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Entrevista con John McLaughlin: "La guitarra es una amante muy exigente"

13/07/2016 por Marina Arbat-Bofill

John McLaughlin es un guitarrista y compositor que ha trascendido los géneros y las culturas, siendo pionero en movimientos de integración del jazz con la música de la India (Shakti), con el flamenco (Guitar Trio), con el rock (inicialmente en la banda de Miles Davis o con sus propias formaciones Mahavishnu Orchestra, The Heart of Things, Five Peace Band y actualmente John McLaughlin & The 4th Dimension) o con la música clásica.

John McLaughlin actuará el 18 de julio en el "III Encuentro Internacional de Guitarra Paco de Lucía" que se celebra en Algeciras, el día siguiente estaré en Las Noches del Botánico de Madrid, y el 20 en la sala BARTS de Barcelona. Aprovechamos para hablar con él y nos sorprende con algunas experiencias y curiosidades de su extensa carrera musical.

Un placer poder hablar con usted señor McLaughlin.

A vosotros por la entrevista.

Sé que su madre tocaba el violín y quería saber si esto le influenció a la hora de dedicarse a la música. Me gustaría saber cómo empezó a interesarse por la música y en especial por la guitarra.

El hecho de que mi madre fuese músico es importante porque significa que en mi casa se escuchaba música todo el día, música clásica claro, y para mí la música era algo normal y habitual del día a día. Crecí rodeado de música y la integré en mi personalidad. Cuando tenía ocho años le pedí a mi madre si podría recibir clases de piano y se puso muy contenta, de hecho, me enseño algo de violín también, aunque no prosperó mucho.

¿Sabes qué pasó con la guitarra? Que soy el pequeño de cinco hermanos, tres de los cuales son chicos. Cuando yo tenía diez años mi hermano mayor –que ya estaba estudiando en la universidad– trajo una guitarra a casa. La verdad es que no le presté mucha atención porque yo estaba centrado en las lecciones de piano. Estuvo tocándola durante un tiempo, cantaba canciones acompañándose de la guitarra, pero se aburrió y la pasó a otro de los hermanos, que la tocó durante unos meses, pero también se cansó… [risas] y finalmente llego a mí. Agarré la guitarra y tuve una revelación, tenía once años y me enamoré de ella ¡la guitarra es un instrumento precioso! Inmediatamente dejé de tocar el piano para centrarme en la guitarra y desde entonces no he tocado nada más.

¿No has vuelto nunca al piano o al violín?

No y la verdad es que cuando toco el violín no soporto mi propio sonido [risas]. Con el piano la cosa fue un poco mejor porque siempre sonaba bien… [más risas]. De pequeño aprendía música clásica de Beethoven, Mozart… eso sí que tuvo un impacto importante en mi vida musical. A partir de los once años –de nuevo, gracias a mis hermanos– también estuve expuesto al blues. El boom del blues estaba barriendo el Reino Unido por aquel entonces, estoy hablando de los años cincuenta. Y tanto yo como gente que pertenece a mi generación (por ejemplo, Mick Jagger y los Rolling Stones) nos vimos muy influenciados por el boom del blues, que fue como un tsunami que arrasó el Reino Unido. El blues me encantaba, pero también tuve la suerte de descubrir otros géneros distintos como el flamenco –del que me enamoré al momento tanto por los guitarristas como los cantantes o las tradiciones– y de ahí también escuché la música India -que también tuvo un gran impacto en mi estilo- y finalmente me metí en el jazz. Yo lo veo como un impacto en conjunto, a los quince años escuchaba de todo, y es algo que hoy en día me sigue impactando e influyendo. Me considero un músico “híbrido” que no se encasilla en un solo estilo.

Me atrevería a decir que el impacto no fue únicamente en términos musicales ¿verdad? En temas de filosofía y religión también se ha interesado mucho por otras culturas, especialmente la hindú.

Sí, aunque eso ya fue más tarde. O sea, en mi adolescencia escuché música de todo tipo, pero ya en mis veintitantos es cuando empecé a hacerme preguntas existenciales y me interesé por la filosofía y la cultura como por ejemplo el yoga o la meditación. En los años 1966-67 empecé a hacerme grandes preguntas sobre la vida y nuestra existencia. Me pasó como a mucha otra gente en los años sesenta, no podíamos encontrar las respuestas existenciales que estábamos buscando en el mundo occidental, en ninguna de las religiones occidentales. Pero en oriente en general y en particular en la India vimos que trataban estos temas desde hacía centenares de años por lo que muchos de nosotros visitamos la India o bien estudiamos con gurús hindúes. Estudiamos yoga, meditación, vías hacia la búsqueda de la claridad.

Usted estudió música con varios gurús, de hecho, el nombre de Mahavishnu se lo dio uno de ellos.

