En los campos del norte y sobre todo en Galicia, dicen los ancianos que de vez en cuando una procesión de almas alumbran los profundos bosques, es la santa compaña; en mi tierra, las almas cabalgan en la oscuridad por los desfiladeros de los montes como un antiguo ejército de luz. Esos mismos ancianos aseguran que quienes lo ven morirán en breve... En la red, por las noches, cabalgan otros espíritus, azules, con la única misión de aportarnos un poco de música, un poco de blues, para aliviar nuestras heridas, acompañándonos con sus lamentos que son los nuestros porque son los que definen la historia de los hombres, sufrimiento, penas, pérdidas y alguna alegría. Como perros que somos, la ley de la fraternidad entre nosotros dicta que nos lamamos las heridas unos a otros y, en ese lamer, nos hacemos más humanos.
Este tren está creciendo mucho compañeros y cada uno de sus rincones esconde una genialidad que hace que este viaje que hemos iniciado, ya sin retorno, sea dulce, reposado, como una degustación culinaria... Un viaje ya sin sueños, un recorrido por nuestro presente en el que muchas veces miramos atrás. Un recuerdo para todos los que ya no están en este mundo y una esperanza para los que vengan.
El silencio en la música lo aprendí de Alvaro Urquijo de los Secretos quien dijo que lo había comprendido después de tantos años en el mundo musical y que ahora disfruta mucho más de los temas.
Hoy, una de las más grandes bandas de Blues, como tantas otras, cogiendo polvo en las estanterías de los vinilos, Mike Bloomfield, The Paul Butterfield Blues Band, recorriendo el blues desde sus momentos más psicodélicos de los 60 hasta los más tejanos y clásicos. Sus temas parecen ser un mercancias que no tiene fin, lo ves pasar despacio y puedes fijarte en los detalles del mismo, hasta que uno no se da cuenta que está volando transportado por el traqueteo de su música hacia un lugar en el que nada importa y no hay pensamiento... Probadlos!!!
East West:
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He de reconocer que este estilo es una de mis debilidades, es como una espiral hipnótica sin fin. Y hoy quiero enlazar ese tren largo de mercancías y encadenarlo a este otro tema, para mi uno de los mejores del rock de todos los tiempos: una versión en directo de Get Ready de Rare Earth, supongo que los conocéis, de lo contrario, avisad a la familia de que por unos momentos no estaréis en vosotros mismos, sino en ese lugar indefinido y personal de cada uno, una especie de nirvana que cada cual ha de descubrir con ayuda de si mismo, del yoga, de psicotrópicos (ya no muy recomendables por sus reacciones adversas y adicción, ja ja) o de la técnica que sea... Yo prefiero ésta; dadle tiempo al tema a que vayan entrando esas timbalas, los latigazos del bajo, los susurros mordientes del Hammond y unos riffs de las guitarras que le dejan a uno sin sangre. Ahí va: