Ignoro la oferta de las guitarras "Tribute 50´s", pero soy el afortunado poseedor de una Les Paul 70´s Tribute. La misma monta mics mini-humbucker con imanes de alnico V. Obviando el sonido que ofrecen esas estupendas pastillas (que en mi opinión suenan, como los españoles dicen "como la hostia"), en honor a la pregunta que impulsa este tópico, debo decir que mi guitarra es precisamente lo que yo esperaba por el precio que pagué por ella.-
Decir que mi alcancía estuvo por demás ajustada es poco, a sabiendas de mi escaso presupuesto como mero estudiante de derecho.-
En un principio uno se encuentra con una guitarra que, pese a que su acabado no es de lo más reluciente (seamos realistas, una porción importante del precio deriva en ese precio) la primera impresión al tacto es encantadora. Se sienten los dedos fluyendo rápidamente por un mástil que parece moldeado, acompañado de la trastiera como trasfondo. En el mismo sentido los trastes en la medida "medium jumbo" como es lo corriente en este tipo de violas.-
Un amigo mío (y guitarrista de varias décadas) puso hincapié en varios aspectos de mi guitarra:
-En primer lugar, además de los aspectos que relaté, destzacó la afinación. En efecto, esta Gibson monta (al menos la mía) unas clavijas Kluson Deluxe, que dan cuenta de su precisa afinación. Teniendo en cuenta el prestigio de la marca, es en vano proseguir.-
-En segundo lugar, según mi amigo me resaltó, es de notar la resonancia del mueble. Así, antes de enchufar la viola a su ampli (que de hecho, es un Fender Vibro Deluxe del 71) me dijo "qué buena resonancia tiene!". Obviamente me hacía resaltar el volumen del instrumento sin enhufar; como quien dice, "a secas". Resaltaba en aquella habitación, dándonos incluso lugar suficiente como para entonar algunas coplas que traíamos con nosotros.-
-Finalmente, y en tercer término, el experto me hizo notar la calidad en las tgerminaciones. Pese a que se verifican algunos sectores sin terminar con precisión (y esto sucede incluso con algunas Standard), el esmero en la calidad de construcción se hace notar, al punto de tomar con las propias manos una guitarra que se siente rígida.-
Sabrán Udes. que la sensación de una viola bien construida es escasa, limitándose a un escaso número de unidades, y de determinadas marcas. Pues déjenme decirles que, luego de tanto probar guitarras y guitarras, me he decantado por la que hoy me acompaña.-
Es por eso mismo que me decido a escribir estas líneas. Soy consciente de que la Serie Tribute no alcanza a satisfacer los deseos de los más acérrimos al sonido (que por supuesto están sostenidos por una suma o garantía monetaria sustentable), pero sepan Udes. que esta nueva serie de Gibson ha venido a llenar los deseos de quienes estamos un peldaño por debajo, queriendo barajar nuestras propuestas.-
Según mi parecer, contando con una Gibson Tribute (si es que lo tuyo no es el sonido Fender, y obviando los matices entre medio), todo lo que se necesita es ejercitar las muñecas.-
La flecha sobra con creces, lo único que falta es el indio ejercitado!
Saludos!
Decir que mi alcancía estuvo por demás ajustada es poco, a sabiendas de mi escaso presupuesto como mero estudiante de derecho.-
En un principio uno se encuentra con una guitarra que, pese a que su acabado no es de lo más reluciente (seamos realistas, una porción importante del precio deriva en ese precio) la primera impresión al tacto es encantadora. Se sienten los dedos fluyendo rápidamente por un mástil que parece moldeado, acompañado de la trastiera como trasfondo. En el mismo sentido los trastes en la medida "medium jumbo" como es lo corriente en este tipo de violas.-
Un amigo mío (y guitarrista de varias décadas) puso hincapié en varios aspectos de mi guitarra:
-En primer lugar, además de los aspectos que relaté, destzacó la afinación. En efecto, esta Gibson monta (al menos la mía) unas clavijas Kluson Deluxe, que dan cuenta de su precisa afinación. Teniendo en cuenta el prestigio de la marca, es en vano proseguir.-
-En segundo lugar, según mi amigo me resaltó, es de notar la resonancia del mueble. Así, antes de enchufar la viola a su ampli (que de hecho, es un Fender Vibro Deluxe del 71) me dijo "qué buena resonancia tiene!". Obviamente me hacía resaltar el volumen del instrumento sin enhufar; como quien dice, "a secas". Resaltaba en aquella habitación, dándonos incluso lugar suficiente como para entonar algunas coplas que traíamos con nosotros.-
-Finalmente, y en tercer término, el experto me hizo notar la calidad en las tgerminaciones. Pese a que se verifican algunos sectores sin terminar con precisión (y esto sucede incluso con algunas Standard), el esmero en la calidad de construcción se hace notar, al punto de tomar con las propias manos una guitarra que se siente rígida.-
Sabrán Udes. que la sensación de una viola bien construida es escasa, limitándose a un escaso número de unidades, y de determinadas marcas. Pues déjenme decirles que, luego de tanto probar guitarras y guitarras, me he decantado por la que hoy me acompaña.-
Es por eso mismo que me decido a escribir estas líneas. Soy consciente de que la Serie Tribute no alcanza a satisfacer los deseos de los más acérrimos al sonido (que por supuesto están sostenidos por una suma o garantía monetaria sustentable), pero sepan Udes. que esta nueva serie de Gibson ha venido a llenar los deseos de quienes estamos un peldaño por debajo, queriendo barajar nuestras propuestas.-
Según mi parecer, contando con una Gibson Tribute (si es que lo tuyo no es el sonido Fender, y obviando los matices entre medio), todo lo que se necesita es ejercitar las muñecas.-
La flecha sobra con creces, lo único que falta es el indio ejercitado!
Saludos!