Mi gurú de meditación me dio el nombre de Mahavishnu. “Maha” significa grande - por ejemplo, Mahatma Ghandi significa Gran Ghandi- pues Mahavishnu significa “gran Vishnu”. Vishnu es parte del panteón hindú: tienes el creador del universo, el sustentador del universo, y el que transforma el universo (Shiva). Vishnu es el sustentador. Todos evolucionamos, crecemos y estamos en movimiento. Nada está quieto

He tenido varios gurús en la vida, y te voy a contar un secreto, el mayor gurú de todos para mí fue Miles Davis.

¡¿Cómo?!

Me explico, gurú significa “maestro” y Miles fue un maestro para mí. En 1970, al finalizar un concierto, Miles Davis me dijo “John ha llegado el momento de formar tu propia banda”. Te soy sincero ¡me quedé parado! “¡Wow! Bueno, si tú lo dices tendré que hacerlo...” le contesté. Y lo hice, y ésta banda fue la Mahavishnu Orchestra.

No sabía que la cosa había surgido así. Además, Miles estaba en lo cierto porque la Mahavishnu Orchestra fue una pasada y tuvo mucho éxito. Hoy en día sigue siendo una banda de culto y referencia.

Sí, sí. Tenía razón. Era fantástico, no te puedes llegar a imaginar lo que me ha ayudado a lo largo de mi vida, de muchas maneras diferentes no solamente en la carrera musical. ¿Sabes? Solía venir a verme tocar ¡a mí! ¡Miles Davis, ¿no es increíble? Él amaba a sus músicos. Y nosotros también le queríamos, se preocupaba mucho por nosotros, era como una especie de padrino que nos apoyaba y nos brindó muchas oportunidades. Era el mejor.

Pues con la Mahavishnu tuvimos mucho éxito, y al mismo momento era cuando me metí en la filosofía hindú y la música de la India. Son lo mismo, pertenecen a la misma tradición no se pueden separar. Durante los años sesenta estuve estudiando música del sur de la India y también la teoría musical de la India con varios gurús hindúes. Y entretanto también formé la primera versión del grupo Shakti, me encantaban los músicos eran buenísimos. Mientras que con la Mahavishnu hacíamos grandes conciertos con Skahti tocábamos en locales pequeños, iglesias, escuelas, … En 1975 abandoné la Mahavishnu porque quería seguir evolucionando y trabajando, así es que a finales de año dejé la Mahavishnu para concentrarme en el grupo Shakti.

Y... En 1978 tuve la suerte de escuchar por primera vez a uno de vuestros grandes músicos...

Paco de Lucía

Sí, Paco. ¡Fue maravilloso!

¿Cómo os conocisteis?

Es divertido, mira yo estaba conduciendo y sonó por la radio y dije “¿quién es este guitarrista? Nunca lo había escuchado antes”. Al final del tema le presentaron y dijeron que era Paco de Lucía, y me dije “tengo que encontrar a este Paco de Lucía, tengo que tocar con él por lo menos una vez antes de morir”.

Y le buscó…

Sí, le encontré y nos conocimos personalmente en París. Nos pusimos a tocar juntos, fue sentarnos y algo mágico surgió, nos pusimos a improvisar en plan jam session -sé que sonará a locura porque él tocaba flamenco y yo venía del jazz- pero encajamos inmediatamente. A él le encantaba el jazz y yo amo el flamenco. Creo que esto fue lo que hizo que funcionara tan bien: el amor. Si haces algo que amas va a funcionar, si haces algo que no te gusta no saldrá bien, así de simple.

Paco de Lucía y John McLaughlin

¿Y luego al ver que la música fluía ya decidisteis hacer el Guitar Trio?

Sí, en 1978, con Paco y Larry Coryell – un guitarrista americano – y así empezó el primer Guitar Trio, fue fantástico. Una experiencia preciosa.

Y luego Larry fue reemplazado por Al Di Meola.

Sí, eché mucho de menos a Larry que tuvo que dejarlo por motivos personales. Pero Al vino en 1980 o 1981 y luego tuvimos un éxito fenomenal con el trio.

Aunque funcionamos muy bien con el trio y fue muy conocido te confieso que Paco y yo siempre tuvimos una conexión especial. Dese entonces mantuvimos el contacto y teníamos una estrecha amistad. Nos encontrábamos de vez en cuando en el norte de España, en el País Vasco, especialmente a finales de año (Navidades y fin de año) y jugábamos a “La Pelota” y comíamos súper bien [risas].

En 1987 decidimos hacer algún concierto juntos y en Montreux (Suiza) grabaron el concierto tanto en audio como en vídeo.

