han apuntado a trabajar juntos: Bogner, Diezel, Dr. Z, Engl, Fortin, Friedman, Fryette, Metropoulos, Morgan, Peavey, Soldano, Tone King y hasta Steve Vai tienen su módulo oficial.

Si te suena todo demasiado perfecto para ser verdad, no te emociones: son caros de narices. Pero molan.

Ahora internet nos permite llegar a todos los recovecos, y en ellos encontramos muchas otras marcas de menor popularidad pero que tienen sus fans, siendo KSR, Lichtlaerm Audio, Omega Amp Works, Metropoulos, Hamstead Amps algunas de ellas. Y en el mundo vintage también hay un enorme universo de constructores independientes. Al final, no todo son ceros y unos.

¿Cuáles son vuestros amplis post-2000 predilectos? Estáis invitados a mencionarlos en los comentarios.