No lo sabía…

Es que no se ha publicado, de hecho, está por salir, quizás la semana que viene o la otra lo publiquen. Ya hace casi treinta años de aquello… Pero fue una gran noche, solo nosotros dos con nuestras guitarras, magia pura. Es un documento precioso, verás la conexión que teníamos y la felicidad que nos invadía cuando tocábamos juntos.

Será genial, tengo muchas ganas de escucharlo.

Recientemente publiqué un álbum llamado “Black Light”.

Sí, el año pasado.

Lo grabamos con mi banda de jazz eléctrica, la 4th Dimension. Y hay un tema que se llama “El hombre que sabía”. Pues resulta que cuando Paco se fue a Centroamérica en 2014 estábamos planeando grabar juntos, los dos solos de nuevo.

Oh, vaya…

Teníamos nueva música ya preparada y planificamos quedar cuando él volviese de Centroamérica… pero no pudo ser. Estábamos intercambiando música e íbamos hablando de cómo lo haríamos. Y éste tema fue el último que le mandé y le gustó especialmente. El día antes de su muerte estuvimos hablando por teléfono y me comentaba que tenía conciertos en Cuba, México… y quedamos para grabar dentro de un mes, cuando él volviese.... Pero luego le perdimos de repente, fue una tragedia. Pero por este motivo decidí grabar este tema con mi banda, en homenaje a Paco.

Es una gran manera de recordarle.

Sé que si pudiese escucharlo estaría contento.

¿Y hay planes de grabar disco nuevo en un futuro próximo?

De momento estamos de gira, pero seguramente a finales de año grabaremos algo. Ahora mismo aún no lo sé. Publicamos “Black Light” a finales de 2015 y ahora estamos centrados en la gira.

Y tres conciertos en España: Algeciras el día 18 de julio (en el marco del III Encuentro Internacional de Guitarra Paco de Lucía), Madrid el día 19 (Las Noches del Botánico), y Barcelona el día 20 (Sala BARTS).

¡Sí! Tengo muchas ganas de tocar para vosotros. Nos lo vamos a pasar muy bien.

¿Y la banda que le acompaña, la 4th Dimension, es la misma con la que grabó el disco?

Sí, los mismos músicos. Son geniales no solamente a nivel musical sino también personal. Creo que llevarme bien con los músicos que me acompañan es esencial, necesitamos la complicidad y eso solo se tiene cuando conoces al otro muy bien. Nos conocemos y nos queremos, no tocamos solo notas, tocamos juntos y cuando digo “juntos” quiero decir que somos un solo espíritu. Y eso solo se puede llegar a conseguir con gente que comparta tu visión y concepto de la música, el humanismo y la filosofía. Ellos tienen los mismos valores que yo y se nota. Ranjit [Barrot] es de la India, Etienne Mbappe del Camerún tocará el bajo y Gary [Husband] es un gran baterista y tecladista. Creo que esta es la mejor banda que nunca he tenido, y mira que he tocado con bandas muy buenas…

¿Y el set es eléctrico verdad?

Sí, sí. Necesito la guitarra eléctrica ¡hay momentos en los que tengo que competir con dos bateristas a la vez! [Risas].

Utiliza guitarras PRS ¿verdad?

Sí, básicamente toco PRS siempre, además de construir unas guitarras fantásticas y de gran calidad las encuentro preciosas. En cuanto a cuerdas, hace más de 45 años que utilizo D’Addario.

Mi rack es muy especial porqué utilizo preamplificadores de válvulas, o sea que no tengo un gran amplificador en el escenario, sino que utilizo solamente el preamplificador. Tengo el Twin Tube Classic de Seymor Duncan, otras veces uso el Zendrive 2 o también tengo un viejo Mesa Boogie V-Twin. Y por supuesto utilizo un inalámbrico Line 6 que me da movilidad en el escenario. También utilizo mucho el MXR Chorus para conseguir el sonido estéreo.

Rack de John McLaughlin

Y la última pregunta, ¿qué consejo darías a los guitarristas que nos leen?

La guitarra es una amante muuuuuy exigente [risas] aunque creo que eso ya lo sabrán [más risas]. Ella lo quiere todo, y tú tienes que dárselo todo: tu tiempo y tu atención. Lo que quiero decir con eso es que ser músico es una vida de dedicación. Pero bromas aparte, tengo que reconocer que lo que recibimos de la música –o de nuestro instrumento– es una recompensa mucho mayor de lo que damos. He invertido sesenta años de mi vida en la música, pero no te puedes llegar a imaginar la satisfacción y la felicidad que he recibido a cambio por parte de la música y en especial de la guitarra. La pasión es algo necesario también, una vida interior rica hará que también toques mejor. Cuanto más le des a la guitarra más vas a recibir de ella. No creo que en España tengáis ningún problema con la pasión… ¡Todos sois muy apasionados! [risas].

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